Capítulo 360
El Sr. Sánchez ni siquiera se molestó en prestarle atención y Paulina escuchó lo que decía, pero tampoco respondió.
A Armando no le importó que nadie lo escuchara y al ver que la taza de café de Paulina estaba casi vacía, tomó la cafetera y le sirvió más café a ella y al Sr. Sánchez.
Durante toda la mañana, tanto al tomar café como durante el almuerzo, Paulina se dedicó principalmente a hablar con el Sr. Sánchez y Josefina, no estaba claro si Paulina no quería hablar con Armando o si él tampoco tenía interés en hablar con ella.
Cerca de las dos de la tarde, cuando todos se preparaban para dejar la casa de la familia Sánchez, Paulina se dio cuenta de que habían pasado casi cuatro horas en la misma habitación sin cruzar una sola palabra… El Sr. Sánchez también había notado ese hecho, sin embargo, Armando no quería mirar atrás, y Paulina ya había dejado atrás sus sentimientos hacia él. El propósito de la reunión no era reconciliarlos; simplemente no tenían nada que decirse.
Cuando llegó el momento de despedirse, Josefina levantó la cabeza y le preguntó a Paulina: “Mamá, ¿vas a volver a casa hoy?” Antes de que Paulina pudiera responder, Josefina añadió: “Hace mucho que no vuelves a casa.”
Al escuchar eso, el Sr. Sánchez hizo una pausa, pero no dijo nada, solo suspiró discretamente.
Por su lado, Armando tampoco dijo nada.
Paulina acarició suavemente la mejilla de Josefina y le dijo: “Aún tengo cosas que hacer, así que no volveré.”
Al escucharla, Josefina se sintió decepcionada y preguntó: “Entonces, ¿te irás a la casa de la bisabuela o vas a trabajar de nuevo? La última vez que no pude comunicarme contigo, fui a casa de la bisabuela, pero tampoco estabas allí. La bisabuela me dijo que estabas de viaje…”
Paulina no sabía que Josefina había estado en casa de la familia Romo el fin de semana pasado. De hecho, planeaba ir a la casa de la familia Romo para cenar con su abuela y los demás.
Al imaginar a Josefina intentando contactarla y yendo sola a casa de su abuela, Paulina se detuvo un momento antes de decir: “Iré a la casa de tu bisabuela, ¿quieres venir conmigo?”
“¡Sí!” Exclamó Josefina, pues al escuchar eso, se alegró un poco, ya que pensaba que Paulina estaría ocupada con el trabajo otra vez.
Paulina miró a Armando, y este, entendiendo lo que ella quería, le dijo a Josefina: “Entonces, ¿te quedarás en casa de tu bisabuela esta noche?”
Josefina respondió: “¡Sí!”
Armando no tenía objeciones, solo dijo: “Bien. Entonces, mañana en la tarde, pasaré a buscarte en la escuela.”
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“No quiero, después de la escuela quiero volver a casa de la bisabuela.” Dijo Josefina y Armando sonrió al escuchar eso, luego, miró a Paulina y dijo: “Eso tendrás que discutirlo con tu mamá, pues yo no puedo decidir eso.”
Josefina se aferró a la pierna de Paulina y mirándola hacia arriba le preguntó: “Mamá, ¿mañana también te irás de casa de la bisabuela?”
Paulina respondió: “Sí.”
Josefina susurró: “…Está bien.”
Después de acordar los planes, se despidieron del Sr. Sánchez y cada uno se fue en su propio vehículo.
Al día siguiente, Paulina llevó a Josefina a la escuela y luego regresó a trabajar en La Conquista Comercial.
Al ingresar a la empresa, se encontró nuevamente en el ascensor con Armando y su asistente Reinaldo.
Los tres estaban en el ascensor, y una vez más, permanecieron en silencio, como si fueran extraños.
Esa misma mañana, alrededor de las once, Armando salió de La Conquista Comercial y después de su partida, Jaime, al enterarse del regreso de Paulina, fue a buscarla para discutir algunos asuntos.
Cuando la conversación estaba llegando a su fin, Paulina recordó que ese había vuelto a encontrarse con Armando en la empresa, y preguntó: “¿Todavía no han terminado la negociación con el Grupo Frias?”
“Ya terminamos, pero surgieron algunos problemas con la división del trabajo en la colaboración, hoy él vino para discutir algunas cláusulas adicionales.” Respondió Jaime.
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