Capítulo 391
Teófilo Cruz no había tenido la oportunidad de ir a hacer rafting con Paulina Romo. Sin embargo, durante la cena, se encontró nuevamente “por casualidad” con Paulina y su familia, los Romo.
El tío y la tía de Paulina lo invitaron amablemente a él y a sus amigos a sentarse y cenar juntos. Al enterarse de que pertenecía a la familia Cruz, David Romo preguntó con curiosidad:
-¿Por qué decidiste regresar al país?
Recordando el motivo de su regreso, Teófilo hizo una pausa breve antes de responder:
-Me interesa mucho el lenguaje de programación cuap y el nuevo proyecto Infinite–CM de La Conquista Comercial, así que decidí regresar para aprender más.
David, su esposa y la abuela Romo, quienes ya conocían sobre Paulina yak
Conquista Comercial, sonrieron discretamente al escuchar esto y miraron de reojo a Paulina, quien permanecía en silencio y concentrada en su comida.
Teófilo, por su parte, no pensó mucho en ello. Sabía que Paulina tenía una gran habilidad profesional, pero también sabía que había ingresado a La Conquista Comercial apenas el año pasado. Por lo tanto, él asumía que el lenguaje cuap, que existía desde hacía años, había sido desarrollado por Jorge, como se decía comúnmente. Respecto al último proyecto de La Conquista Comercial, Infinite–CM, él pensaba que Jaime Burgos estaba a cargo, ya que había tenido la oportunidad de interactuar con Jaime en algunas reuniones y había notado su gran capacidad profesional.
A pesar de que su interacción con Jaime no había sido profunda, Teófilo había observado que Paulina parecía estar siempre apoyando a Jaime en el trabajo, lo que le hizo suponer que Jaime era más competente en términos técnicos.
La familia Romo era muy cordial y conversadora, lo que dejó una buena impresión en Teófilo. Sin embargo, después de la cena, Paulina y su familia se marcharon del lugar turístico. Viendo que Paulina se había ido, Teófilo y sus amigos tampoco se quedaron mucho tiempo más.
Al día siguiente, Paulina recibió una llamada de Josefina Frias, quien le dijo que estaba a punto de regresar al país. Josefina le comentó:
-Mamá, papá tardará dos o tres días más en regresar. ¿Tienes tiempo? Me gustaría ir a visitarte y pasar un tiempo con la abuela.
Paulina recordó que la abuela Romo había mencionado a Josefina varias veces en los últimos días. Después de un momento de reflexión, respondió:
-Ven cuando quieras.
El último día de las vacaciones, Josefina regresó al país y fue directamente a casa de la familia Romo, trayendo regalos para Paulina y la abuela Romo. Tanto la abuela como David y el resto de la familia recibieron los regalos con alegría. Paulina notó que, además de los regalos para ellos, Josefina tenía otros dos que no había entregado, probablemente destinados a Armando Frias y Mercedez Lobos.
Paulina apartó la mirada con tranquilidad. Tras repartir los regalos, Josefina, aún emocionada por el viaje, sucumbió al cansancio y se acurrucó en el regazo de Paulina, quedándose dormida profundamente. Aunque no se había bañado, Paulina, viendo lo cansada que estaba y lo bien que dormía, no la despertó. Solo cuando estuvo profundamente dormida, Paulina la trasladó a la cama.
Al día siguiente, antes de ir a trabajar, Paulina llevó a Josefina a la escuela. No mencionó a Josefina cuándo regresaría Armando, pero tres días después del feriado, él volvió al país. Sin embargo, no contactó a Paulina, sino a Josefina. Después de hablar con su papá, Josefina le dijo a Paulina:
-Mamá, dice que vendrá a recogerme en un rato.
-Está bien -respondió Paulina.
Aunque Josefina no quería dejar a la familia Romo, Armando le había dicho que también la extrañaba, así que, a pesar de sus reticencias, decidió irse con él.
Media hora después, Armando llegó. Paulina, de la mano de Josefina, se acercó al auto. Armando bajó del auto y, mirándola, le dijo:
-Gracias por cuidarla estos días.
Paulina no respondió y en su lugar le dijo a Josefina:
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Capítulo 391
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-Josie, mamá necesita hablar con tu papá. Sube al auto.
-Oh… -respondió Josefina obedeciendo.
Una vez que Armando cerró la puerta, Paulina le dijo:
-¿De verdad confías en enviar a Josie, que solo tiene seis años, a un lugar tan lejos con unos guardaespaldas?
Antes de que él pudiera responder, añadió con tono desdeñoso
-No sé por qué confías tanto en esos guardaespaldas, pero no quiero que esto se repita.
Para su sorpresa, Armando no discutió y simplemente asintió:
-Está bien, lo entiendo.
Paulina se quedó en silencio. Armando entonces añadió:
-Nos vamos con Josie. Descansa.
Sin responder, Paulina se dio la vuelta y entró a la casa.
