Capítulo 28
Es verdad, mi situación era difícil, siempre lo había sido. Por más dinero que tuvieran los Navarro, nada tenía que ver conmigo. Simplemente era la señorita Navarro de nombre.
Aunque mi marca de ropa iba bien, apenas llevaba unos años y todo lo que había ganado lo gasté en decorar esa villa.
-Hablamos cuando vuelvas. No me aprovecharé de ti, no vaya a ser que Isabel se entere y venga a pelear otra vez.
Colgué sin esperar su respuesta.
Completamente frustrada, me quedé en el auto mirando con nostalgia la entrada del registro civil, sintiéndome impotente.
El teléfono sonó. Era un mensaje de Antonio.
[María, tranquila, Isabel no sabrá nada de esto. Has hecho tanto por mí, tómalo como una compensación.]
Al leerlo, se me hizo un fuerte nudo en la garganta y con tristeza se me humedecieron los ojos
otra vez.
Este desgraciado al menos tenía algo de conciencia. Pero odiaba que llegara tan tarde.
Si hubiera sido un canalla hasta el final, podría mantenerme firme, enfrentarlo y cortar todo
lazo.
Pero ser canalla a medias y luego mostrar arrepentimiento era lo que más me desgastaba.
Miré el mensaje unos segundos más y de repente mi mente se aclaró poco a poco, reafirmando mi decisión.
Sin importar lo que hiciera, no podía dudar.
Un canalla que ya había mostrado su verdadera cara no merecía ni una pizca de confianza, sin importar cuánto se arrepintiera.
Salí del chat, cancelé la cita de divorcio y busqué de inmediato otra fecha.
¡La siguiente disponible era dentro de medio mes!
Por la noche, Sofía me invitó a cenar para celebrar mi regreso a la soltería y mi liberación del canalla.
-No nos divorciamos -dije desanimada.
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-¿No? ¿Por qué? -Sofía se sorprendió muchísimo. ¿Antonio se negó?
-Sí.
Sofía también se enfadó:
-¿Con qué derecho? ¡Después de casarse con Isabel públicamente, siendo tan descarado con su infidelidad, ¿todavía tiene cara para negarse al divorcio?
Suspiré con tristeza y le conté lo sucedido esa tarde.
Sofía, después de escuchar, atenta pensaba igual que yo:
-Seguro que se arrepintió, al compararte con Isabel se dio cuenta de que eres mejor. Y teme perderte definitivamente con el divorcio. ¿Qué hará si vuelve a enfermar y te necesita?
Me quedé atónita, mirándola fijamente.
¡La verdad, no había pensado en eso!
Había notado su arrepentimiento, ¡pero no se me ocurrió que quisiera retenerme por ese motivo!
-¡Me está acaso, guardando como medicina de emergencia!
—¿Ni siquiera viste algo tan obvio? -Sofía me miró sorprendida y molesta al ver mi cara de confusión.
Algo aturdida:
-Ahora sí…
-Tú realmente… —Sofía estaba exasperada—. ¡No conoces lo suficiente la bajeza humana!
Me quedé sin palabras, quizás tenía razón.
-Aunque la razón más directa para querer recuperarte es seguramente que no aguanta a Isabel y busca consuelo contigo.
Sofía revisó por un momento el menú y después de pedir, continuó:
-Mi tía me contó que ayer Isabel y él tuvieron una pelea horrible, lo insultó tanto que todo el departamento se enteró. Isabel es realmente insoportable y Antonio está acostumbrado a ser un joven mimado, ¿cómo va a aguantarla?
Me sorprendió, pero pensándolo bien, esto era algo previsible.
-Con razón se fue de viaje. Además de retrasar el divorcio, seguramente quería escapar de
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Isabel–me di cuenta, pensando que se lo merecía..
Apenas recién casados, ¿no deberían estar en la luna de miel? Y ya estaban peleando y evitándose.
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