Capítulo 443
-Está bien -dijo Dafne.
El esposo de Andrea estaba sentado detrás del fogón avivando el fuego.
Eva, por su parte, entretenía al pequeño Noah, el hijo de Andrea que apenas tenía dos años.
Dafne, al terminar de lavar las verduras, se volteó y vio lo bien que Eva y Noah se estaban divirtiendo. Levantó una ceja y sonrió mientras decía:
-Eva, quién lo diría, te gustan los niños.
Normalmente, Eva siempre tenía una expresión seria y un aire de frialdad que no dejaba ver que pudiera tener interés por los niños.
Eva, con un juguete de superhéroe en la mano, seguía jugando con el niño sin ninguna expresión en su rostro.
-Los pequeños pueden ser bastante interesantes -dijo ella.
Dafne, Andrea y su esposo intercambiaron miradas. El ambiente se congeló en un silencio incómodo.
Después de un momento, Dafne soltó una risa nerviosa y se dirigió a Andrea:
-Disculpa, mi amiga no tiene mucha habilidad para hablar. No lo tomes a mal, lo que quería decir es que Noah es muy adorable.
Andrea sonrió apenas.
-Tu amiga es bastante particular.
-No está acostumbrada a tratar con niños, por eso le parece novedoso -explicó Dafne.
Una vez que la comida estuvo lista, todos se reunieron alrededor de una mesa redonda para
comer.
Justo en ese momento, el teléfono de Andrea sonó.
Ella lo miró y se dirigió a Dafne:
-Es el número de Silvania. ¿Será que te buscan a ti?
-No lo sé. Atiende y veamos -respondió Dafne.
Andrea contestó:
-Hola, ¿en qué puedo ayudarte?
Después de escuchar al interlocutor, Andrea levantó la mirada hacia Dafne.
-Sí, ella está en mi casa.
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Capitulo 443
Andrea le pasó el teléfono a Dafne.
-Es para ti, dicen que es un amigo tuyo.
Dafne tomó el teléfono.
-¿Hola?
Al escuchar su voz, la persona al otro lado del teléfono pareció relajarse.
Un instante después, una voz masculina, grave y magnética, resonó en el auricular:
-Dafi, ¿estás bien? No he podido contactarte.
Antes de que Dafne pudiera responder, Agustín continuó:
-Hoy te llamé más de cien veces y ninguna entró. También te mandé mensajes y no
respondiste, estaba volviéndome loco de preocupación.
-Llamé a Penélope y a Iris Casas, pero nadie sabía dónde estabas. Luego fui a tu oficina y me dijeron que habías ido a Aguamar a ver a alguien llamada Andrea.
Agustín sonaba ansioso.
-Vi en las noticias que Aguamar está sufriendo inundaciones y me preocupé mucho. Dafi, ¿por qué no puedo comunicarme contigo? ¿Te pasó algo?
Dafne se quedó un momento en silencio antes de responder:
-Estoy bien, solo que mi teléfono se cayó al agua.
Hubo una pausa al otro lado del teléfono antes de que Agustín hablara de nuevo, esta vez en un tono más bajo:
-Ni siquiera pensaste en pedirle a alguien más un teléfono para devolverme la llamada. Me estaba volviendo loco de preocupación.
Dafne respondió instintivamente:
-Mi teléfono se cayó al agua anoche, apenas ha pasado un día, ni siquiera veinticuatro horas. ¿Cómo iba a saber que intentarías contactarme? Además…
Dafne vaciló, sintiéndose un poco culpable.
-No me sé tu número de memoria.
Agustín guardó silencio.
-Vaya, eso es genial -pensó él, un poco irritado por dentro.
Ella no se sabía ni siquiera su número.
Agustín respiró profundamente. No era el momento de centrarse en eso.
Con voz ronca, dijo:
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Capitulo 443
-El vuelo a Aguamar ha estado retrasado, y el tren de alta velocidad también está suspendido. Después de salir de la oficina, decidí manejar hasta acá. Ahora estoy en Valverde, debería llegar a Aguamar alrededor de la una de la madrugada.
-¿Manejaste hasta acá? -Dafne no podía creerlo.
Agustín simplemente confirmó con un “mmh“.
Dafne levantó la voz sin querer:
-¡Silvania está a más de novecientos kilómetros de aquí! ¿Viniste solo conduciendo? Ha estado lloviendo torrencialmente por días, hay inundaciones por todos lados. ¿Qué haces viniendo a Aguamar? ¡Vuelve de inmediato!