Esta conversación estaba insinuando la posición que ella ocupaba en el corazón del viejo.
Ella solo sintió irritación. -No he recibido invitación, pero escuché que Samuel está hablando de divorcio. Desde el principio él no estaba conforme con este matrimonio y, en estos años, nuestra empresa ha crecido bastante, ya no necesitamos aferrarnos a él.
Hubo un momento de silencio al otro lado de la línea, seguido de un reproche frustado. -Tantas mujeres sueñan con casarse con alguien de la familia Córdoba. Finalmente te has establecido en esta posición, ¿cómo es que no sabes valorarlo? Nuestra empresa está por comenzar la segunda ronda de financiación; si en este momento te peleas con la familia Córdoba, todo mi esfuerzo se irá al traste.
-Papá, no hay que ser tan ambicioso. Cuando me pediste que me casara, no dijiste que Samuel tenía novia.
Forzaron la separación de una pareja enamorada y la empujaron a ella en medio, así que el desagrado de Samuel era comprensible.
Estos años, había mantenido un perfil bajo para no provocar su antipatía, de modo que al menos podrían terminar esto de manera civilizada.
El día que Samuel regresó al país, su familia la obligó a asistir a una fiesta, pero él, que detestaba el matrimonio arreglado, no apareció en el evento.
A ella tampoco le agradaban esas situaciones, así que hizo una breve aparición para cumplir con su familia y luego se fue a
tomar.
Esa noche, se sentía muy molesta y pensaba en cómo decirle a Samuel que quería acabar con el matrimonio y recuperar su libertad.
Era ella quien le debía a él.
Por un giro del destino, terminaron en la cama juntos, algo totalmente inesperado. Al darse cuenta de que él era Samuel, comprendió que todo estaba mal.
De todas las personas con las que podía haber dormido, tenía que ser precisamente Samuel, como si el destino se burlara de ella.
Ahora, evitaba al máximo posible la situación, pero él parecía tomárselo en serio.
Pensar en esto le provocaba un dolor de cabeza.
Debía mantener su identidad en secreto. Aprovechando que Samuel aún sentía desagrado por su esposa de nombre, lo mejor era divorciarse rápidamente.
Después de todo, a ella tampoco le gustaba.
Bajo las pestañas, mientras escuchaba las instrucciones en el teléfono.
-No importa si a Samuel no le gustas, con que le agrades al viejo es suficiente. Ceci, no hagas tonterías. He estado cubriendo los gastos médicos de tu madre. No quiero usar esto para presionarte, pero debes obedecer. Si la empresa enfrenta problemas, no podré asumir esos costos médicos elevados. Y esos especialistas solo están en San Fernando del Sol por mi influencia. Aunque ganes dinero, no podrás contratarlos.
Luego de decir eso, colgó el teléfono.
Laura fijó la vista al frente, con una mueca de ironía en su mirada.
Después de un rato, inhaló profundamente y estaba a punto de arrancar el carro cuando alguien llamó a su ventanilla.
Giró la cabeza y, para su sorpresa, era Samuel otra vez.
Bajó lentamente la ventana sin mirarlo, manteniendo la vista al frente.
-¿Tiene algo más que decir, presidente Córdoba?
Samuel apoyó las manos en el borde de la ventana y le hizo una seña con el dedo.
Ella se inclinó ligeramente hacia él, solo para que él la sujetara por la nuca y le mordiera el cuello con fuerza.
Ella frunciò el ceño mientras lo escuchaba decir:
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Capitulo 559
-Me pregunto, cada vez que vuelves con marcas, ¿tu esposo nunca te pregunta? ¿O es que depende de ti para vivir y no se atreve a decir nada?
Cubriéndose el cuello, su irritación creció aún más.
-Mi esposo tiene un trabajo, y muy respetable, no es como piensas.
Samuel soltó una risita y se lamió los labios. -Entonces, si no ha notado que su esposa está teniendo una aventura, también es un cobarde.
Ella abrió la boca, mirando cómo él seguía llamando cobarde a su esposo una y otra vez. De repente, toda su ira se desvaneció, y una sonrisa se dibujo en sus labios.
Era como si Samuel sintiera que ella se estaba riendo de él.