Capítulo 294
Luisa dubitó, mirando el mensaje mientras caía en un profundo pensamiento.
Este mensaje podría haber sido enviado por alguien de Daniel, pero también podría ser obra de alguien con malas intenciones haciéndose pasar por él. No podía actuar a la ligera; tenía que aclarar el origen de este mensaje antes de tomar cualquier decisión. No podía regalarse sin más para ser manipulada.
Cuando volvió a acostarse, Luisa ya había perdido por completo el sueño.
Pensando en su hermana, que seguía desaparecida sin saber si estaba viva o muerta, su corazón se llenó de una pesada tristeza.
Y esos fanáticos extremos de Carolina también representaban una amenaza potencial.
La imagen del hombre de gafas arrojándole ácido, con una expresión feroz y un odio palpable hacia ella, quedó grabada profundamente en su mente, convirtiéndose en una pesadilla
recurrente.
Luisa nunca había pasado por algo así.
Un hombre con gafas, tuvo la suerte de esquivarla, pero ¿qué pasaría la próxima?
Carolina tenía más de cinco millones de seguidores, y aunque las amenazas abiertas son fáciles de evitar, las trampas ocultas son difíciles de prever. Luisa no sabía en qué momento tendría que enfrentarse a otro ataque de un fanático loco.
No podía seguir así, tenía que tomar medidas. No podía permitir que lo de ayer volviera a
suceder.
Pensó en muchas cosas.
Sus párpados se volvían más pesados, el sueño la alcanzó, y cerró los ojos profundamente.
Esa noche, su sueño no fue nada reparador. Luisa despertó varias veces, y la última vez fue a las ocho de la mañana, cuando finalmente amaneció.
Lo primero que hizo Luisa al abrir los ojos fue llamar a un amigo suyo, un experto en
telecomunicaciones.
-Ayúdame a rastrear el origen de este número.
El número del mensaje no era uno común de once dígitos, sino una larga secuencia de números, similar a los mensajes de spam.
No podía identificar el origen del número, así que tuvo que pedirle ayuda a su amigo.
El amigo le respondió: No hay problema, te daré una respuesta ahora más tarde.
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J
-Muchas gracias,
-¿Vas a ser tan cortés conmigo?
Poco después, el amigo la llamó de vuelta.–El mensaje proviene del país, específicamente de Puerto Bella.
¿Puerto Bella? ¿Será que Daniel aún tiene gente en Puerto Bella?
El amigo continuó: -Te enviaré la dirección detallada.
-Perfecto.
Colgó el teléfono y pronto recibió la dirección enviada por su amigo a través de WhatsApp.
Luisa enseguida reenvió la dirección a otra persona para que la investigara.
Como hija de la familia González de Puerto Bella, Luisa tenía muchos recursos y contactos a su disposición, y podía usarlos cuando quisiera; investigar cosas como estas era cuestión de mensajes.
Rápidamente, la persona le respondió: -Es un apartamento, y la dueña del inmueble se llama Carolina.
Luisa se tensó al escuchar el nombre: Carolina.
¡Otra vez Carolina!
¿Esta mujer no tiene nada mejor que hacer con su vida?
Su cuenta ya estaba permanentemente bloqueada ya le había llegado una carta de los abogados, ¿y aún no se calmaba?
La última vez que fue a buscar a Carlos, Carolina también estaba allí, y todo lo que le dijo a Carlos, Carolina lo escuchó.
Así que no era extraño que Carolina supiera que Violeta había sido secuestrada. Al parecer, el cierre de su cuenta la había afectado mucho, tanto que ahora estaba usando a Violeta para chantajearla.
Era realmente tonta y malvada.
Parecía que tendría que darle una lección para que aprendiera de una vez.
Luisa investigó más sobre Carolina y encontró el oficio de su padre, una pequeña empresa de ropa con un capital registrado de solo un millón de dólares, aún sin capital aportado.
Este tipo de pequeñas empresas, con solo una llamada, podía llevarlas a la quiebra.
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Capitulo 295
Capítulo 295