Capítulo 668
No, esto no puede ser.
Vanesa sintió algo raro bajo su cuerpo, especialmente al darse cuenta de que no tenía nada puesto. Su respiración se detuvo de golpe.
Abrió los ojos de inmediato y se incorporó de un salto en la cama.
Levantó la sábana para echar un vistazo.
“¡Ay, Dios! ¿Qué me pasó? ¿Por qué no tengo nada puesto?”
Sintió una sensación pegajosa y, al abrir las piernas para mirar, se encontró con algo que no esperaba.
“¡Madre mía, qué es esto? ¿Por qué hay tanta sangre?”
Vanesa estaba en shock.
No, no, no…
¿Qué está pasando? ¿Por qué hay sangre en la cama? Y su cuerpo no se siente bien.
Miró la cama desordenada y luego se fijó en las marcas moradas y verdes en su piel.
De repente, se quedó en blanco.
“¿Qué demonios pasó aquí? ¿Por qué terminé así?”
“¡Carajo! ¿Me recogió alguien y me atacó?”
“¡Maldita sea!”
Esto es París, ¿quién en su sano juicio haría algo así?
Después de convencer a Isabel de comer algo, Esteban salió del cuarto para dejarla dormir un poco más. Sin embargo, el teléfono de Isabel vibró y, medio dormida, lo alcanzó para
contestar:
-¿Hola?
-Isa, soy yo.
Al otro lado del teléfono, Vanesa sonaba enfurecida y aterrada como nunca antes.
Isabel, que apenas había cerrado los ojos, los abrió de inmediato.
-¿Qué pasa?
-Yo… ¡Ay, no sé cómo decirlo! ¡Quiero matar a ese maldito cabrón!
Vanesa soltó, llena de rabia.
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Capitulo 668
-¿Quién? -preguntó Isabel.
-No sé quién es.
-¿Qué?
¿Qué rayos significaba eso?
La mente de Vanesa era un caos total, y su pecho le dolía del coraje.
Sus palabras eran confusas, y del otro lado, Isabel tampoco entendía bien.
Finalmente, Vanesa soltó una sentencia:
-Creo que fui atacada.
Isabel se quedó sin aliento.
No, esto no…
Media hora después.
Isabel llegó al lugar conocido como “El Duende Nocturno” en el carro de un chofer.
En ese momento, Vanesa estaba en la sala de monitores, gritándole a alguien.
-¿Que está descompuesto? ¿Justo ahora? ¿Me están tomando el pelo?
-Lo siento, señorita Allende, las cámaras llevan tres días descompuestas. El departamento de seguridad no las ha arreglado -respondió el gerente del hotel.
-Entonces, ¿quién era el tipo en mi cuarto anoche?
-La verdad, en su cuarto anoche solo estaba usted. El servicio de habitaciones y su amiga la llevaron hasta allí.
-¡Había un hombre! ¡Un hombre! ¿Qué están insinuando? ¿Que no quieren hacerse responsables?
–
-¿No me creen capaz de incendiar este mugroso hotel?
Vanesa estaba furiosa, tanto que el hígado le dolía.
-No, es que…
-¡Fui atacada! ¿Cómo que no fui atacada? ¡Yo lo sé mejor que nadie!
Insistían en que no había nadie en su cuarto, lo cual hizo que Vanesa explotara.
Tal vez no sabía quién era, pero las marcas en su cuerpo eran prueba suficiente de que había sido un hombre.
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Capitulo 668
¿O acaso fue una mujer o un fantasma?
Cuanto más lo pensaba, más se encendía Vanesa. Su enojo estaba en su punto máximo.
-ilsa!
Vanesa estaba tan enojada que apenas podía hablar.
-Les digo, tienen que encontrar a esa persona.
-De lo contrario, voy a incendiar su hotel.
¡Maldita sea, esto es París! Debería ser el lugar más seguro para mí, ¿cómo pudo pasar algo
asi?
Isabel se acercó al ver que Vanesa decía que había sido atacada.
Especialmente cuando vio sus labios ligeramente hinchados, se quedó petrificada.
Vanesa la vio y se acercó, tomándola del brazo:
-¿Qué haces aquí?
-Me preocupé cuando te escuché tan alterada por teléfono, así que investigué dónde estabas.
Sí, Vanesa había sido tan confusa por teléfono que Isabel no pudo evitar preocuparse.
-¿Qué pasó exactamente?
Preguntó Isabel suavemente.
-Ay, qué más puede ser. Anoche había un tipo en mi cuarto, hizo lo que quiso conmigo, y para colmo, las cámaras de este maldito hotel están descompuestas.
Con cada palabra, Vanesa se enfurecía más.
-¡Ay, vámonos a mi cuarto y te cuento!
Todo su cuerpo le dolía.
Ni siquiera había tenido tiempo de darse una ducha antes de correr a la sala de monitores para averiguar quién era ese cabrón.
Y resulta que las cámaras no funcionaban. ¡Esto es para volverse loco!
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