Capítulo 634
Eh? Luciana alzó la vista al fin y vio a Alejandro rodeado, con una copa distinta en cada brindis.
-Hmp… Rosa se giró con expresión algo envidiosa-. Es muy obvio que el señor Guzmán hace esto por ti.
Luciana se sorprendió.
-¿Por mi? ¿Por qué dices eso?
-Pues, ¿no es obvio? -respondió Rosa, con un ligero matiz de envidia-. Él es el presidente de Grupo Guzmán, y aun así se está dejando llevar por un montón de recién gradados… ¡solo para quedar bien frente a ti!
Había algo de razón en eso, lo cual inquietaba un poco a Luciana. Ella no quería que Alejandro se esforzara de esa manera; al contrario, le incomodaba.
–Oye, quédate aquí sentada un rato–sugirió Rosa-. Yo voy por algo de comer.
-No, mejor voy yo…
-¡Ni lo pienses! ¿No ves tu estado? Con ese vientre, debes tener cuidado.
Rosa partió al buffet antes de que Luciana pudiera objetar más. La reunión ofrecía comida libre, karaoke e incluso mesas de billar. Pocos minutos después, Rosa regresó con un par de platillos. 1
— Gracias —dijo Luciana, y notó que uno de los platos estaba colmado de comida-. ¿Tanto hambre tienes?
Rosa soltó una risa.
-Este es para el señor Guzmán -aclaró, señalando el platito casi vacío que ya había empezado a comer-. Este otro es mío.
-Oh… -Luciana asintió despacio. Sintió algo extraño al notar la atención que Rosa le dedicaba a Alejandro. ¿Sería que él atraía, sin proponérselo, demasiada admiración?
Con un leve suspiro, se dispuso a comer en silencio.
Un momento después, Alejandro apareció.
-Luciana -la llamó con voz baja.
-Señor Guzmán -lo saludó Rosa, poniéndose de pie y cediéndole el lugar a su lado.
Luciana sintió el fuerte olor a alcohol y frunció el entrecejo. 1
-¿Cuánto bebiste en tan poco tiempo?
-¿Te preocupas por mí? -respondió él, con el brazo recargado en el respaldo de la silla de Luciana, como si la estuviera rodeando por completo.
No, es solo que hueles a alcohol -replicó ella, con un gesto de desagrado-. Es molesto.
Alejandro no se ofendió. Sin embargo, sí estaba bebiendo más de lo que debía, y de pronto sintió una punzada en el estómago. Se llevó la mano al vientre, haciendo una mueca de dolor.
Luciana notó ese ademán y frunció el ceño.
-Te la pasaste bebiendo sin haber probado bocado, ¿verdad?
Rosa asintió con preocupación.
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Capitulo 634
-Señor Guzmán, el alcohol con el estómago vacío es pésima idea. ¿Quiere comer algo?
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Dicho esto, levantó el plato que había preparado para él, dispuesta a ofrecérselo. Pero Alejandro ni la miró; en vez de eso, se inclinó hacia Luciana con un tono de voz ligeramente ronco.
-¿Me das de comer tú? ¿Hmm?
Aquello sonaba casi como un capricho, y Luciana lo fulmine con la mirada.
-No hagas el ridículo.
-¿Ya te enojaste? -soltó él, con una risa tenue, como si disfrutara de su mal humor-. Solo quiero que me alimentes, ¿tanto te molesta? Yo siempre cuido de ti, ¿no? Pero, bien, lo haré solo.
Sin pensarlo demasiado, tomó los palillos que Luciana tenía en la mano y se sirvió un pedazo de carne que ella ya había probado. Lo masticó y, de inmediato, su rostro se contrajo con desagrado.
Agua…
Luciana se quedó pasmada. ¿Tan feo sabía?
-¿Te trajeron algo malo?
Agua -repitió él, con urgencia.
Rosa, alarmada, se levantó en busca de un vaso.
-¡Señor Guzmán, ya voy por ella!
Parecía que Alejandro no la había escuchado o estaba demasiado impaciente. Señaló el vaso que Luciana tenía frente a ella.
-¿Es tuyo?
-Sí.
-Dámelodijo con el ceño fruncido-. ¡Rápido!
Luciana notó que él se sentía muy incómodo, así que le acercó su vaso de inmediato.
-Toma.
La mano de Alejandro cubrió la de ella con fuerza, y, de paso, tiró suavemente de Luciana hacia su pecho, como si quisiera atraerla por completo a su lado.
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