Capítulo 470
Raúl bajó al primer piso, no había traído su carro, así que decidió tomar uno en la calle.
Una vez dentro, revisó su celular. Apenas había entrado a la habitación cuando le llegó un mensaje.
[Sobre el tipo ese, podrás encontrar pistas cuando regreses a casa.]
Raúl no necesitaba responder para saber a quién se referían. Era al misterioso novio de Anaís.
A Raúl realmente no le agradaba ese supuesto novio de Anaís. Estaba decidido a encontrar pruebas para que Anaís terminara con él cuanto antes.
Primero, Raúl volvió a su casa para recoger su carro.
Lo que no esperaba era que Lucía aún lo estuviera esperando. Al verlo, sus ojos se llenaron de lágrimas.
-Raúl, ¿por qué llegaste tan tarde?
Raúl estaba algo impaciente por lo que Lucía había hecho ese día, pero al verla luchando contra el sueño para esperarlo, prefirió no decir nada hiriente.
Lucía, entonces, adoptó una actitud cautelosa.
-Sé que me equivoqué. Después de todo, es tu hermana. No volveré a comportarme así con ella. Por favor, no te enojes.
Con el bebé que llevaba en su vientre, Raúl no podía simplemente ignorarla.
Tal y como esperaba, al escuchar sus palabras, su actitud se suavizó.
-Anaís no solo es mi hermana, también será tu hermana en el futuro. Lucía, ya te lo he advertido. No quiero que esto vuelva a suceder.
Los ojos de Lucía brillaron con una chispa de malicia, pero sonrió y asintió lentamente.
-Está bien, lo entiendo. Vamos a descansar, ya es muy tarde.
Raúl, sin embargo, tomó unos guantes rápidamente.
-Tengo que salir ahora. Volveré la noche de Año Nuevo. Descansa y cuida de ti misma, ya no
me esperes.
Lucía lo tomó de la mano, sin comprender.
-Faltan pocos días para Año Nuevo. ¿Qué asunto tan urgente podría ser como para salir ahora? ¿No puede esperar?
Raúl, sin intenciones de ocultarle nada, contestó mientras se ponía los zapatos.
-No he conocido al novio de Anaís. Me preocupa que la engañen, así que voy a investigar sobre él.
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Otra vez Anaís.
La mano de Lucía se cerró con fuerza. Ella había planeado usar esos días para fortalecer su relación con Raúl,
Apretando los dientes de rabia, fingió una sonrisa.
-Entonces déjame acompañarte. Es muy tarde y me preocupo por ti. Raúl, realmente me preocupo por ti.
-No, quédate en casa. Pídele al chef que prepare algo delicioso para la noche de Año Nuevo. Volveré para cenar contigo y Anaís también estará.
El esfuerzo de Lucía por mantener la sonrisa se desvaneció. ¿Por qué Anaís tenía que invadir su vida?
Bueno, si Raúl iba a salir, aprovecharía esos días para asegurarse de que Anaís desapareciera, evitando así que su mundo de pareja estuviera lleno de interrupciones.
Además, no olvidaba que había seducido a Raúl para vengarse de Anaís.
-Está bien, ten cuidado. Te llamaré todos los días.
Raúl asintió, tomó las llaves del carro y se fue.
Tan pronto como salió, Lucía llamó a Fabiana y le contó sobre la salida de Raúl. Luego preguntó:
-¿Podríamos pagarle a alguien para que se deshaga de Anaís?
Fabiana, del otro lado, sonrió lentamente.
-Claro que sí. Si Raúl no regresa hasta dentro de unos días, llámale a Anaís pasado mañana y dile que Raúl desapareció. Además, si Raúl aún no se ha ido, puedes manipular su celular. Bloquea el número de Anaís, así cuando ella intente comunicarse y no pueda, saldrá a buscarlo. Ese será el momento perfecto para actuar.
Los ojos de Lucía brillaron con admiración. Fabiana realmente era astuta al haber pensado en
eso.
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