+25 BONUS
Capítulo 686
Capítulo 686
Estaba pensando en los riesgos que Alondra le había mencionado antes.
-No, no hay peligro real, señor Guzmán. Creo que está siendo un poco alarmista…
Alejandro. La voz de Luciana resonó a sus espaldas.
-Hablamos luego, adiós–soltó de inmediato, colgando y dándose la vuelta con una sonrisa forzada, procurando que no notara nada extraño. ¿Ah? ¿Qué decías?
-¿A quién llamabas?
-A Sergio -mintió sin pestañear.
Luciana esbozó una risa escéptica. Ya estaba acostumbrada a sus pequeñas mentiras piadosas.
-¿Te bañaste? -preguntó él, cambiando de tema.
-Sí, me di una ducha rápida.
Alejandro revisó de reojo sus pies.
¿Te sumergiste los pies?
-¿Ah? —Luciana se quedó pasmada-. No… ¿Por qué habría de hacerlo?
-Te vendría bien un remojo -comentó él, y la condujo hasta el sofá-. ¿Tienes un balde grande o algo por el estilo?
-¿Eh? No, no tengo un balde para los pies.
-Mmm… ¿y una palangana o algo así?
-Tal vez una tina pequeña. Pero, ¿para qué…?
-Espera. Él fue al baño y regresó con una palangana, remangado hasta los codos-. Aquí está.
Colocó el recipiente a sus pies y comprobó la temperatura del agua con la mano.
-Listo, mete los pies.
Antes de que Luciana pudiera hacer gran cosa, él tomó sus tobillos y sumergió sus pies en el agua tibia. El calor subió por su cuerpo y le relajó todos los músculos.
-¿Mejor así?
-Sí… -reconoció en voz baja, sintiendo de pronto la urgencia de llorar de nuevo.
Inevitablemente, las lágrimas brotaron.
-¿Qué pasa?-se inquietó Alejandro-. ¿Te quemé con el agua?
No, para nada Luciana sonrió entre lágrimas-. No sé por qué lloro. Debe ser por las hormonas, siento que… me pongo muy sensible.
-Ya veo.
Alejandro la miró con ternura y secó sus lágrimas con la yema de los dedos-. Entonces supongo que el bebé es niña. Siempre he oído que las niñas son más lloronas.
-¡Oye! —Luciana frunció el ceño con un matiz de burla–¿Y si nace un niño llorón? ¿No te daría más miedo?
1/2
Capitulo 686
-¡Uuuh!-bromeó él con un gesto de pavor fingido, provocando la risa de Luciana.
-Mira que cambias de la risa al llanto como una niñita…
-Alejandro… Lo llamó de pronto.
-¿Mm?-murmuró él, concentrado en masajearle los pies bajo el agua.
Luciana fijó la mirada en su cabeza inclinada. –
-Ya me enteré de todo.
Él levantó la vista, volviendo su semblante sombrío de inmediato.
+25 BONUS
-¿De… todo qué? Había un solo tema que lo aterraba: el embarazo peligroso. Su expresión hablaba por sí sola.
Luciana asintió, confirmando sus temores,
-Lo que tú estás pensando. Ya lo sé.
“Así que es verdad.”
-¿Me escuchaste hablar por teléfono? -preguntó Alejandro, con la garganta seca.
Algo alcancé a oír, sí. -Luciana se encogió de hombros. Aunque ya lo sabía incluso antes de eso.
Forzó una mueca sonriente:
-Señor Guzmán olvida que también soy médico. Si ni siquiera notara algo raro en mi propio cuerpo, sería el colmo de la estupidez, ¿no crees?
Alejandro percibió que esa sonrisa no era genuina.
-Si no tienes ganas de reír, no te fuerces–dijo con suavidad.
Ella obedeció de inmediato, y la tristeza se apoderó de su rostro. Sus manos se aferraron con fuerza a sus rodillas, mientras su voz se quebraba:
-Estoy… asustada, en realidad.
En ese instante, un dolor punzante recorrió el pecho de Alejandro. Se incorporó con rapidez y la abrazó contra su cuerpo.
Luciana se inclinó apoyando la cabeza en su pecho.
-Alejandro, en serio… me da miedo -confesó con la voz temblorosa.
-No temas. -Su corazón se retorcía mientras depositaba un beso en su frente. Solo descansa. Deja todo en mis manos. ¡A ti y al bébé los protegeré, no dejaré que nada malo pase!