Capítulo 23
Quise soltar mi mano, pero él me agarraba con tanta fuerza que no quise correr el riesgo de intentarlo. Solo pude mirarlo con indiferencia y decir:
-Suéltame que no voy a disculparme.
David me miró, molesto.
-¿Con que no vas a disculparte? ¿Entonces prefieres ir a la cárcel?
Él siempre había pensado que lo de la piscina fue un accidente. No fue hasta que Valentina empezó a gritar sobre llamar a la policia que se enteró de que supuestamente yo habla empujado a Luna,
-¿Sabes que casi matas a Luna?
-¿Por qué, después de que te prometi tantas veces que no tengo nada con ella, sigues insistiendo en hacerle el mal a ella? ¿Por qué la empujaste al agua?
Esmeralda, ¿puedes dejar de ser tan cruel? ¿No puedes tener un poco de respeto con Luna?
Una vez más, tal como describí en mis diarios, sin importar lo que ocurriera entre Luna y yo, él nunca investigaba. Siempre asumía que era mi culpa y me decía que soy cruel.
Igual que mis padres y mi hermano. Desde que Luna llegó a nuestra casa, cualquier problema siempre era culpa mia. Yo era la mala, la que no era tolerante con Luna.
De verdad, estoy harta de esto.
Quiero, más que nada, cortar todo vinculo con ellos para el testo de mi vida.
El profesor Neviani, viendo lo fuerte que me sujetaba y preocupado por mi, quiso intervenir para hacer que David me soltara. Pero lo detuve.
Aunque Armando ya es una figura destacada en el mundo académico, vivimos en una sociedad controlada por el dinero. Si David quisiera arruinar la carrera de un profesor, ho le costaría nada.
Yo no puedo pagar un favor tan grande arruinando su vida.
Como no podía soltarme de David, lo miré y dije:
-Está bien, iré a disculparme. Pero suéltame, me estás lastimando.
Al escuchar que me quejé de dolor, David soltó mi muñeca de inmediato. Al ver la marca roja en mi piel clara, un rastro de arrepentimiento cruzó por su mirada.
Cuando estaba a punto de irme con David, el profesor Neviani me llamo, sin poder ocultar su preocupación, Sabia que no era alguien que empujaria a otra persona al agua y no soportaba verme ceder.
Le sonrei, tratando de tranquilizarlo.
De acuerdo, me disculparé. Veamos si Luna quiere aceptar mi disculpa.
Cuando le sonreí al profesor, David apretó los puños inconscientemente.
No podía recordar cuánto tiempo había pasado desde la última vez que yo le sonreí a él.
Me miró con una expresión rara,
a, como si intentara entender algo que no podia descifrar.
Si esto hubiera sido antes, probablemente me habría preocupado por él, pensando que el hombre que alguna vez
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fue tan bueno conmigo tal vez tenía una razón secreta para tratarme asi desde que Luna regresó.
Pero aliora, no me importa nada de lo que David piense.
No importa cuáles sean sus motivos, ya he decidido que no lo amare más.
Cuando tomo una decisión, nunca dudo ni miro atrás.
Llegamos a la habitación de Luna. Mi madre le estaba dando caldo de pollo con cuidado, soplando cada cucharada antes de llevársela a la boca. Estaba siendo tati meticulosa que casi no la reconoci.
Al parecer mi madre si tiene un lado matemal.
Cuando yo estuve al borde de la muerte, ni siquiera vino a wrme, Qué contraste.
Al verme entrar, mis padres se vieron incómodos de inmediato.
Esto suena un poco enfermo, pero al verlos tan molestos, senti un poco de alegría. Miré a mi querida hermanita y levanté una ceja.
Escuché que te pusieron el medicamento equivocado y tuvieron que llevarte de urgencia a la sala de emergencias. ¿Y eso como por qué? ¿Acaso las salas de emergencia ahora tienen servicio de spa? Porque que te dejaron la piel radiante y tersa.
parece
Yo, en cambio, me fui de la sala de emergencias pálida y a punto de morir. Pero ella, mientras más se enferma, más guapa se ve. Realmente es envidiable.
Mis padres estaban aún más molestos.
¡Barbara, ¿qué estás diciendo?!
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