Capítulo 522
No esperaba que esas palabras desataran por completo la furia de la otra persona.
-¿Todavía piensas que eres esa señorita altanera? Afuera ya lo saben todos, tu padre es Jaime, ¿sabes quién es Jaime? ¡Es el tipo que hizo que mi papá se lanzara del edificio! Lo que más odio en esta vida es a Jaime.
Los ojos de la joven enfermera estaban enrojecidos. Hace veinte años, su papá dijo que iba a cobrar una deuda, y su mamá se quedó sola en casa cuidándola a ella y a su hermano. Luego, su padre nunca regresó. Se decía que fue porque trató de detener el carro de Jaime y fue empujado al suicidio.
Su papá era solo uno de los cientos que se quitaron la vida de esa manera, uno más en la lista, pero para ella, él siempre sería inolvidable.
Ahora, al ver a la hija de su enemigo, no apuñalarla fue un gran esfuerzo para contener su ira.
Porque aún tenía familia, y no podía permitir que Jaime destruyera su hogar de nuevo.
Otra enfermera, con la voz ronca, intervino:
-Ya basta, déjalo, vámonos.
La enfermera enfurecida respiró hondo, miró a Sofía y soltó una carcajada fría.
-Te has dado una buena vida todos estos años, pero ahora parece que ese que te protegía ya te abandonó. ¡Te lo mereces! Con tus heridas aún necesitas quedarte mucho tiempo en el hospital; te maldeciré todos los días.
Sofía no tenía idea de quién era Jaime. Al fin y al cabo, había crecido con la familia Lobos y
nunca había sabido de estas cosas.
Sin embargo, sentía una inquietud en su corazón, porque desde que estaba hospitalizada, nadie
había ido a visitarla.
Miró su celular.
El aparato permanecía en silencio. Tenía algunos amigos en San Fernando del Sol, pero ¿por qué ahora todos parecían haber desaparecido?
Desesperada, se quitó las vendas sin importarle el dolor y tomó su celular para llamar a
Roberto.
Su hermano le había dicho que en cualquier dificultad, siempre podía buscarlo para desahogarse.
Mientras esperaba a que Roberto llegara, Sofía leyó los mensajes del grupo y finalmente entendió quién era Jaime.
Sus ojos se llenaron de asombro e incredulidad. Solo sabía que Efraín la había recogido, pero él
nunca le había contado sobre su verdadera identidad.
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Capitulo 522
Pensaba que había sido suficientemente afortunada; aunque sus padres biológicos habían muerto, Efraín había sido bueno con ella y le había dado una familia completa.
Pero ahora, viendo los insultos en el grupo, esas palabras eran como flechas afiladas que la herían profundamente.
Su rostro cambió al apretar con fuerza el celular.
-No puede ser, no es posible, no es verdad. ¿Es esto obra de Efraín? No, no puede ser, ¡Efraín no
me haría esto!
Casi enloquecida, intentó llamar a Efraín, pero una voz mecánica le decía que él no quería responder.
Antes, cada vez que se sentía herida y le llamaba, él siempre contestaba al instante y resolvía todos los problemas que ella dejaba.
Sus ojos reflejaban el terror, nunca había imaginado que la abandonarían tan fácilmente.
¿Acaso Efraín realmente ya no le importaba ese niño?
Desesperada, dejó mensajes en el WhatsApp de Efraín, pero ninguno se enviaba.
La había eliminado de sus contactos.
Miró el gran signo de exclamación rojo, primero riendo enloquecida y luego rompiendo en llanto.
Se esforzaba por bajar de la cama cuando oyó pasos afuera, pensando que era Efraín. Sus ojos se iluminaron con esperanza.
-Efraín, sabía que no me dejarías, solo me estás asustando, ¿verdad? No importa cuánto te haya hecho enojar antes, siempre lo dejabas pasar. Además, ese niño solo me necesita a mí, ni siquiera a ti. Efraín, no me abandonarías.
Pero no era Efraín quien entró, sino varios desconocidos.
Uno de los extraños habló con un tono frío.
-Señorita Lobos, el presidente nos ha enviado para que la llevemos al extranjero y se reúna con su padre.
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