Capítulo 613
Luciana no esperaba esa clase de pregunta. ¿Se preocupaba por ella ahora? Apenas podía contener una risa irónica. ¿Le habría llegado el remordimiento a Ricardo, como si fuera otra persona a punto de enfrentar su destino?
-Luciana, ¿te gusta Alejandro, sí o no? —insistió él, más angustiado. Clara iba a regresar pronto con los medicamentos y no les quedaba mucho tiempo a solas.
Ella respiró hondo, y luego negó con la cabeza, con lentitud y determinación:
No. No lo amo. (2
Tal vez en el pasado sí, pero eso había quedado atrás y no pensaba decírselo a Ricardo.
-¿Puedo irme ahora? -preguntó, sacudiendo con firmeza el brazo que él sujetaba.
—Sí… -murmuró Ricardo, perdiendo las fuerzas en ese instante.
Sin mirar atrás, Luciana se dio la vuelta y se marchó de inmediato.
A poca distancia, Clara salía de la farmacia con un paquete de medicinas y se acercaba a ellos.
-Había mucha gente haciendo fila comentó Clara, levantando el paquete con un ligero gesto. Luego ayudó a Ricardo a incorporarse-. Ya está todo, vámonos.
Antes de regresar a casa, aún querían pasar a ver a su hija, Mónica.
-De acuerdo —asintió Ricardo con la mirada perdida. Se dejó guiar por Clara hacia el edificio de cirugía, mientras seguía dándole vueltas a las palabras de Luciana: “No me gusta…”
En la habitación del hospital, Mónica estaba recibiendo suero por vía intravenosa. 1
-Mónica, ¿cómo te sientes hoy? —preguntó Clara al dejar las cosas a un lado y sentarse junto a la cama.
-¿Que cómo me siento? —respondió Mónica con fastidio y un gesto de cansancio-. Todos los días es lo mismo: cambio de vendas, suero, tratamiento…
De pronto, levantó el brazo vendado y se lo mostró a sus padres.
-¡Mírenme nada más! ¡Sigo viéndome fatal!
-¡Ay! -exclamó Clara, sobresaltada. Con cuidado, sostuvo a su hija para que no se hiciera daño-. No te muevas así, mi amor; podrías lastimarte más la herida.
Ricardo trató de calmarla:
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-Mónica, no te desesperes. Ve paso a paso, con el tratamiento de señor Guzmán mejorarás.
-Alex… -al oír el nombre de Alejandro, los ojos de Mónica se llenaron de lágrimas—. ¡Lleva dos días sin venir a verme! -Se aferró con ansiedad al brazo de Clara-. Mamá, ¿crees que se cansó de mí, que ya no quiere saber nada?
نے
-Claro que no
Clara palmeó la mano de Mónica con suavidad, para tranquilizarla—. No pienses tonterías. ¿Quién es señor Guzmán? ¡Es un hombre muy ocupado! Si no fuera por él, ¿ crees que hubieras recibido este excelente tratamiento?
Mientras hablaba, acercó un vaso de agua a los labios de Mónica para que tomara un par de
sorbos.
-Además, acuérdate de que señor Guzmán se fue a Reeton por asuntos de trabajo. Ya sabes cómo son los hombres de negocios: primero la carrera. Así que, por favor, no te enojes con él por algo así. No le va a gustar. 2
-…Está bien respondió Mónica con un puchero, todavía un poco dolida. Se acomodó contra el hombro de su madre-. Es que extraño muchísimo a Alex. Si no lo veo un solo día, no puedo dejar de pensar en él.
-Él vendrá la animó Clara, acariciándole el cabello-. En cuanto acabe sus pendientes, estoy segura de que vendrá corriendo a verte. Piénsalo: ¿cuándo te ha dejado esperando más de la cuenta?
Mónica recapacitó y, al recordarlo, una sonrisa asomó en su rostro:
-Sí, mamá, tienes razón.
A un lado, Ricardo observaba en silencio, sintiéndose cada vez más inquieto. Sabía que, si revelaba la verdad, Mónica no podría seguir recibiendo esos cuidados y, más aún, era probable que Alejandro no la perdonara. Ella ya estaba bastante mal… Al fin y al cabo, Mónica y Luciana eran sus hijas; su sangre.
No importaba cómo lo hiciera, lastimaría a una u otra. Además, Luciana había dicho que no sentía nada por Alejandro, así que tal vez lo mejor era dejarlo todo como estaba, callarlo y no complicar las cosas. 14
***
Luciana salió del hospital anexo y caminó sin prisa hacia el departamento de Martina. Al llegar, la encontró esperando en la planta baja, justo como habían acordado. Las dos hermanas habían planeado ir a una clase de yoga, ver una película y, por supuesto, disfrutar de una gran comida.
-¡Luciana! -Martina se apresuró a su encuentro, ofreciéndole el brazo para ayudarla—. ¿ Lista para nuestro día de chicas?
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Capítulo 613
Luciana dudó un momento. 1
-Oye, ¿invitamos a Vicente?