Capítulo 571
Esteban fue a ducharse, e Isabel se dio la vuelta y volvió a caer en un sueño profundo. Sin embargo, en medio de su descanso, un ruido de vibración la despertó. Tomó el celular casi a tientas y contestó con voz adormilada. Estaba verdaderamente agotada; desde que quedó embarazada, su horario de sueño se había vuelto extremadamente regular, y aunque intentara resistirse, el sueño la vencía inexorablemente.
-¿Bueno?
-Isa, Isa, perdóname por favor. Sé que me equivoqué, te lo juro. Te lo suplico, me estoy muriendo, literal estoy destrozada.
La voz suplicante y llena de pánico de Iris Galindo resonó desde el otro lado de la línea. La somnolencia de Isabel desapareció casi por completo. Abrió los ojos y su mente se despejó instantáneamente.
-¿De dónde sacaste mi número?
No solo la había bloqueado, sino que incluso había cambiado de número. Ahora usaba un número de París, ¿cómo pudo Iris encontrar su teléfono? Parece que esta mujer… no era tan sencilla después de todo.
-Y–yo…
-¿No piensas contestar?
Isabel pronunció las palabras con frialdad, su tono impregnado de una peligrosa indiferencia.
-Y–yo le pedí ayuda a José.
José Alejandro Serrano, un hombre cercano a Sebastián Bernard. Trabajando en el Grupo Bernard tanto tiempo, y siendo asistente del presidente, tenía las habilidades para rastrear un número. Lo sorprendente era que hubiera ayudado a Iris. En la mente de Isabel, José Alejandro no tenía mucho aprecio por Iris… No sabía si Sebastián estaba al tanto, pero recordaba haber visto a José Alejandro mirar a Iris con desdén. ¿Y aún así la ayudó a rastrear su número? ¿Qué estaba tramando José Alejandro?
Isabel soltó una risa seca.
-Vaya, qué impresionante. ¿Por qué no aprovechas esas conexiones con la gente de los Bernard y te casas con alguno de ellos de una vez? Así resolverías todos tus problemas, ¿no crees?
En ese momento, el tono de Isabel era mordazmente sarcástico. Iris era realmente hábil en las relaciones sociales, aunque los ancianos de la familia Bernard no la quisieran. Pero Isabel no creía que las personas de confianza de esos ancianos no hubieran sido sobornadas por Iris. Recordaba su regreso a Puerto San Rafael, con esa actitud arrogante, y pensaba que su orgullo sería tan fuerte como su arrogancia. ¿Y este es el resultado?
Iris, desde el otro lado del teléfono, estaba bajo un gran árbol afuera de la casa de la familia
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Capitulo 571
Bernard, temblando de frío y agotamiento, completamente desaliñada. Reconociendo el sarcasmo en la voz de Isabel, sintió rabia, pero no se atrevió a mostrarlo.
-Isa, de verdad reconozco que me equivoqué. Te lo juro, perdóname.
-Antes todo fue culpa mía. Ayúdame a hablar con doña Daniela, dile que no me trate así. Te lo suplico.
Para Iris, en ese momento, Isabel era su única esperanza. La familia Galindo ya no era una opción para ella. Carmen Ruiz estaba detenida y aún no había salido, Valerio Galindo había cambiado su actitud drásticamente. Y su tía, quien debería haberla apoyado, había sido increíblemente ingrata. Solo le quedaba Sebastián… Iris sentía que en Sebastián aún había una pequeña esperanza.
-¿Quieres que hable con doña Daniela? ¿Estás loca o qué te pasa? ¿De verdad crees que eso es posible?
Ella antes era reconocida por toda la familia Bernard como la futura joven ama Bernard. ¿Y ahora quería que fuera a interceder por ella ante los mayores de la familia? De verdad, ¡qué ocurrencia la suya!
“Esta mujer ha perdido completamente la cabeza. ¿Cómo se atreve a pedirme algo así después de todo lo que ha hecho? Debe estar desesperada para humillarse de esta manera.”
-Me equivoqué, de verdad que sí. No debí tratarte así jamás. Todo fue mi culpa, te lo juro, perdóname por favor.
Frente a la indiferencia de Isabel, Iris seguía suplicando sin cesar. En este momento, realmente estaba aterrada.
-Estás completamente loca.
Isabel colgó con disgusto. Justo al cortar la llamada, la voz de Iris seguía resonando en el teléfono:
[O podrías llamar a Sebastián y decirle que ese accidente no tuvo absolutamente nada que ver conmigo, te lo juro por lo más sagrado.]
