Capítulo 574
Nadie se atrevería a suspender a Luciana nada más por sus asuntos personales. Tenía que ser
otra cosa.
-Ha sido denunciada de plagio… -respondió Rosa, y le expuso la historia completa, desde el inicio.
Alejandro escuchó en silencio, cada detalle, sosteniendo el teléfono con fuerza.
-Ya veo -murmuró, al final-. Entiendo.
Estaba
por colgar cuando soltó una pregunta:
-¿Por qué no me lo notificaste antes?
Después de todo, él había encomendado a Rosa que estuviera al pendiente de Luciana. Aquello no era un asunto menor.
-Yo… -dudó ella—. Supuse que se veían con frecuencia y que Luciana te lo contaría de primera mano.
-De acuerdo —dijo Alejandro con sequedad-. Gracias por la información. Adiós.
Colgó. Rosa quedó con el teléfono en la mano, mordiéndose el labio con inquietud. Tenía la certeza de que algo andaba mal entre Luciana y el señor Guzmán: si ignoraba incluso que la hubieran suspendido, tal vez no tenían contacto hace tiempo.
Mientras tanto, Alejandro, sujetando el celular, murmuró con las palabras escapándose de sus labios:
-Tiene un problema y no puede resolverlo sola… ¿Por qué no acudir a mí?
¿Será que ella ahora confiaba en alguien más? Quizá… Fernando.
***
En el departamento de Luciana.
Apenas terminaron de desayunar, Martina se marchó con la idea de buscar a otros compañeros de la facultad para obtener pistas sobre Luisa. No había pasado ni media hora cuando tocaron el timbre.
-¡Ya va! -contestó Luciana, creyendo que era Martina que regresaba-. ¿Olvidaste algo?
Sin embargo, al abrir la puerta, se encontró con Alejandro.
Se quedó inmóvil, sorprendida.
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-¿¿Tú….?–balbuceó, sin saber qué añadir.
-¿No me invitas a pasar? –inquirió él, y antes de que ella respondiera, ya había dado un paso al frente, instalándose en el sofá como si estuviera en su propia casa.
–Oye… —Luciana caminó tras él con pasitos nerviosos, apretando las manos—. algo en particular?
Alejandro alzó la vista y la miró con severidad:
–Tal vez la pregunta debería hacértela yo a ti, ¿no?
-¿Eh? —repitió Luciana, desconcertada.
¿Necesitas
La irritación de Alejandro se intensificó al ver su rostro de desconcierto, como si no pasara nada.
-¡Finge! Hasta estas alturas, ¿sigues fingiendo? ¿Ibas a esperar a que te despidieran o te quitaran el título antes de decírmelo?
Entonces, Luciana se dio cuenta de que él sabía lo de la acusación de plagio. Pero, ¿cómo?
-¿Cómo… cómo te enteraste? -preguntó.
-No importa -Alejandro bufó, soltando un suspiro exasperado mientras aflojaba el nudo de la corbata—. ¡No finjas sorpresa!
-¿Por qué te pones así? -murmuró Luciana, molesta ante su tono.
Alejandro, con la mandíbula tensa, habló con acritud:
-Sí, te metiste en problemas. Pero no entiendo por qué dices que “no piensas pedirme ayuda, ni aunque te quiten el grado y te corran del hospital“.
Luciana se encogió de hombros.
-Exacto. Ni en esas circunstancias te contactaría -respondió con firmeza-. Esto es distinto a lo que ocurrió con el proyecto. Aquel tema era de la sección del hospital, pero esto es mío. Nunca se me pasó por la cabeza involucrarte.
Alejandro sintió que algo le oprimía el pecho.
—¿…De verdad? —se le quebró un poco la voz.
-Por supuesto -repuso ella, seria-. Jamás tuve intención de molestarte con esto.
Él respiró hondo, cerró los ojos un segundo para calmarse. Al reabrirlos, consiguió que parte de su enojo desapareciera. Hasta logró esbozar una media sonrisa sarcástica:
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Capítulo 574
–Bien, ¿entonces cómo planeas resolverlo? ¿Acudirás a tu exnovio? -soltó, recordando a Fernando-. No es por desmerecerlo… bueno, sí, lo desmerezco: ¡dudo que sea capaz de sacarte de este lío!
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