Capítulo 656
+25 BONOS
Capítulo 656
-¿Puedo terminar? -pidió ella con gentileza.
Él tragó saliva y cedió, casi con obediencia:
-Sí.
-Como decía, lo he asimilado. Cuando un matrimonio no funciona, hay que concluirlo con dignidad, sin convertirnos en enemigos. -La voz de Luciana era tranquila, incluso un poco suave. Propongo que, de ahora en adelante, nos llevemos bien.
Hechas estas declaraciones, Luciana se quedó esperando la reacción de Alejandro. Él sentía todo el cuerpo rígido; sabía que, en el fondo, era una nueva negativa hacia sus intenciones de reconquistarla, solo que maquillada bajo la idea de “buenos términos“.
-De acuerdo. -Tras un breve silencio, su mirada se aclaró con algo de resignación. Era preferible a que ella siguiera evitándolo por completo.
Retomó la marcha, acelerando un poco.
-Iré más rápido; tengo una reunión esta noche.
-Sí, claro
asintió Luciana, echándole un vistazo de soslayo. Notó que no lucía enojado en absoluto, sino más bien sereno, como si acabara de tomar una decisión.
Sostuvo sus manos sobre el vientre, mientras pensaba: Hijo mío, por ti haré lo posible para mantener la paz con tu papá. De ese modo, si algún día él descubriese toda la verdad, al menos no la detestaría. O, quién sabe, a lo mejor ella misma se lo contaría en el momento adecuado— quizás el día en que él se uniera con Mónica, si es que ese “amor verdadero” llegaba a
concretarse.
Cuando el auto se detuvo frente al edificio de Luciana, Alejandro la acompañó hasta el ascensor.
-Me voy ya. Cuídate -se despidió él.
Luciana… añadió, deteniéndola con un ligero tirón de la manga.
Ella alzó la mirada, algo intrigada.
-¿Sucede algo?
Él esbozó una sonrisa con cierto aire de travesura:
-Lo de “llevarnos bien” que dijiste antes… ¿no es una broma, cierto?
-No lo es. -Luciana negó con la cabeza-. ¿De veras me retienes solo
por eso?
1/3
Capítulo 656
+25 BONOS
Alejandro soltó su mano con un gesto satisfecho:
-Me quedo más tranquilo, entonces. Ve a descansar.
-Está bien.
Las puertas del ascensor se cerraron despacio y, apenas dieron un golpecito final, Alejandro se dio vuelta, sonriendo para sí. “Llevarnos bien… Luciana, fue tu propia promesa,” pensó.
***
Esa misma noche, Martina llegó con su equipaje y se instaló en casa de Luciana. Había rescindido el contrato del departamento donde vivía sola.
-Luciana, perdona la molestia… -murmuró Martina, sintiéndose un poco apenada.
-¿Qué tonterías dices? -fingió indignación Luciana, frunciendo el ceño-. ¿No somos amigas? ¡No me vengas con disculpas!
La verdad, cuando Luciana se quedó sin un techo donde vivir, fue Martina quien la acogió.
-Gracias -repitió Martina, inflando las mejillas con una mirada algo llorosa.
–
-No te angusties le dijo Luciana, haciéndola sentarse en el sofá-. Ya verás que todo mejorará.
Porque sí, Luciana ya estaba enterada por teléfono: la familia de Martina atravesaba algunas dificultades, lo que la había obligado a dejar su departamento. Martina no entendía mucho sobre los detalles empresariales, pero deseaba que las cosas se solucionaran.
-Venga, vamos a desempacar -propuso Luciana.
Aunque el edificio era antiguo, el departamento era amplio y había sido renovado. Había espacio más que suficiente para que Martina no tuviera que compartir la misma cama con Luciana.
-Te quedas con esta habitación. Y, si no es mucho abuso, podrías tender las sábanas de mi cama también. —Luciana señaló su barriga con una sonrisa-. “¡Tía, gracias! Mi mami no puede agacharse tanto…!”
-¡Bebé metiche! -Martina rió con ganas y se puso a organizar su equipaje.
Aun así, esa primera noche acabaron durmiendo juntas, poniéndose al día, bromeando y riéndose de anécdotas pasadas. Era como revivir viejos tiempos. Hasta que un tono de llamada rompió el ambiente distendido.
-¿Tu teléfono? -señaló Luciana.
Capítulo 656
Martina miró la pantalla y frunció el ceño:
-¿Sí?-respondió con un presentimiento de malas noticias.