Capítulo 114
Tan pronto como el carro se detuvo, Valentina corrió sonriendo para intentar enlazar su brazo con el de Andrés.
Andrés, sin alterarse, se apartó sutilmente.
Valentina se detuvo y, fingiendo indiferencia, dijo con una sonrisa: -Andrés, ya llegaste.
Andrés respondió fríamente con un “hm“.
Cuando Valentina giró la cabeza hacia Luisa, su sonrisa se desvaneció y saludó cortésmente:
Luisa.
Luisa asintió ligeramente en respuesta.
Detrás de Valentina, la seguían dos chicas desconocidas, una a cada lado. Valentina las presentó: —Estas son mis amigas, Sara y Paula.
-Oh, cierto, Paula trajo a un nuevo amigo, permítanme presentárselos.
Diciendo esto, Valentina giró la cabeza y llamó hacia atrás: -Carlos, todos están aquí.
¿Carlos?
Un escalofrío recorrió a Luisa.
No puede ser…
Tan pronto como las palabras se disiparon, ese rostro tan familiar apareció ante todos.
Carlos vestía una chaqueta de color gris humo y sostenía un bastón de trekking, caminando hacía llegó con pocos pasos.
Andrés frunció el ceño, mirando a Valentina con una mirada llena de interrogantes y reproches. La voz del hombre mostraba una clara molestia: -¿Desde cuándo conoces a Carlos?
Valentina parpadeó sus grandes y brillantes ojos, con un destello de confusión y una expresión
de inocencia.
-Carlos es amigo de Paula, ella preguntó si podía traer a un amigo, yo le dije que sí, hoy Paula lo trajo y yo lo conocí, ¿hay algún problema, Andrés?
Luisa se mantuvo con los labios sellados todo el tiempo, pretendiendo no conocer a Carlos.
Sin embargo, Carlos sonrió de manera enigmática y tomó la iniciativa de saludarla: —Luisa, hace tiempo que no nos vemos.
Valentina miró sorprendida hacia Luisa, Luisa, ¿ustedes se conocen?
Capítulo 114
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Luisa: No.
Carlos: -Sí.
Ambos respondieron al unísono.
Valentina le hizo una señal con los ojos a Paula, quien captó el mensaje y de inmediato preguntó coquetamente: -Carlos, ¿qué relación tienes con la señorita Luisa? Nunca me habías mencionado que conocías a la señorita Luisa.
Carlos sonrió de manera ambigua y, mirando a Luisa, respondió con indiferencia: -Exnovia.
—¡Ah! — Valentina, sorprendida y alarmada, miró a Luisa y exclamó: -Luisa, ¿eres la exnovia de Carlos? Lo siento, no sabía que tenían esa relación. Si lo hubiera sabido, no lo habría
invitado.
Luisa lo entendió todo.
Así que era esto, si lo del hipódromo fue un malentendido, ¿qué pasa con esto?
Paula, molesta, puchereó y frunció el ceño a Carlos: -Hmm, Carlos, viniste a esta excursión a propósito para encontrarte con tu exnovia, ¿verdad?
Carlos solo sonrió y no respondió, lo cual para los demás fue como si aceptara la acusación.
El ambiente se volvió tenso de repente.
Fernanda se acercó sigilosamente a Luisa y le tiró suavemente del borde de la ropa, preguntando en voz baja: -¿Él es realmente tu exnovio?
Luisa murmuró apenas audible un “sí“.
Fernanda cruzó los brazos y murmuró: -Tsk, esto de Valentina tiene que ser a propósito.
Luisa observó fríamente cómo estas personas actuaban frente a ella.
Decir que era una coincidencia, era imposible.
La última vez, su primo Fernando organizó una fiesta en la finca de la familia López para ella, y Carlos causó un gran escándalo en la fiesta. Aunque Valentina no asistió, como hija adoptiva de la familia Martínez, es imposible que no supiera de estos eventos de la alta sociedad.
Valentina habría traído a Carlos a propósito.
¿Cuál sería su propósito?
Mientras pensaba, alguien tomó su mano.