Capitulo 701
Capítulo 701
La habitación olía a desinfectante y se sentía el eco recientele la limpieza profunda.
Ya casi terminamos con los trámites–continuó. Solo estamos esperando la fecha oficial que nos mande el Instituto Wells para enviarlo.
Ricardo y Luciana se quedaron callados un momento, mirándose a los ojos. Ambos entendían que Pedro se marcharía para estudiar y que no volvería pronto. Quizá pasarían años antes de su regreso… suponiendo que decidiera volver.
Mientras Luciana era la hermana grabada a fuego en la mente de Pedro, su única familia directa, Ricardo sentía que con el paso del tiempo el joven acabaría olvidándolo. La idea lo llenaba de una mezcla dolorosa de añoranza y arrepentimiento: había conocido a sus hijos recién cuando creía que la muerte se lo llevaría, y de forma egoísta aceptó el trasplante de hígado de Pedro. Ahora, sin que Luciana le hubiese dado su perdón, el hijo que acababa de encontrar se marchaba lejos.
Ricardo parpadeó, conteniendo las lágrimas que pugnaban por salir.
-¿Que se va al extranjero? -musitó intentando sonreír–Eso es algo bueno.
Desvió la mirada hacia el joven. Pedro leía concentrado y anotaba algo de vez en cuando en los márgenes.
-Si no hay nada más que tratar, me lo llevo -dijo Luciana al fin, haciéndole un gesto a su hermano-, Pedro, ven.
-Hermana respondió él, cerrando su libro y acercándose
-Despídete de tu tío.
-Sí. Tío, hasta luego.
–
-Sí, hasta luego… Ricardo lo observó con avidez, recorriendo cada rasgo de su rostro, como si quisiera grabar para siempre la imagen de su hijo.
-Nos vamos anunció Luciana, sosteniendo a Pedro del brazo. Justo antes de salir de la habitación, escuchó a Ricardo llamarlo:
-¡Pedro!
Los dos se volvieron, sorprendidos.
-Pedro… Los ojos de Ricardo se llenaron de lágrimas—. Cuando llegues a Canadá, estudia con ganas. Aprovecha todo y crece fuerte, ¿sí?
-De acuerdo asintió Pedro con una sonrisa amplia, sin comprender del todo la tristeza de su padre. Mi hermana ya me lo dijo muchas veces, y yo le hago caso en todo.
-Así es… Ricardo se tragó las ganas de suplicarle que no se fuera-. Pedro siempre ha sido muy obediente.
Al final, agitó la mano en un gesto de resignación.
-Vayan, vayan.
Pedro lo miró con un aire serio, como si de pronto entendiera un poco de lo que
sucedía.
-Tío, póngase bien pronto, ¿sí? Me voy ahora.
En esta ocasión, los dos hermanos salieron sin volver la vista atrás. Mientras contemplaba esas siluetas desparejas que se alejaban, Ricardo apretó los dientes para contener el llanto, pero sus lágrimas terminaron brotando a raudales.
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Capitulo 701
–Pedro… Pedro… Papá te va a extrañar. Papá te esperará agaf en Muonio.
- 25 Borkis
En otra sala, la de quemaduras…
Clara no dejaba de quejarse:
—¡Esto es muy raro! ¡Tiene que haber gato encerrado!
Se refería a que, apenas había gastado algo de dinero, Ricardo se había dado cuenta enseguida.
Mónica, exhausta tras su cambio de vendajes, respondió con voz apagada:
-Sí, es extraño.
Su padre seguía muy débil desde que salió de terapia intensiva; ¿de dónde había sacado fuerzas para revisar las finanzas?
Seguro que alguien le dijo.
Mientras Ricardo estuvo en la UCI, el teléfono no funcionó, pero apenas salió, ya podía recibir llamadas.
¿Y quién habría sido? —Clara caviló un instante-. ¿Algún secretario?
Mónica se sentía demasiado cansada. Cada vez que le cambiaban las vendas, era como si le arrancaran una capa de piel.
-Es probable.
-¿Y ahora qué voy a hacer? – Clara se mordió la uña, furiosa-. ¡Tu padre es de lo peor! ¿Te das cuenta? Ni estando postrado afloja el control. Lleva toda la vida desconfiando de mí. ¡Prefiere confiar el dinero a extraños antes que dármelo!
-Mamá… La interrumpió Mónica, tomándoselo con más calma-. Al final de cuentas, ese dinero… ¿en qué lo usaste?