Capítulo 722
Paulina lo pensó un momento, pero al final no pudo soportarlo más y tomó el teléfono, lista para llamar a Carlos.
Sin embargo, antes de que pudiera marcar, Eric la interrumpió:
-¿Vas a llamar a mi hermano?
-¿Y si no a quién?
Isa definitivamente no debía ser molestada. Además, Paulina ya se había dado cuenta de que la gente de Carlos probablemente tampoco seguiría las órdenes del señor Allende.
-Es mejor que no lo hagas -dijo Eric.
Paulina arqueó una ceja.
-Mi hermano tiene una misión importante esta tarde; quién sabe si ahora mismo está en medio de un enfrentamiento.
Al escuchar esto, Paulina relajó su expresión y guardó el teléfono. Con la situación como estaba, no se atrevía a llamar a Carlos; sería imposible contactarlo ahora.
Finalmente, guardó el teléfono, apartó la manta y se levantó del sofá, subiendo las escaleras con pasos decididos.
Eric, al verla, se dispuso a seguirla como antes.
-Voy a cambiarme de ropa.
-Oh.
Esta vez Eric no entró en la habitación. Pero, ¿para qué se estaba cambiando de ropa? ¿lba a salir? Definitivamente no era seguro salir ahora.
Paulina ya estaba relacionada con Lago Negro, y ahora esa gente querría capturarla. Si realmente salía, Eric no estaba seguro de poder protegerla adecuadamente.
Pronto, Paulina salió ya cambiada. Por suerte, Carlos había sido considerado y, después de que ella usara su ropa aquel día, le había enviado ropa nueva.
Eric la vio con ropa casual y comentó:
-¿Señorita Paulina, va a salir? No puede ser.
-No lo pensé dos veces -dijo sin dudarlo.
Salir implicaría demasiados factores incontrolables, y Eric no quería complicarse. Ya estaba molesto por no haber sido incluido en la misión de la tarde, y si algo salía mal al salir, su situación empeoraría.
-No puedo dormir así como están las cosas -dijo Paulina.
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-Aun así, no puedes salir.
-¡¡¡Caray!!!
Eric estaba claramente irritado.
Paulina sabía que él la consideraba una carga en ese momento. Pero, ¿por qué se quejaba tanto?
-¿Puedo ir al patio trasero?
La casa de Carlos no era muy grande, pero el terreno alrededor, un gran jardín, sí que lo era. No se veía otra casa en los alrededores.
-¿Te refieres al campo de tiro de atrás? -preguntó Eric.
Sí, había un gran espacio detrás de la casa, junto a una pequeña colina, donde Paulina había visto a Carlos practicar tiro.
Asintió:
-Sí.
-¿Y qué planeas hacer allí? ¿Rodar por el césped?
-¡Ay, qué cosas tienes en la cabeza! -replicó Paulina.
¿Estaba loca como para ir a rodar por el césped?
-Entonces, ¿qué quieres hacer?
-Quiero que me enseñes a disparar.
Ya que no podía dormir, podría empezar a aprender.
Desde que Carlos le reveló su verdadera identidad, Paulina entendió que todo lo que había aprendido en el pasado no le serviría en su futuro.
Lago Negro…
Su madre era la futura líder de Lago Negro. Paulina estaba convencida de que su madre, ahora completamente en el lado opuesto de Lago Negro, definitivamente ganaría.
Con semejante posición, ella también tenía que convertirse en la próxima Isa. Incluso, más fuerte que Isabel.
Cuando conoció a Isabel en Puerto San Rafael, no entendía de dónde había sacado Isabel sus habilidades ni para qué le servían. Pero después de descubrir su verdadera identidad, comprendió que alguien en esa posición, sin importar bajo qué protección estuviera, debía tener la capacidad de defenderse.
Y ahora…
Su madre caminaba al filo de la navaja, siempre enfrentándose a enemigos, ¿cómo podría protegerla?
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Por eso, debía volverse más fuerte que Isa, y más despiadada.
Eric, al escuchar su intención de aprender a disparar, se puso alerta de inmediato:
-¿Para qué quieres aprender? ¿Me estás metiendo en problemas?
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