Capítulo 153
-Era complicado de explicar en ese momento, iría a buscarte cuando lo hubiera solucionado todo, para hablarlo en persona.
-Está bien.
Tras colgar el celular, Luisa se dirigió al estacionamiento subterráneo para tomar su carro.
A esas horas aún no había cenado y sentía una gran hambre.
Condujo hasta un restaurante cercano, donde comió algo rápidamente, y no regresó a su
residencia hasta las diez de la noche.
Luisa estacionó su carro y pulsó el botón del elevador.
Al llegar a la puerta de su casa, justo cuando estaba usando su huella dactilar para desbloquearla, escuchó que alguien la llamaba por detrás.
-Luisa.
Era Carlos.
Vestía un abrigo gris oscuro, su rostro era atractivo y se mantenía sereno bajo la luz, con una leve sonrisa en su expresión.
Parecía tranquilo.
Al ver a Carlos aparecer de repente, Luisa frunció el ceño. -Carlos, ¿qué haces aquí?
—
Carlos, en lugar de responder, preguntó: – ¿Donde estuviste hoy? ¿Por qué regresas tan tarde?
Luisa frunció el ceño. -¿Eso qué te importa?
Carlos encogió los hombros. -Solo me preocupaba por ti.
-No es necesario.
ル
Luisa no quería seguir hablando con él y empujó la puerta para entrar en su casa.
-Luisa, ¿sabes dónde estuvo Andrés esta noche?
Luisa se detuvo en seco.
La voz de Carlos continuó detrás de ella: Está con Alma.
Al ver que Luisa se detenía, una sonrisa triunfante asomó en los ojos de Carlos, quien dijo lentamente: -Él no te lo dijo, ¿verdad? Claro, ¿como te iba a decir que iba a ver a Alma?
Luísa se gíró para mirarlo. -Carlos, ¿viniste aquí solo para decirme cosas que dañaran mi relación con él? ¿Crees que te voy a creer?
Capitulo 153
Carlos sonrió con suficiencia, como si estuviera de buen humor.
Sé que no me creerás.- Sacó su celular y activo una grabación. -Escucha esto antes de decidir si creer o no.
-Andrés, casi no puedo seguir viviendo,
¿sabes? En este mes y algo, tú has sido mi única
esperanza de vida, solo pensar en ti me daba el coraje para seguir adelante…
–Cada día pensaba, “debo resistir, debo seguir viva para salir de allí, solo viviendo podría verte; si moría, nunca volvería a verte…”
-Andrés, te lo suplico, quédate conmigo, estoy casi enloqueciendo. Cada vez que cierro los ojos veo a esos bastardos abusando de mí. Yo… el dolor en mi corazón es mil veces más intenso que el dolor físico…
-¿Podrías seguir hablando conmigo un poco más? Incluso si me regañas está bien… sollozos… no te vayas, no me dejes, no… realmente… realmente quiero verte… ¡tú eres la única luz en mi
vida!
Era la voz de Alma.
Luisa escuchaba cada vez más tensa.
Apretaba los puños con fuerza, los nudillos se le volvían blancos, y sus ojos mostraban un
cambio emocional.
Carlos se acercó un poco más, se inclinó ligeramente hacia adelante para mirar a Luisa a los ojos. –Andrés no te dijo que Alma fue secuestrada hace más de un mes, ¿verdad? crees que Alma está en la estación de policía, encerrada esperando a ser juzgada?
¿Aún
-¿Qué dices? — Luisa abrió los ojos muy grandes llenos de incredulidad, y su tono de voz subió varios grados.
La reacción de Luisa satisfizo a Carlos.
Parecía que había acertado.
La familia Martínez había bloqueado la noticia; Luisa no sabía que Alma había sido secuestrada.
Carlos estaba bastante complacido.
Se irguió, su alta estatura de más de un metro ochenta imponía frente a Luisa.
Una burla ligera apareció en los ojos de Carlos. -De verdad crees que esa mujer ha perseguido a Andrés durante diez años y él no siente nada? ¡Ja, ja! Luisa, sigues siendo tan ingenua, no
entiendes nada sobre los hombres.
Luisa bajó la mirada sin hablar, sin saber qué pensar.
Carlos continuó: El día de su ceremonia de compromiso, Alma fue llevada por la policía, pero luego dijo que estaba embarazada. En el camino al hospital para un chequeo, fue secuestrada.
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-Piénsalo bien, en Puerto Bella, ¿quién tiene tanto poder como para arrebatar a alguien de las manos de la policía durante el día?
La respuesta era òbvia.
En Puerto Bella, los más poderosos eran la familia Martínez. 2
Capitulo 154
Capítulo 154