Capítulo 122
Los senderos montañosos son accidentados, un descuido podría resultar en una caída o en un esguince. Luisa no sospechó de nada en un principio; después de todo, Valentina era la hermana de Andrés y, si estaba herida, había que ver cómo estaba.
–Vamos a ver qué pasó-, le dijo Luisa a Andrés.
-¡Uh–huh!
Andrés y Luisa siguieron a Paula de regreso por el camino un rato hasta que vieron a Valentina sentada en una piedra al lado del camino, mordiéndose el labio y emitiendo un gemido de
dolor.
-¿Qué ocurrió?–, preguntó Andrés.
Con los ojos llenos de lágrimas, Valentina respondió, –Acabo de pisar una piedrecita y
resbalé, me caí y me lastimé el pie, me duele mucho.
Luisa bajó la mirada y vio que las rodillas de Valentina estaban cubiertas de barro y que su
tobillo estaba raspado y sangrando; realmente estaba herida.
Andrés preguntó: -¿Puedes caminar?
-No puedo caminar ya.
Después de decir eso, las lágrimas comenzaron a fluir y ella lloró con vehemencia, -No se
preocupen por mí, Andrés, ya casi llegamos a la cima, vayan a ver la lluvia de meteoritos, no quiero que se pierdan eso por mi culpa.
Andrés asintió, -Voy a buscar a alguien para que te lleve de regreso.
Valentina se quedó paralizada, su expresión se descontroló por un momento, pero
rápidamente se recuperó y continuó llorando, Andrés, yo… también quiero ver la lluvia de meteoritos, ¿podría regresar luego? No quiero arrepentirme si me lo pierdo
El grito de Valentina había sido tan fuerte que Fernanda y Sergio, que iban delante, también lo escucharon. Ahora Fernanda se acercó justo a tiempo para escuchar esta parte del diálogo.
Fernanda echó un vistazo a la herida de Valentina y torció la boca, increíble, hasta comenzó a
lastimarse a sí misma.
Por supuesto, en el siguiente segundo, Valentina dijo de manera lastimera: -Andrés, ¿podrías cargarme hasta la cima? No estamos tan lejos de la cima, no peso mucho.
Luisa y Fernanda se miraron, luego, al unísono, dirigieron sus miradas hacia Andrés.
Ya solo quedaban uno o doscientos metros hasta el mirador en la cima, realmente no estaba lejos.
Capitub 122
La solicitud de Valentina parecía razonable.
Pero Luisa y Fernanda sabían que no era tan simple.
Valentina iba con segundas intenciones.
Luisa permaneció en silencio, esperando la respuesta de Andrés.
Andrés levantó la vista, mirando alrededor, y luego bajó la vista hacia el suelo.
Valentina, confundida sobre lo que él estaba viendo, preguntó: -Andrés, ¿qué pasa?
Con voz apagada, Andrés respondió: -Ya que tanto deseas ver la lluvia de meteoritos, quédate aquí y mírala, la vista es bastante buena. Aunque no es como la del mirador, debería ser suficiente para ver la lluvia de meteoritos.
-¿Ah?– Valentina claramente no esperaba esa respuesta.
Ella mordió su labio, y su rostro se volvió más pálido bajo la luz, -Andrés, no quiero quedarme aquí sola, todos ustedes irán al mirador, y yo me quedaré asustada.
Andrés permaneció impasible, manteniendo una actitud fría y distante, -¿No tienes dos amigas aquí? Que ellas te acompañen. Luego mandaré que les traigan algo de comer y después de la lluvia de meteoritos mandaré a alguien para que te lleve de regreso. No deberías pasar la noche en la montaña.
Al oír esto, Fernanda hizo una señal con los ojos a Luisa.
Esa mirada parecía decir: Andrés es realmente impresionante.
Valentina no pudo aceptar este resultado.
Llorando, dijo: -Andrés, ¿por qué no quieres llevarme al mirador? ¿Es porque temes que Luisa se moleste? ¿Es Luisa tan mezquina? Soy tu hermana, ¿y ella se enoja por eso?
Capitulo 123
Capítulo 123