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Capítulo 448
Los dos estaban platicando animadamente cuando Lucas tocó la puerta y entró.
-Dafne, ¿tienes tiempo esta noche? -preguntó Lucas mirando a Dafne.
Dafne levantó la vista hacia él y respondió:
-¿Por qué? ¿Pasa algo?
Lucas sonrió:
-Natalia lleva tiempo sin verte. Dice que te extraña y me pidió que te preguntara si tienes tiempo para cenar con nosotros esta noche.
Dafne se detuvo un momento.
Podía sentir que a Lucas le gustaba.
Anteriormente, Lucas había llevado a Natalia a su casa para ayudar a Jana con su enfermedad. Ahora que Jana estaba bien, y ya habían hecho todo lo necesario, como invitarla a comer y darle regalos.
Dafne no sabía si era su imaginación, pero Lucas parecía estar usando a Natalia como excusa para salir con ella. Pensar así era algo vanidoso, pero al recordar los últimos tiempos, se dio cuenta de que Lucas había usado el nombre de Natalia para verla fuera del trabajo en varias ocasiones. A veces en su casa, a veces en otros lugares.
Si seguían así, cruzarían la línea de la amistad.
Por alguna razón, en ese momento, Dafne recordó la figura solitaria bajo el alero aquella mañana y el abrazo cálido que la había reconfortado.
Bajó la mirada.
-Esta noche tengo planes. Discúlpame con Natalia.
Lucas se quedó ligeramente sorprendido, no esperaba que ella lo rechazara.
La miró en silencio por un momento y luego dijo en voz baja:
-Está bien.
Después de que Lucas se fue, Luna miró a Dafne con una sonrisa pícara.
-¿Lo rechazaste por Agustín?
Dafne continuó trabajando sin negarlo.
Luna, al ver su silencio, sintió una punzada en el corazón y su sonrisa se desvaneció.
Suspiró, sintiéndose atrapada.
Agustín era el hombre que había amado durante siete años.
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Dafne era su salvadora.
¿Cómo podía elegir?
¿Renunciar a Agustín? No podía hacerlo.
¿Traicionar a su salvadora, peleando por un hombre? Luna no era una persona desagradecida.
No había solución.
Luna negó con la cabeza con resignación.
-Me voy.
Dafne la miró con una expresión significativa.
-Cuídate.
Esa noche, Dafne estaba en un chat de video con sus amigas Iris y Penélope.
Iris, que siempre era tan habladora y risueña, estaba inusualmente callada.
Dafne preguntó:
-Iris, ¿qué pasa? Hoy estás muy silenciosa.
Penélope también notó algo raro.
-Sí, ¿tienes algo en mente?
Iris suspiró.
-¿Por qué tanto suspiro? ¿Qué pasó? -preguntó Dafne.
Iris puso cara larga y dijo en voz baja:
-Alejandra Zacarías, ¿saben quién es?
Penélope asintió.
-La tercera de la familia Zacarías. La vi hace unos días en el centro comercial. ¿Qué pasa con
ella?
Iris dejó caer una bomba:
-Le gusta Jaime.
-¿Qué? -Dafne y Penélope dijeron al unísono.
-Me enteré ayer -dijo Iris con desánimo-. Ella me buscó para preguntarme si Jaime estaba
en casa y qué andaba haciendo. Después de preguntar, supe que lleva más de un año enamorada en secreto de Jaime.
Penélope exclamó:
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-No lo hubiera imaginado. Alejandra no parece del tipo que tenga amores secretos. Ha tenido varios novios, ¿no?
Iris explicó:
-Según ella, salir con otros solo era para poner celoso a Jaime.
Dafne y Penélope se miraron a través de la pantalla.
Parecía como si Alejandra pensara que Jaime tenía sentimientos por ella. ¿Por qué creía que al tener novio Jaime se pondría celoso?
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