Capítulo 448
Iván había aprendido desde pequeño todo tipo de habilidades para las relaciones comerciales y rápidamente se dio cuenta de que ella solo veía a esas personas como su fuente segura de ingresos.
Él siempre supo que detrás del orgulloso exterior de Irene se escondía una fachada no tan perfecta.
Por ejemplo, su habilidad para manejar las relaciones con los hombres era impecable, los tenía locos por ella, pero aun así pensaban que era fría y pura.
Al ver a través de esa fachada, Iván se enfureció. Agarró a Irene y la reprendió por estar demasiado cercana a sus compañeros hombres, ignorándolo a él, su hermano.
¿Cómo fue que Irene le respondió entonces?
Iván de repente se dio cuenta de que recordaba todo sobre ella con sorprendente claridad.
Vestida con su uniforme escolar juvenil y radiante, se agachó y le revolvió el cabello con la
mano.
-Un hermano siempre es diferente a los demás. ¿Por qué mi hermanito vino a buscarme hoy a la escuela?
El pequeño Iván frunció el ceño. Desde pequeño había sido mimado, especialmente por ella, y estaba acostumbrado a hablar sin rodeos.
-Te extrañaba, así que vine a buscarte. Mamá y papá no están en casa, tú tampoco estás, te extraño mucho. ¿Puedo vivir contigo en la escuela?
En aquel entonces Irene estaba en la preparatoria e Iván apenas en la primaria. Le resultó gracioso y rio de verdad.
Pero incluso así, nunca mencionó que no tenía dinero, ni un centavo.
Nunca le pedía dinero a la familia Moreno, y el dinero que le daban sus padres lo gastaba todo en Iván.
En ese momento, Iván pensaba que realmente lo adoraba, pero luego entendió que solo estaba mostrando lealtad a la familia Moreno.
El sol brillaba espléndidamente ese día, y ese sonrisa suya quedó grabada para siempre en su memoria. El uniforme escolar le quedaba muy bien, aunque no asistían a la misma escuela y no solían regresar a casa, así que él no tenía muchas oportunidades de verla.
Fue la primera vez que sintió un poco de celos de aquellos que podían verla todos los días.
Antes no entendía por qué Irene no asistía con él a la escuela privada, por qué prefería ir a una escuela pública por su cuenta.
Luego supo que era porque en las escuelas privadas no había posibilidad de quedarse a dormir,
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los chicos y chicas de buena familia siempre eran llevados y traídos en autos privados, y no estudiaban esos aburridos libros de texto.
Desde el primer día que Irene fue a la escuela pública, solicitó quedarse ahí.
Los padres de la familia Moreno estuvieron de acuerdo. En ese momento, ella tenía solo quince años, e Iván, en casa, lloró como si lo hubieran abandonado.
Ya entonces tenía un sentimiento: deseaba que el tiempo pasara rápido, muy rápido, como si así pudiera alcanzarla.
La época en que Iván tenía un amor secreto por Irene fue tanto dulce como dolorosa. Cuando se dio cuenta de sus sentimientos, sintió miedo.
Porque podía ver claramente que Irene solo lo veía como a un hermano.
Luego, gracias a sus excelentes calificaciones, ella ingresó a la universidad, rodeada de compañeros hombres. Lo peor era que esos mismos compañeros, para impresionarla, siempre le compraban golosinas a Iván.
Iván no podía tolerar ese trato. Cada vez que iba a buscar a Irene a la universidad, hacía que el chofer llevara el carro más caro de la familia. Al ver el auto de varios millones, esos compañeros que soñaban con lo imposible se calmaban de inmediato.
Por eso, Irene lo regañó, pero él estaba encantado.
Su historia con Irene es demasiado larga, desde que nació hasta ahora, ya han pasado veintitrés años.
Todo sobre ella se había convertido en una parte habitual de su vida, pero ella no lo amaba.
Eso lo hacía arder de frustración.
Iván la besó con una intensidad que casi la dejó sin aliento.
Irene estaba completamente indiferente, y su actitud provocó en él una sensación de derrota y enojo.
Con su mano en su barbilla, Iván, lleno de ira, le dijo:
-¿No eres experta en jugar con los demás? En la preparatoria convertías a esos hombres en tus ingresos, ¿por qué no puedes hacer lo mismo conmigo…?
Incluso si ella jugara con él, él sería feliz.
Pero Irene no se atrevía a hacerlo.