Capítulo 434
-Aunque pudiera retirar la denuncia, no lo haría. No soy una santa. Después de todo lo que me hicieron, ¿aún esperan que retire la denuncia? ¡Siguen soñando!
Drogas.
Hicieron que seis hombres la violaran y la humillaran, y encima grabaron un video.
¡Era simplemente una locura!
Luna temblaba de la rabia. Jamás se hubiera imaginado que esa mujer, a quien consideraba su mejor amiga, la traicionaría de esa manera.
Al oír a Luna decir que no retiraría la denuncia, Sara, quien estaba arrodillada suplicando, de repente detuvo sus acciones.
La mujer levantó la cabeza de golpe, con una mirada llena de odio y veneno.
-¿No la vas a retirar, verdad? -La expresión de Sara cambió drásticamente, de una suplicante a una llena de amargura.
-¡Luna, deja de fingir! -Los ojos de Sara brillaban con desprecio.
-¿De verdad creíste que éramos buenas amigas? Todos estos años, me dabas la comida que no podías terminar, la ropa que no podías usar, los bolsos y cosméticos que ya no querías. ¿Qué soy para ti? ¿Un basurero? ¿O un perro al que alimentas?
Luna se quedó helada, frunciendo el ceño, mirando a Sara con incredulidad.
-¿Cómo puedes pensar así? Siempre supe que tu familia tiene dificultades económicas, por eso siempre quise ayudarte. Compraba más comida a propósito para compartirla contigo, y ahora dices que era porque no podía terminarla. Además, la ropa que te di estaba nueva, la compré en tu talla y decía que no me quedaba para que la aceptaras. Lo mismo con los bolsos y cosméticos, los elegía especialmente para ti sin querer que te sintieras obligada a devolverme el gesto.
-Sara, siempre te he considerado una gran amiga -dijo Luna con tristeza en sus ojos, mientras las lágrimas corrían sin parar-. Nunca pensé que interpretarías mis acciones de esta
manera.
Sara se rio fríamente.
-Ja, ja, Luna, deja de actuar como si fueras una buena persona. Sí, tú eres la niña rica y yo soy la pobre que no merece ser tu amiga. Crees que me has tratado bien, ¿pero sabes lo que decían los compañeros sobre mí en la escuela?
-Decían que era tu sirvienta, tu perrito faldero, una sombra para resaltar tu brillo. No puedo creer que no hayas escuchado esos rumores. En el fondo, lo sabías todo, pero fingías no darte cuenta, ¿verdad? Te encantaba esa sensación, ¿verdad? Tener a alguien como yo a tu lado, un patito feo, hacía que tu imagen de cisne blanco resaltara más. Luna, eres una hipócrita.
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Capitulo 434
Luna retrocedió dos pasos, sus ojos apagados.
Sintió un dolor punzante en el pecho.
Luna se mareó, apenas lograba mantenerse en pie.
Dafne la sostuvo.
-Srta. Seballos, ¿está bien?
Luna negó con la cabeza, con la mirada vacía.
-Estoy bien.
Al salir de la comisaría, Luna tenía una expresión vacía, como si fuera una marioneta sin alma.
Dafne la ayudó a subir al auto y le dijo a Eva, que estaba al volante:
-Eva, lleva a la Srta. Seballos a casa.
Dafne y Luna se sentaron en la parte trasera.
Durante el trayecto, Luna se mantuvo en silencio.
Dafne la observó con preocupación.
Quizás al notar la mirada preocupada de Dafne, o tal vez porque necesitaba hablar con alguien para aliviar su angustia, Luna finalmente rompió el silencio.
-No es así -susurró Luna, su voz apenas audible y cargada de tristeza.
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