Capítulo 487
Raúl no captó lo que Rodrigo insinuaba y solo se quedó mirando a Rodrigo, perdido en sus pensamientos.
Rodrigo, como si sintiera algo, volteó a mirar en esa dirección por un momento y luego continuó sonriendo a Anaís.
No está claro de qué platicaban, pero ambos se levantaron y se dirigieron juntos hacia la salida del hospital.
Parecían verdaderos hermanos.
Raúl cerró las cortinas de su habitación y se sentó lentamente en la cama.
Lucía ya no estaba en la habitación; había bajado a llamar a Fabiana para preguntarle qué pensaba hacer.
Anteriormente había amenazado a Fabiana, diciéndole que si no la ayudaba a deshacerse de Anaís, la delataría.
La voz de Fabiana era pausada y tranquila.
-Lucía, mañana es la víspera de Año Nuevo. Voy a preguntarle a Anaís con quién va a cenar. Puede que elija a Raúl o tal vez prefiera estar con su misterioso novio. ¿Sabes cuál es la manera más efectiva de destruir a una mujer?
Lucía no tenía idea y frunció el ceño en respuesta.
-Habla claro.
El rencor brillaba en los ojos de Fabiana mientras apretaba fuertemente su celular.
-Si Anaís va a ver a su novio, probablemente maneje sola. Aunque mis planes anteriores fracasaron, al menos he aprendido de ellos. Esta vez, usa el celular de Raúl para mandarle un mensaje. Dile que conoces la verdad sobre su origen y que quieres platicar.
Fabiana realmente se estaba inventando esta excusa; lo único que le importaba era sacar a Anaís de su casa.
Lucía, que era ingenua, se lo creyó. Su voz se tornó aguda al instante.
-¿De qué estás hablando? ¿Cuál origen? ¿Acaso Anaís no es de la familia Villagra? ¿Cómo se atreve a acaparar todo lo de los Villagra? Esa desgraciada… ¡Voy a acabar con ella!
Fabiana no podía creer que una mentira suya hubiera encendido tan fácilmente la ira de Lucía y no pudo evitar encontrarlo gracioso. Lucía era demasiado fácil de manipular.
-Así es, Lucía. Yo también acabo de enterarme. Si Anaís fuera realmente de la familia Villagra, ¿por qué nadie en la familia la quiere? Raúl todavía está en la oscuridad, trátala como su verdadera hermana, pero para Anaís, él no es más que un rival.
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13:51 C
Capítulo 487
Lucía estaba tan furiosa que, después de colgar, regresó apresurada a la habitación de Raúl.
-¡Raúl, ¿sabes qué?! ¡Anaís no es tu hermana de sangre!
Raúl estaba pelando una manzana cuando escuchó eso y casi se cortó la mano del sobresalto. Frunció el ceño y miró a Lucía.
Lucía pensó que estaba sorprendido y rápidamente se sentó a su lado.
-No importa cómo me enteré. Anaís no es tu hermana de sangre. Está en la familia Villagra solo por la herencia. No debes mostrarle compasión.
Raúl bajó la mirada y continuó pelando la manzana en silencio.
Lucía le arrebató el cuchillo de la mano y comenzó a inventar más mentiras.
-Escuché a Anaís hablando por teléfono. Dijo que nunca ha tenido esperanzas en ti. Con Rodrigo a su lado, la empresa prosperará más que si la dejara en manos de un inútil.
Aunque Lucía era ingenua, estas palabras tocaron la fibra sensible de Raúl.
Siempre había sentido que era una carga para Anaís, que le estaba frenando. No podía creer que eso fuera lo que realmente pensaba de él.
Y no soportaba a Rodrigo.
No podía permitir que alguien que detestaba le arrebatara lo que más valoraba. Apretó la manzana en su mano hasta casi aplastarla.
Lucía sonrió.
-Raúl, ella no te ve como un hermano. ¿Por qué deberías considerarla tu hermana? Debes pensar en un plan.
Al ver el cambio en el rostro de Raúl, supo que su táctica de sembrar discordia había funcionado.
Raúl, sintiendo un dolor en el pecho, comenzó a toser violentamente y luego soltó un grito ahogado.
-Sal.
Lucía estaba encantada. Tenía planeado que alguien se encargara de Anaís al día siguiente. Mientras Raúl entendiera la situación, sería suficiente.
Después de todo, lo importante era que ambos pudieran vivir mejor juntos.
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