Capitulo 660
Capítulo 660
+25 BONUS
-¡Ja! ¿Y qué si soy injusto? -El tipo se incorporó de un salto pese a su venda en la cabeza y lanzó el brazo hacia Martina-. ¡Deja de lloriquear como si estuvieras de velorio Me pones de malas…
Parecía listo para golpearla. Aunque estaba herido, seguía siendo un hombre más fuerte.
-¡Detente! -Luciana irrumpió de inmediato, tomó a Martina del brazo y la jaló hacia atrás. Lo fulminó con la mirada-. ¿Con qué derecho la va a golpear?
-¿Otra más? -El resopló-. ¿Por qué no? ¿O es que Marc podía darme puñetazos y yo no puedo pegarle a su hermana? ¡Y a ti también puedo golpearte si me da la gana!
El hombre alzó la mano, amenazante.
-¡Te quiero ver intentándolo!
En un parpadeo, una figura apareció al lado de la cama, blogueándole el brazo y retorciéndole el hombro. -¡Aaaah! -El herido gritó de dolor-. ¡Suéltame, suéltame!
Luciana entrecerró los ojos, sorprendida al reconocerlo.
Simón?
-Luciana. -El le dedicó una sonrisa tranquila-. No te preocupes, Alejandro me pidió que te cuidara.
Simón apretó un poco más el brazo del agresor, y con voz firme le advirtió:
-¿A la señora Guzmán te atreves a ponerle un dedo encima? ¡Estás loco! Se lo contaré tal cual al señor Guzmán… ¡ y a ver cómo te va entonces!
-¿E–el señor Guzmán…? -El hombre tragó saliva. ¿De qué señor Guzmán hablas?
-El que te imaginas. -Simón sonrió con orgullo-. Ese señor Guzmán.
-¡Luciana, vámonos ya! -exclamó Martina, con los ojos llenos de angustia.
-Sí, mejor vámonos. —Luciana rodeó a su amiga con el brazo y salieron apresuradas de la habitación.
Una vez en el pasillo, Luciana la miró de arriba abajo.
-¿Estás bien?
-¿Me lo preguntas tú a mí? -Martina se sentía apenada ¡Mira la panza que tienes! ¿Cómo se te ocurre meterte así?
-No es nada. Luciana se encogió de hombros-. ¿Ves? Estoy perfectamente. Pero lo de tu hermano…
No completó la frase, porque el significado era claro:
Si ese hombre no cede, la situación de Marc podría ponerse aún peor.
Las dos se miraron a los ojos y enseguida apartaron la mirada, cómplices de un mismo pensamiento. Habían visto lo intimidado que quedó aquel tipo con el simple nombre de “señor Guzmán“. Eso solo les recordaba el poder que podía tener Alejandro para solucionar el problema. Pero…
Martina no se atrevía a pedirlo. Sabía el camino que Luciana había recorrido para alejarse de ese matrimonio y labrarse una vida independiente. Pedirle que ahora suplicara la ayuda de Alejandro sería como obligarla a retroceder.
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Capitulo 660
+25 BONUS.
Luciana pensaba casi igual: apenas anoche había decidido terminar su relación con él, confiando en su fuerza para salir adelante por sí misma… y ahora, ¿iba a volver corriendo a buscarlo? Si él aceptaba ayudarles, ¿cómo podría recompensar semejante favor?
Luciana cerró los ojos un instante, sin querer profundizar más en esa idea. Al salir del hospital, Martina decidió regresar a la casa de sus padres para acompañarlos. Luciana volvió a su departamento.
Mientras tanto, Simón, tras darle una lección al tipo de la cama 27, informó los sucesos a Alejandro.
-¡Alejandro, de verdad que lo intuías! Menos mal que dejaste todo previsto. -Le contó los detalles con entusiasmo.
Alejandro se recostó en el amplio sillón de su oficina, con la actitud relajada de quien siente el control de la situación.
-Ya veo. Fue Martina a la que vio… Entonces no hay problema.
Sonrió para sí. Hasta que Luciana estuviera completamente de su lado, no permitiría que ningún otro hombre se le acercara.
-¿Dices que Martina tiene problemas?
-Sí.
-Perfecto, excelente.
Simón se quedó pasmado. ¿Excelente? ¿Se habría vuelto loco? Esa pobre chica estaba destrozada.
Mientras giraba hábilmente un bolígrafo en su mano, Alejandro dio la orden:
-Esta noche, yo llevaré la cena. No hace falta que vayas tú.
– De acuerdo.
Colgó el teléfono y miró por la ventana. Volvía a nevar. “¡Mejor!“, pensó. Un año con nieve abundante era buen augurio.
A las seis en punto de la tarde, Alejandro llegó al apartamento de Luciana con un recipiente de comida. Subió y
tocó el timbre.
