Capitula 35
Capítulo 35
Estábamos Mila y yo disfrutando del momento cuando recil una llamada. Era del hospital.
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-¿Es usted la señora Barbara? Su esposo, el señor David, está siendo tratado de urgencia en nues una hemorragia de sus ulceras estomacales. Le pedimos que venga lo antes posible.
hospital por
Levanté una ceja. ¿Solo una hemorragia? Si estuviera a punto de morir, tal vez consideraria ir. Al fin y al cabo, quedar viuda y heredar todos los bienes podria valer la pene. Pero as…..
Me recosté en el sofà, dejando que uno de los muchachos me diera una uva en la boca.
Lo si ento, pero estoy ocupada. Además, no soy médico ni nada que pueda ayudarle. No tiene sentido que vaya.
Colgué antes de que la enfermera pudiera responder.
Mila, que acababa de retirar su mano de los abdominales de un modelo, me miró con curiosidad.
—¿Quién está en el hospital?
-David.
Primero se quedó en blanco. Luego levantó el pulgar hacia mi. Ahora sí que estaba completamente convencida de que había olvidado a David.
De lo contrario, no podría ser tan indiferente.
Sonrei, mordi otra uva, y cuando un poco del jugo se escapó el modelo tomó una servilleta y me limpió con cuidadito. El servicio era impecable.
Mira, solo gasté un poco de dinero y me tratan asi de bien. David? Le di todo lo que tenía, y lo único que recibi fueron su desprecio en los momentos donde más lo necesitaba y a un hombre siempre frio y distante.
Definitivamente, antes tenía que estar loca para haber soportado tanto.
Mientras tanto, en el hospital…
más
La enfermera temblaba aún sosteniendo el celular. No se atrevia a mirar al hombre alto y apuesto que, enojado que nunca, tenía un aura de peligro. Pero tampoco quería quedarse en ese espacio más tiempo del
necesario.
Finalmente, con mucho miedo, habló:
-Su… Su esposa dijo que está ocupada y no tiene tiempo para venir.
La mirada de David se hizo aún más amenazante.
Había pedido que la llamada se hiciera en altavoz. Había escuchado cada palabra que Barbara dijo, junto con el sonido de la música y el tintineo de las copas. No estaba ocupada.
Pero, incluso si lo estuviera, en el pasado, sin importar qué tan ocupada estuviera, Barbara siempre corria hacia él si escuchaba que no se sentía bien. Aunque fuera solo una pequeña molestia.
Incluso si él no decía nada, bastaba con que le enviara un mensaje con un signo de interrogación para que ella fuera a verlo con prisa.
Ahora, ni siquiera con una hemorragia, se molestaba en aparecer.
-Yo no soy médico, ¿qué sentido tiene que vaya?
Captuk 35
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Era una frase que él mismo habla usado mil veces con ella. Resulta que habla escupido hacia arriba diciendo eso. Y le cayó justo en el ojo, y dolió más de lo que nunca imagind
El dolor en su estómago era real, pero ahora también lo sentía en el pecho.
Adam, al verlo, no pudo evitar comentar:
-Siempre te lo dije. Por más amor que haya, si hieres a alguien una y otra vez, llegará el momento en que se acaba el amor.
David no respondió. Simplemente tomó su chaqueta y salió jambaleándose.
”
Preocupado por su estado, Adam decidió seguirlo.
Cuando David me encontro, yo estaba en la caja de la discoteca, pagando la cuenta.
Habíamos alcanzado el mayor gasto en la historia del lugar, por lo que el gerente nos recibió junto a todos los modelos para despedimos.
Ahi estaban, una fila impecable de hombres altos y apuestos, cada uno con su propio encanto. Era un espectáculo, una delicia para los ojos.
Cuanto más brillaba mi sonrisa, más despertaba la ira de David.