Capítulo 421
Noa juntó las manos y se inclinó ligeramente hacia Dafne, mordiéndose el labio mientras fingía estar arrepentida: -Señora, lo siento, de verdad lo siento, sé que me equivoqué. Por favor, no se enoje, ¿sí? Usted es tan hermosa y de buen corazón, seguro que no me culpará, ¿verdad?
Noa pestañeaba con sus grandes ojos, lanzando miradas suplicantes a Dafne. -Realmente necesito este trabajo, por favor no me despida. ¡Hermosa hermana, usted es la mejor!
Justo en ese momento, el sonido de “ding” indicó que el ascensor privado del director se abría.
Agustín salió del ascensor, seguido por su asistente Gustavo.
Gustavo le lanzó una mirada significativa a su prima Noa: ¿En serio, Noa? No detienes a quien debes y te empeñas en detener a quien no.
Noa le respondió con otra mirada: ¡¿Cómo iba a saber que ella era la esposa del director?! ¡Deberías haberme avisado antes!
En cuestión de segundos, Agustín ya estaba frente a Dafne.
-Dafi, has venido -dijo Agustín con una expresión suave y una sonrisa en los labios-. ¿Hay algo en lo que pueda ayudarte?
Noa estaba atónita.
¿Ese era el mismo director que siempre tenía una expresión fría y distante?
Llevaba tres meses allí y nunca había visto al director ser tan amable con nadie.
¿Quién no creería que ella era la esposa del director?
Dafne le entregó un sobre de documentos a Agustín. -Necesita la firma y el sello del representante legal.
-Está bien -respondió Agustín, tomando el sobre y entregándoselo a Gustavo.
-¿Has comido? -preguntó Agustín a Dafne.
Dafne asintió. -Sí, ya comí. Deberías firmar y sellar esto, porque después necesito llevármelo.
-No hay prisa -dijo Agustín, con la mirada fija en Dafne, sus ojos tan suaves como un lago en primavera-. ¿Te gustaría subir a tomar una taza de té?
-No, gracias -respondió Dafne, mirando su reloj-. Tengo algo que hacer en un rato.
Noa notó un destello de decepción en los ojos de Agustín.
¡Vaya! ¿El director frío y distante tenía un lado vulnerable?
Noa miraba de un lado a otro entre Agustín y Dafne, con una expresión curiosa y divertida. Gustavo le lanzó una mirada de advertencia: ¿Sigues mirando? ¡Preocupate por tu trabajo!
Capítulo 421
Noa torció la boca y con la mirada respondió: ¡Esto es algo que no se ve todos los días!
-Gustavo, lleva esto para que Julián Soler lo firme y selle -ordenó Agustín.
-Claro, señor -respondió Gustavo.
Dafne decidió esperar abajo en lugar de subir.
Agustín se quedó con ella.
En el vestíbulo había una zona de descanso.
Había una mesa de café rodeada por un sofá largo y dos sillones individuales.
Se dirigieron a la zona de descanso, donde Dafne se sentó en uno de los sillones individuales
para esperar.
Agustín se sentó en el sofá largo, cerca de Dafne. Aunque no estaban en el mismo mueble, estaban muy cerca uno del otro..
Noa aprovechó la oportunidad para preparar una taza de té para Dafne. Con una sonrisa, la llevó apresuradamente. -Señora, por favor, tome un poco de té.
Agustín aprobó su gesto con una mirada de satisfacción.
Pero Dafne, con una sonrisa resignada, frunció el ceño. -Te dije que no lo soy.
-Lo serás -replicó Agustín suavemente. El lugar de la esposa del director te pertenece solo
a ti.
Dafne sabía que discutir más sobre este tema con Agustín no iba a llevar a nada, así que decidió cambiar de tema y le preguntó a Noa: -¿Cuál es tu nombre?
El corazón de Noa dio un vuelco.
¡Oh, no! ¿Será que me van a despedir?
Con los labios apretados, miró a Dafne y respondió en voz baja: -Noa.
-Eres bastante interesante -comentó Dafne con una sonrisa.
Al escuchar que la esposa del director no solo no la regañó, sino que además la elogió, Noa sintió que su ansiedad desaparecía y su rostro se iluminó con una sonrisa. -¡Ah, entonces no me va a despedir, verdad?