Incluso un sujeto entrenado no podría patear con precisión la muñeca de alguien y hacer que el cuchillo que sostiene salga volando, para luego atraparlo con elegancia. Eso fue solo un movimiente sencillo, pero todo el conjunto se veía increíblemente impresionante.
Tiempo después, Andrés regresó al país. Tras la pérdida de memoria de Anaís, le dijo que solían ser amigos, pero ella no recordaba nada.
Aunque en sus ojos aún había un atisbo de cautela y algo de brillo, la amnesia parecía haber cubierto su mirada con una capa de polvo.
Andrés no era el más capaz de la familia Lobos, pero sin duda era el mejor para inferir detalles.
Había captado una foto sin querer y, al observar la resistencia de Efraín cada vez que Anaís estaba cerca, intuyó una verdad que nadie se atrevía a imaginar.
Ahora que Efrain lo tenía acorralado, no le quedaba más opción.
Aunque le costara la vida, estaba decidido a demostrar que podía derribar al intocable de su pedestal.
Con una expresión serena, observó la cara de asombro de Roberto y dejó escapar una risa burlona.
-¿No me crees? ¿Acaso no te has preguntado por qué Efraín nunca se atreve a mostrar que le gusta Anaís? Es porque teme su desprecio. Estoy seguro de que Anaís sabía algo antes de perder la memoria, y por eso su relación era tan mala. Pero después de la amnesia, ella olvidó incluso su odio hacia él, lo que permitió que Efraín se colara en su vida. Aunque aparenta ser tranquilo y recto, ha usado muchos métodos sucios con Anaís.
Para Andrés, Efraín nunca había sido una persona limpia.
Quien lleva una máscara de perfección demasiado tiempo, tiene un corazón más oscuro y desequilibrado.
Efraín puede seguir actuando, pero si Anaís llega a despreciarlo abiertamente, podría enloquecer hasta llevarse a todos consigo.
El verdadero Efraín es como un perro rabioso, y la única correa que lo controla está en las manos de Anaís.
Pero con su amnesia, ella es tan lenta que, incluso si Efraín la empuja al fuego, no se dará cuenta.
Si hay alguien en este mundo que más teme que Anaís recupere la memoria, es definitivamente Efrain.
Porque los momentos que ahora puede pasar abiertamente con Anaís son robados.
Roberto, al escuchar sus palabras, se llenó de una emoción desbordante.
Solo sabía que Anaís, antes de perder la memoria, odiaba a Efraín, pero no sabía por qué.
Se levantó de golpe, olvidando que estaban en un carro, golpeándose la cabeza dolorosamente, lo que hizo que su tono se volviera aún más agitado.
-¿Entonces qué estamos esperando? ¡Hay que decírselo a Anaís! ¡Dile que Efraín mató a la persona que más amaba! ¡Ella lo odiará con toda su alma! ¡Eso es lo que quiero, que lo odie, que lo odie hasta la muerte! Dada la importancia que Efraín le da a Anaís, eso lo destrozará.
¿No es que Efraín mira en menos a los demás de la familia Lobos? ¿No se cree por encima de todos? Pues que experimente el dolor del amor no correspondido.
Andrés sonrió levemente, mirando el paisaje exterior, y habló en un tono tranquilo.
-Rober, después de tanto tiempo entrenando en casa, sigues siendo demasiado impulsivo. Anaís ha perdido la memoria, no podemos contarle todo. Ahora ella cree que Efraín es una buena persona. Solo necesitamos mostrarle que no es quien ella piensa. Cuando recupere la memoria, sabrá perfectamente cómo odiarlo. ¿Acaso no te has preguntado cómo fue que Efraín perdió sus piernas? Se atrevió a ir a la ceremonia de graduación de Anaís y terminó pagando con sus al extranjero a lamerse las heridas, y bien merecido que lo tenía.
Con este pensamiento, los ojos de Andrés se llenaron de odio y satisfacción.
nas. Se fue
El desprecio de estos tiempos casi lo había vuelto loco. Desde pequeño, había vivido bajo la sombra de Efraín, pensando que con esfuerzo suficiente, su abuelo lo notaría.
Durante esos años en el extranjero, varias veces estuvo al borde de la muerte, creyendo que al regresar obtendría su parte
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Capítulo 552
del Grupo Lobos. Pero la realidad le mostró que mientras Efraín existiera, su esfuerzo sería invisible.
Bastaba una palabra ligera de Efraín para borrar todo lo que había logrado.
No podía aceptarlo.
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