Capítulo 747
Los próximos tres días…
Carlos y Dan estaban desesperados buscando a Paulina, pero nadie sabía exactamente a dónde la había llevado Vanesa. Todos los lugares en los que pensaron que Vanesa podría haber ido, ya los habían revisado de arriba abajo, sin éxito alguno.
En el castillo de la familia Allende, Isabel había estado tratando de contactar a Vanesa y Paulina, pero desde que Paulina hizo aquella llamada tres días atrás, no había podido comunicarse de nuevo. Todos los teléfonos de Vanesa estaban apagados, y nadie a su alrededor podía ser localizado.
En ese momento, el ambiente en el comedor estaba un poco tenso. Isabel comía en silencio, mientras Carlos y Esteban estaban sentados allí también.
Esteban tomó un sorbo de su café y comentó:
-James no es el único que te ha apoyado, también Kevin ha vuelto, ¿no?
Carlos respondió:
-Han pasado tres días.
Esteban replicó:
-Ya sabes cómo es Vane. Si no quiere que la encuentren, nadie podrá hacerlo.
Finalmente, la tensión que Esteban había sentido por Isabel en el pasado, ahora se reflejaba en Carlos. En aquel entonces, él realmente temía que Isabel saliera lastimada por Vanesa. Como Vanesa había dicho aquel día, muchas veces ella no conocía sus propios límites.
Carlos se preocupó:
-Ella sigue enferma.
Esteban e Isabel permanecieron en silencio. Carlos había mencionado esto antes. Vanesa había dicho mientras tomaba su desayuno:
-Carlos, no te preocupes, sé cuidar de las personas.
Cuando Vanesa había sido llevada, también estaba enferma. Carlos miró a Isabel, tratando de contenerse. Esteban lo miró con frialdad:
-Si vas a estar así de pesimista, mejor no te aparezcas por aquí.
Carlos intentó razonar:
-Hermano…
-En lugar de perder el tiempo aquí, sería mejor que salieras a buscar.
Carlos permaneció en silencio, aunque lo que decían era cierto. En esos tres días, había
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Capitulo 747
recorrido medio mundo, pero no había encontrado rastro de Vanesa. Cualquier lugar con costa había sido revisado. Solo Vanesa podría idear un plan tan audaz como ese, pero Paulina no tenía las mismas habilidades. ¿No era eso un riesgo para su vida?
-En lugar de buscar aquí, deberías ir a ver a Yeray.
Esteban mencionó a Yeray, lo que enfureció aún más a Carlos. Yeray, por alguna razón, había decidido involucrarse. Sin embargo, Carlos no creía que Yeray supiera dónde estaba Vanesa.
-¿Vanesa permitiría que él supiera dónde está?
-Es su esposo.
Carlos se mordió los labios de frustración. Sabía por qué Yeray se había metido en esto. Ahora Dan también estaba buscando a Vanesa y Paulina. Yeray solo quería oponerse a Dan. Si los tres querían pelear, que lo hicieran entre ellos. ¿Por qué tenían que involucrar a Paulina? Cuanto más lo pensaba, más se enfurecía.
Finalmente, Carlos salió del lugar con frustración. Esteban se acercó al comedor y, viendo que Isabel no había tocado su leche, la acercó con cariño a sus labios.
Isabel preguntó:
-¿Carlos está molesto conmigo ahora?
Era absurdo. Paulina era su amiga, ¿por qué Carlos la culparía a ella? Era ridículo cómo un día sin verse podía cambiar tantas cosas. Ahora, entre Carlos e Isabel, parecía que quien tenía más derecho sobre Paulina era Carlos.
Esteban insistió:
-Primero bebe la leche.
-¿Es necesario?
Esteban asintió con firmeza. Isabel, resignada, tomó la leche y bebió solo la mitad antes de desistir. Al ver que ella realmente no podía más, Esteban no la presionó.
Isabel aprovechó el momento para preguntar:
-Oye, ¿mi hermana realmente no le hará nada a Pauli?
Estos días, ella también había estado bastante preocupada.
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