Capítulo 390
Armando tenía asuntos que atender y no podía acompañarla, pero, ¿sí tenía tiempo para estar con Mercedez?
Antes de que ella pudiera decir algo, Josefina le comentó: “Mamá, si hubieras llamado un poco antes, habría sido genial. Habría podido mostrarte todo desde el helicóptero por video“.
Paulina notó que Josefina estaba muy satisfecha con el plan de Armando.
Por un momento, Paulina no supo qué decir. Sin embargo, sentía un pesado y molesto sentimiento en su interior.
Josefina seguía contándole sus planes para el día siguiente y le mencionó que regresaría al país por la noche.
Paulina escuchaba, y antes de que pudiera responder, Josefina le preguntó emocionada: “Mamá, ¿tienes tiempo mañana? Me gustaría llamarte“.
Paulina volvió en sí, y tras dos segundos, respondió: “Tendré tiempo mañana“.
“¡Genial!”
Al saber que ya estaba de camino al hotel, Paulina se sintió aliviada. Después de charlar un rato más, colgó la llamada de video.
Era momento de reunirse con Lourdes Romo y los demás para ir a hacer rafting, así Paulina guardó su celular.
que
En un principio, ella había estado emocionada por el viaje de vacaciones. Pero ahora, no lograba animarse mucho.
Aun así, no quería arruinar la diversión de Lourdes y los demás, así que salió del hotel con ellos.
Al llegar al destino y mientras hacía fila, de repente sintió que alguien le tocó el hombro.
Paulina se volteó.
Era Teófilo Cruz.
Teófilo le había preguntado antes y, al enterarse de que ella estaría por allí con su familia, decidió venir.
Cuando Teófilo le preguntó aquel día, y supo que habría rafting, Paulina notó su interés. Ahora, al verlo, no se sorprendió mucho y le preguntó: “¿Cuándo llegaste?”
“Esta mañana“.
Desde que comenzó a trabajar formalmente en La Conquista Comercial, había querido invitarla a salir, pero nunca lo había logrado.
Antes, cada vez que la veía era en la empresa o en aquella recepción.
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Capitulo 390
En el trabajo, Paulina solía vestirse más formalmente.
Ese día, sin embargo, Paulina salió sin maquillaje, vestida con una sencilla blusa sin mangas y pantalones casuales, y calzando sandalias.
El sol brillaba sobre su rostro y brazos, haciéndola lucir aún más radiante y hermosa que en la oficina, con una calidez y dulzura que sorprendía.
Hombres y mujeres alrededor no podían evitar mirarla.
Teófilo la observaba, con la mirada casi pegada a ella.
Teófilo también era muy atractivo.
Él era unos años más joven que Paulina, y en su camiseta, shorts y sandalias, tenía un aire fresco y limpio, como un estudiante universitario.
La tía de Paulina, Fernanda, al ver a Teófilo, no pudo evitar preguntar: “Pauli, ¿quién es este guapo joven?”
Paulina respondió: “Es un compañero de trabajo en La Conquista Comercial“.
Fernanda sonrió, viendo cómo Teófilo miraba a Paulina, pensó que no era tan simple, pero no quiso profundizar, especialmente porque Paulina aún no se había divorciado. No era buen momento para involucrarse en otro romance.
Pensando en eso, y al ver que Paulina no mostraba interés, decidió no decir más.
En ese momento, llegó el turno de ellos.
Paulina le hizo un gesto de despedida a Teófilo y se preparó para irse, cuando Teófilo le dijo: “Si tienes tiempo, ¿jugamos un rato más tarde?”
Paulina respondió: “Claro“.
Paulina se alejó.
Cuando Paulina ya estaba lejos, el amigo de Teófilo se acercó y comentó: “No puedo negarlo, esta Srta. Paulina es realmente guapa, incluso más atractiva que en aquella recepción, ¿eh?”
Teófilo se mostró serio: “Cállate“.
Su amigo ya sabía que Teófilo estaba interesado de verdad.
Al ver cómo Teófilo defendía a Paulina, le hizo un gesto de OK y simuló cerrar la cremallera de su boca.