Capítulo 228
Flavio pensó que, aunque ella dijera que jugaba al golf, las chicas usualmente tenían menos fuerza, así que no estaba seguro de si tendría éxito, y aun si lo lograba, probablemente necesitaría ocho o nueve golpes. Perder un poco de dinero para hacer feliz a una dama valía la
pena.
Luisa sonrió de lado: -Puedo acompañarte a cenar, pero apostar dinero es tan aburrido, apostemos algo diferente.
-¿Qué quiere apostar, abogada Luisa?
-Si puedo hacerlo en menos de diez golpes, el presidente Flavio firmará un contrato de asesoría legal de un año con nuestro bufete, más un contrato de representación de casos. Si lo hago en un golpe menos, firmaremos por un año más, y si lo logro en un solo golpe, firmaremos un contrato de diez años de una vez, y durante esos diez años todos los casos de su compañía deberán ser manejados por nuestro bufete, ¿qué le parece?
Flavio rio, pensando que ella era bastante inteligente; no codiciaba esos pocos miles de dólares, sino que estaba planeando un gran negocio.
Un volumen de casos de un año del Grupo Esperanza podía mantener a su bufete durante todo
ese tiempo.
La había subestimado.
Flavio se volvió, sonriendo alegremente, y bromeó con el director del bufete: -Genaro, ¿ dónde encontraste a la abogada Luisa, tan dedicada y siempre pensando en los intereses de su bufete? Incluso estoy pensando en llevarla a mi empresa para que se ocupe de los asuntos legales.
El director respondió con una risa: -¡Ja, ja, ja! el presidente Flavio está bromeando.
Flavio, divertido, aceptó: -Dado que la abogada Luisa sugirió usar la firma de contratos como ficha, así será, si a la abogada Luisa la hace feliz.
Luisa sonrió dulcemente: -Está bien.
El camarero trajo un palo de golf; Luisa lo tomó y lo agitó un poco.
Flavio, con un tono bastante complaciente, sonrio: -¡Muy bien, muy bien! Se nota que la abogada Luisa es muy talentosa.
Luisa sonrió con una curva en los labios, sin decir palabra, se posicionó correctamente, midió el ángulo, -presidente Flavio, gracias por el cumplido.
Antes de que Flavio pudiera entender completamente el significado de sus palabras, Luisa ya había ejecutado un swing fluido y experto, y la pequeña bola blanca trazó una perfecta curva en el aire, aterrizando con precisión en el punto objetivo.
Capitulo 228
Flavio quedó boquiabierto.
Ella lo había logrado en un solo golpe.
El director del bufete no pudo evitar aplaudir con entusiasmo: -¡Impresionante!
Luisa se acercó, empujó la pelota hacia el hoyo con una postura elegante y, con una sonrisa radiante, dijo: Presidente Flavio, un golpe exitoso. Según nuestro acuerdo, su compañía debe firmar un contrato de representación y asesoría legal de diez años con nuestro bufete.
Flavio, volviendo en si, también rompió en aplausos: -¡Bien! ¡Bien! Quién lo diría, abogada Luisa, juega increíblemente bien, incluso mejor que yo. Decía que solo sabía un poco… es usted demasiado modesta.
Luisa sonrió con los labios apretados: -Gracias por el cumplido, presidente Flavio.
El director, parado a un lado, no podía dejar de sonreír, pensando en los diez años de contratos de asesoría legal y representación que acababan de asegurar.
Había pensado que traer a Luisa solo sería para acompañar y entretener al presidente Flavio, y luego hablar de firmar el contrato si él estaba de buen humor. ¡No esperaba que Luisa cerrara el trato con el Grupo Esperanza por diez años con su primer intento!
Después de años en el negocio, nunca había cerrado un acuerdo tan grande de una sola vez, y director se sintió algo avergonzado por su propia comparativa y falta de logros.
el
Mientras tanto, Hugo le dio un codazo a Andrés, diciéndole: -Tu exnovia es impresionante, eh, un golpe y listo. Sus movimientos no están nada mal, casi como los de un profesional.
Andrés miró hacia atrás, un destello de adoración en los ojos, y un aire de orgullo se apoderá de él: Luisita ya había ganado el campeonato nacional juvenil cuando estaba en la secundaria.
–Vaya.- Hugo lo miró con ojos entrecerrados. Eso suena a orgullo. Mira esa mirada tuya, como si tu propio hijo hubiera ganado un premio.
Andrés, con una expresión suave en el rostro, respondió: -Es como si fuera mi propia hija.
Capitulo 229
Capítulo 229