¡Resulta que de verdad era Paulina!
Orlando, Beatriz y Alicia, aunque ninguno de ellos se dedicaba a la inteligencia artificial, no tenían ni idea de lo impresionante que era la publicación de Paulina. Sin embargo, había algo que sí sabían: el asesor de doctorado de Mercedez, Kiewit Smith, era una figura enorme en el mundo de la IA.
Un personaje de ese calibre, centrando su atención en un solo artículo, incluso contactando personalmente a Mercedez para que estudiara a fondo los aportes de ese trabajo, ya era algo fuera de lo común. Además, el propio estudiante de doctorado de Dr. Héctor acababa de mencionar que el artículo de Paulina había causado revuelo tanto dentro como fuera del país, con ingenieros reconocidos del sector leyéndolo durante la noche.
Con todo esto, estaba clarísimo que el trabajo de Paulina tenía un peso impresionante.
¿Pero cómo era posible que una publicación tan impactante fuera obra de Paulína?
Dr. Héctor no tenía idea de quién era Paulina, ni mucho menos del lío entre Paulina y las famílias Lobos y Saavedra.
Aunque aún no había leído el artículo, al enterarse de que ese trabajo había logrado multiplicar por diez la eficiencia del manejo de textos largos en modelos de IA, no podía evitar emocionarse solo de imaginar la magnitud de ese logro.
De inmediato, le preguntó a Jaime:
-¿Sabes si la ingeniera Paulina está aquí en el evento?
-Sí, aquí está -respondió Jaime con una sonrisa, girándose hacía Paulina y presentándola-. Ella es Paulína.
Durante la reunión en Tecnología Frias y hasta hace un momento, Paulina se había mostrado discreta, casi invisible. Pero su belleza era innegable: aunque muchos no sabían quién era, su apariencia la hacía memorable para todos.
Jamás se les habría cruzado por la cabeza que fuera tan talentosa.
Al enterarse de que la autora de ese artículo que estaba sacudiendo el mundo de la IA era ella, Dr. Héctor no pudo evitar sorprenderse. Se levantó y se acercó a Paulina, presentándose con cordialidad:
-Hola, señorita Paulina. Soy el profesor Héctor de la Universidad Los Arcos. Me he dedicado estos años a la investigación y desarrollo de teoría y aplicaciones de IA. Es un placer conocerte.
Paulina se puso de pie, le dio la mano y respondió:
-Un gusto, Dr. Héctor. El honor es mío, la neta.
La humildad y educación de Dr. Héctor al presentarse sorprendían a cualquiera: a quien no supiera, podría parecerle que él era el novato y Paulina la experta.
Alicia, al ver la escena, sentía una rabia que le quemaba por dentro.
¿Todo por publicar un artículo? ¿Era para tanto?
Beatriz también arrugó la frente, molesta.
En ese momento, Jaime se volvió hacia Mercedez y le dijo con una sonrisa:
-Hace rato, señorita Mercedez, mencionaste que querías estudiar a fondo ese artículo. Si en algún momento te surge alguna duda durante tu investigación, bienvenida seas a platicar con Pauli, seguro te puede ayudar.
Mercedez apretó los labios, sin saber cómo responder.
Para Alicia, ya era irritante ver a un profesor tan renombrado de una universidad prestigiosa tratar con tanta humildad a Paulina. Pero escuchar a Jaime insinuar que su hermana debía consultar a Paulina por temas profesionales fue la gota que derramó el vaso. No pudo aguantar más, se levantó de golpe y gritó:
-¡Eso sí que no!
-¿De qué estás hablando? ¡Mi hermana es doctora de una de las mejores universidades del mundo! ¿Y Paulina qué? Apenas es licenciada, ¿cómo se te ocurre decir que mi hermana debería venir a pedirle ayuda? ¿Estás bromeando o qué?
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Capítulo 405