Capítulo 413
La cena se había convertido en un campo de batalla.
Lucas y Agustín competían en silencio.
Dafne fingía no darse cuenta.
Luna también intentaba ignorar la tensión.
Después de comer, Agustín sugirió llevar a Dafne y Jana a casa.
-Yo vine en mi carro -respondió Dafne.
-Entonces llévame, de todas formas, vamos en la misma dirección -dijo Agustín.
Dafne solo lo miró sin responder.
-¿No vas a llevar a Srta. Seballos a casa? -preguntó Dafne, echando un vistazo a Luna.
-Ella también vino en su carro -Agustín ni siquiera miró a Luna y le respondió a Dafne con voz
suave.
Dafne lo miró con fastidio-. ¿Acaso tú no viniste en tu carro también? ¿Por qué tengo que llevarte?
-Hace un momento, Jaime Quiroga me envió un mensaje diciendo que su carro se averió en el camino. La grúa tardará una hora en llegar y tiene una urgencia. Le dije a mi chofer que fuera a recogerlo; está cerca de aquí y, por suerte, traje chofer hoy.
Lucas se rio, su tono era sarcástico-. Vaya, qué coincidencia.
Agustín sonrió-. Sí, qué coincidencia.
Lucas no respondió.
Dafne no parecía convencida.
Agustín rápidamente llamó a Jaime y puso la llamada en altavoz.
-Jaime, ¿tu carro se averió, verdad? Estoy enviando a mi chofer a recogerte, estoy comiendo cerca de ahí.
Jaime entendió de inmediato y respondió-. Sí, justo te lo acabo de decir. ¿Por qué llamas de nuevo? Apúrate, tengo una urgencia.
-Espera, el chofer ya va en camino.
Después de colgar, Agustín miró a Dafne, levantando una ceja como diciendo “¿Ves? No mentí“. Luego, le indicó al chofer que se llevara el carro.
Dafne no dijo nada, pero Luna se le adelantó-. Agustín, déjame llevarte a casa.
1/2
Capitulo
Agustin respondió friamente. No vamos en la misma dirección. Mi casa está al lado de la familia Rosales, somos vecinos, es más conveniente.
Dafne se dio cuenta de que Agustín y Jaime estaban actuando, pero no dijo nada.
Agustin ya había mandado el carro con el chofer; si Dafne no aceptaba, Agustín tendría que irse con Luna, y ella no quería que Agustín y Luna estuvieran solos.
Con una mirada indiferente a Agustín, dijo-. Vamos y abrió la puerta del carro.
-Vamos -dijo Agustín con una sonrisa, claramente complacido.
Antes de subir, le lanzó una mirada desafiante a Lucas.
Eva conducia, con Dafne y Jana en el asiento trasero.
Agustín se sentó al lado del conductor.
Cuando el carro se fue, Luna y Lucas intercambiaron una mirada.
Ambos estaban sin palabras.
Al llegar a la entrada de la villa de la familia Rosales, el carro se detuvo.
Dafne dijo con calma-. Bájate aquí.
No quería que Baltasar los viera llegar juntos, sería complicado de explicar.
Agustín entendió lo que Dafne pensaba y su expresión se oscureció. Abrió la puerta, pero no bajó de inmediato.
-No tengo nada con Luna. Hoy me buscó para hablar de negocios -dijo, mirando a Dafne en el asiento trasero.
Con la luz cálida del interior del carro, el rostro de Dafne lucía sereno y bello, casi etéreo.
Ella no mostró ninguna emoción, solo dijo-. Oh y no añadió nada más.
-Dafi, buenas noches -dijo Agustín al bajar del carro.
Dafne no respondió a su despedida.
Después de que Agustín bajó, Eva condujo el carro hacia el garaje subterráneo de la familia Rosales.
Dafne salió del carro y entró al elevador, sumida en sus pensamientos.