Capítulo 495
Rubén se dio cuenta de que algo no iba bien y de inmediato llamó a Rodrigo, pero éste no le contestó. Luego, fue al apartamento de su amigo y al entrar, percibió un fuerte olor a alcohol. Al ver la escena, se enfureció al instante.
Rodrigo estaba sentado en la alfombra, con una pierna doblada y la otra estirada en el suelo, hablando con una mirada perdida. “Ella quiere que me case con Fabiana. Si no acepto, dice que buscará la forma de acabar con Adriana. Claro, podría detenerla, solo tendría que encerrarla o deshacerme de ella, así ya no podría hacerle nada a Adriana.”
Rubén frunció el ceño profundamente, se quitó el abrigo y lo lanzó sobre el sofá, sentándose junto a su amigo. “¿Todo eso te lo ha dicho ella? ¿Te ha amenazado?”
Rodrigo asintió, y Rubén perdió la paciencia, exclamando: “Esa loca se fue al extranjero por unos años y ha vuelto más desquiciada.”
Aunque se trataba de la madre biológica de Rodrigo, Rubén no pudo evitar insultarla.
Celeste no había sido una madre responsable; durante la infancia de Rodrigo casi no se ocupó de él y en su adultez lo ignoró por completo. Aunque había que reconocer que,
salvo por haberlo descuidado de niño y causarle muchas emociones negativas, no había cometido actos atroces contra Rodrigo.
Por eso, siendo su madre biológica, ¿cómo podría Rodrigo asesinarla o encarcelarla?
Al tratarse de quien lo llevó en su vientre durante nueve meses y le dio la vida, si esa persona no había hecho nada imperdonable, aunque no mereciera su respeto, tampoco debía ser tratada de esa manera. Sin embargo, Celeste realmente estaba loca para idear semejante plan. “¿Y ahora qué piensas hacer?” Rubén le dio una palmada en el hombro. “¿De verdad te vas a casar con Fabiana?”
Rodrigo no respondió, en su mente solo estaba Adriana; todos sus gestos y sonrisas se repetían una y otra vez en su mente. Cuánto deseaba poder abrazarla y no soltarla jamás…
“Toc, toc, toc.”
De repente se oyó un golpe en la puerta. Rubén fue a abrir y vio a Fabiana de pie en el umbral. Inmediatamente su expresión se tornó seria: “¿Qué haces aquí?”
Todo era culpa de esa mujer, que se aprovechaba de la gratitud de Rodrigo. Si no fuera por Fabiana, Adriana y él quizás habrían estado juntos desde antes de que Celeste regresara, y no
estarían en esa situación.
Fabiana no sabía lo que Rubén estaba pensando, pero al ver su mirada hostil, no reaccionó, ya que la había mirado mal más de una vez.
Ella venía de la fiesta, aún usaba un pequeño vestido de cóctel con un abrigo de lana encima, y la punta de su nariz estaba enrojecida por el frío.
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Capitulo 495
“Me gustaría hablar con Rodrigo a solas, ¿podrías darnos un momento?” Le preguntó ella.
Rubén miró a Fabiana con desagrado, queriendo rechazar su petición, pero al final, se dio cuenta de que Rodrigo y Fabiana eran quienes debían hablar de eso, así que dijo: “Tienes media hora, luego regresaré.”
Rodrigo estaba ebrio, y Rubén no quería dejarlo solo con Fabiana por mucho tiempo, por lo que estableció un límite de tiempo antes de salir, lanzándole una última mirada de advertencia.
Fabiana se quitó el abrigo y se sentó junto a Rodrigo, queriendo tomar su brazo, pero al ver que él la miraba fijamente, con las pupilas oscuras y ninguna muestra de amabilidad, sintió miedo y no se atrevió a tocarlo.
En cambio, dijo: “Rodrigo, casate conmigo. La Sra. Celeste ha dicho que si no te casas conmigo, encontrará la forma de acabar con Adriana, y no se detendrá hasta conseguirlo.