Capítulo 600
“¿Tan grave puede ser?“, pensó Alejandro, sintiendo que el pecho se le oprimía. ¿Cómo habían llegado a este punto? Su mandíbula se tensó al máximo, y apretó los puños de pura frustración. Estaba claro: no la había cuidado bien.
-Antes, le recomendé a la señora Guzmán que pidiera una licencia y descansara sin más distracciones -prosiguió Alondra-, tal vez así habría un margen para evitar complicaciones, pero ella no aceptó…
Justo en ese momento se oyó un movimiento dentro de la sala de reconocimiento. Alondra reaccionó rápidamente:
-Señor Guzmán, su esposa ha terminado. Venga.
Alejandro se recompuso como pudo y, con aparente normalidad, se acercó a Luciana.
-Listo. La doctora Alondra dice que no es nada serio.
Luciana frunció un poco el ceño, hablando con voz baja:
-Te lo dije, no era necesario venir al hospital…
En el fondo, no podía negar que se sentía aliviada: aunque no lo expresaba, un mareo así siempre le preocupaba.
–Vale más prevenir —dijo Alejandro con un tono amable-. Vámonos y despídete de la doctora.
-Doctora Alondra, gracias y buenas noches.
-Hasta luego.
Camino de regreso, Alejandro apenas habló, manteniendo ambas manos firmes en el volante. Cuando llegaron al edificio de Luciana, él bajó para ayudarla a salir del coche. Ella notó su semblante tenso, como si algo lo agobiara.
-Puedo subir sola. Ya te hice perder toda la noche -murmuró Luciana, con intención de liberarlo de más molestias.
—Luciana… —susurró Alejandro con un nudo en la garganta. Tomó su mano y la retuvo con suavidad. No estás perdiendo mi tiempo… Si estoy contigo, no es “tiempo perdido“.
-¿Eh? —ella lo miró, perpleja. ¿De dónde salía tanta “ternura“? Si no supiera que habían acordado divorciarse, habría pensado otra cosa.
1/3
Capitulo 600
+25 BONOS
-Te acompaño hasta arriba insistió él.
-…Claro aceptó, sin entender muy bien a qué venía todo eso.
La acompañó hasta la puerta, pero no entró.
-Descansa temprano. Buenas noches.
-Buenas noches -respondió ella, cerrando y quedándose con mil preguntas en la cabeza. “¿ Qué le pasa? Está tan raro“, pensó. No obstante, lo descartó y se fue a duchar antes de
acostarse.
Mientras tanto, abajo en la calle, Alejandro seguía allí, sin arrancar el auto. Reclinándose contra la puerta, encendió un cigarro. Uno tras otro, hasta quedar rodeado por la densa neblina del humo y un puñado de colillas en el suelo. Con la mano izquierda aferraba un encendedor de color cobrizo que acariciaba con mirada ausente.
Al día siguiente, Luciana se sentía recuperada y se levantó temprano para ir al hospital y cancelar su permiso médico. Tal como siempre, cumplió con sus tareas matutinas: revisó los reportes, organizó los turnos de cirugía y, después, comenzó la ronda de interconsultas. Pasó la mañana recorriendo varias áreas, tanto en medicina interna como en cirugía.
La última consulta fue en el departamento de cirugía hepatobiliar. Se trataba de un paciente con una valvulopatía cardiaca. Al terminar de revisar el caso, Luciana se disponía a marcharse cuando, al voltear por el pasillo, se topó con un rostro muy familiar.
Sonrió, mostrando apenas una curva ligera en los labios, porque tampoco encontraba las palabras adecuadas para ese encuentro. Supuso que él estaba allí para visitar a Ricardo, su futuro suegro.
No obstante, Alejandro frunció el ceño y la miró con una expresión de disgusto.
-¿Qué estás haciendo?
-¿Yo? -Luciana metió las manos en los bolsillos y se encogió de hombros. Pues… trabajando. Vine a una interconsulta.
-Te estoy preguntando, ¿por qué sigues trabajando? —la interrumpió él con fastidio-. ¿No te di un permiso médico?
“Descanso dos días y ya regresó a toda prisa. ¿De verdad no puede tomarse un tiempo?“, pensó Alejandro con evidente molestia.
Luciana lo observó, incrédula.
2/3
Capitulo 600
+25 BONO!
—¿Cuál es tu problema? Mi trabajo no te afecta en nada. ¿Qué derecho tienes a molestarme?
expresar. De
Alejandro tensó la mandíbula, con mil cosas en la cabeza que no sabía cómo pronto, desde el área de los consultorios y la estación de enfermería, se oyó una agitación.
-¡Rápido!
-¡Traigan el carro de emergencia!
Se dirigían a la sala VIP del fondo: era la habitación de Ricardo.
El semblante de Alejandro cambió por completo y salió corriendo hacia la zona VIP. Luciana dudó un par de segundos, pero lo siguió también.
3/3