Capítulo 463
Luna llamó a Agustín.
-Agustín, qué coincidencia, ¿también vienes a ver a Dafne por el asunto del caso de la empresa?
Luna y Dafne ahora tenían una relación que podría considerarse amistosa.
Desde que Dafne rescató a Luna la última vez, Luna había sentido una gran gratitud hacia ella. Después de conocerla más a fondo, se había quedado impresionada por la personalidad y carácter de Dafne, sintiendo que había encontrado una amiga después de tanto tiempo.
Sin embargo, a pesar de su buena relación con Dafne, sus sentimientos por Agustín seguían siendo los mismos.
Al ver que Agustín venía al despacho a ver a Dafne, Luna no pudo evitar sentirse un poco
molesta.
Agustín se detuvo y la miró.
-No vine por el caso de la empresa. Solo quería verla, así que vine.
Su respuesta fue directa.
La sonrisa de Luna se congeló por un instante.
Pero pronto recuperó la compostura.
-Yo también vine a verla. Subamos juntos.
Dafne salió de su oficina y se acercó al escritorio de Inés para darle instrucciones sobre el trabajo.
Mientras hablaba, Dafne vio por el rabillo del ojo a una pareja caminando hacia ella y se quedó sorprendida.
¿Por qué venían juntos Agustín y Luna?
Su aparición causó murmullos a su alrededor.
La verdad, verlos juntos despertaba muchas especulaciones. Eran una pareja atractiva y no era
de extrañar que los compañeros de trabajo se dejaran llevar por el chisme.
-Dafne, me encontré con Agustín abajo y subimos juntos —dijo Luna con una sonrisa al
acercarse a Dafne.
De hecho, la declaración de Luna ya llevaba un tono de explicación.
Como si temiera que Dafne malinterpretara la situación.
Dafne apartó la vista y respondió con un tono indiferente.
-Ah.
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Capítulo 463
-No venimos juntos -aclaró Agustín nuevamente-. Solo nos encontramos abajo.
-Ella ya lo dijo -respondió Dafne, como si no le importara en absoluto.
Continuó hablando con Inés sobre el trabajo.
-Entonces voy a esperarte en tu oficina -dijo Luna.
-Está bien–respondió Dafne.
Luna se dirigió hacia la oficina de Dafne.
-Voy a la sala de espera, te espero allí -dijo Agustín.
Era su manera de evitar malentendidos y no quedarse a solas con Luna.
Era bastante considerado.
Dafne esbozó una leve sonrisa.
Agustín siempre cuidaba esos detalles.
Sin mostrar emoción, Dafne asintió.
Cuando Agustín se fue, Inés no pudo resistir la tentación de preguntar en voz baja:
-Dafne, ¿tú y el Sr. Junco ya se reconciliaron?
Dafne se sorprendió un poco y en lugar de responder directamente, preguntó:
-¿Por qué lo preguntas?
Inés bajó la voz, adoptando un tono misterioso.
-Intuición femenina.
¿Intuición femenina?
Bastante acertada.
Inés continuó:
-¿De verdad se reconciliaron? Dafne, ya somos tan cercanas, cuéntame la verdad. Sabes que soy su fan número uno como pareja.
Dafne sonrió y le dio un suave golpecito en la cabeza a Inés, bromeando:
-Trabaja bien, hablar de chismes con la jefa en horario laboral… ¿quieres que te despidan?
Inés hizo un gesto de cerrar la boca con un cierre imaginario.
-Entonces hablamos después del trabajo.
Dafne continuó hablando un rato más con Inés sobre el trabajo y, una vez que terminó, regresó a su oficina para recibir a Luna.
Luna había estado visitando tanto el despacho de Dafne que ya lo consideraba como su casa.
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Capítulo 463
ey
A Dafne le gustaba el té y tenía muchas variedades de té de alta calidad en su oficina. Cada vez que Luna la visitaba, Dafne le ofrecía té.
Sin embargo, Luna había vivido mucho tiempo en el extranjero y no era muy fan del té. Prefería el café.
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