Capítulo 716
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Entre caricias y suspiros, el silencio de la habitación se llenó de la calidez de ambos.
Cuando se separaron, sintieron que sus latidos seguían el mismo ritmo. Incluso sentados en sillas distintas, la distancia se antojaba enorme. Alejandro la alzó y la sentó sobre sus piernas, volvió a tomar el cuenco y le ofreció la sopa.
-Mezcla el arroz con el caldo pidió ella, en voz baja.
-¿No decías que no tenías hambre? -bromeó él.
-Lloré tanto que me dio apetito…
-Entendido.
Mientras la ayudaba a comer, le habló con ternura:
-Cuando nazca el bebé, viajaremos a Canadá para ver a Pedro. Cada vez que extrañes a tu hermano, podemos ir. Ya le pedí a Balma que te mantenga informada y hagan videollamadas a diario. Está bien que te preocupes, pero no te angusties de más, ¿vale?
-Sí, lo sé.
-Buena chica.
Tras la cena, Alejandro la ayudó a darse un baño relajante y a remojar los pies, e incluso se aseguró de que tomara su medicamento. Se acurrucaron juntos a ver un programa de TV y finalmente se quedaron dormidos, abrazados.
***
Al día siguiente, cuando Alejandro regresó al hospital, Luciana decidió acompañarlo. Ella prefería no entrar en la habitación; solo se quedaba en la puerta, observando. Mónica lloraba y le reclamaba a Alejandro, mientras él la calmaba con paciencia.
Luciana hizo una mueca y dio media vuelta. “Soy muy egoísta“, pensó, “me agota esta
situación“. Se sentó en un banco del pasillo a esperarlo. 1
De pronto, su teléfono sonó. Vio el identificador y se sorprendió: era Victoria. 1
-¿Señora Domínguez? -preguntó con cautela.
No habían vuelto a hablar desde que Victoria le pidió que visitara a Fernando.
-¡Luciana! al otro lado, Victoria lloraba con desesperación. ¿Dónde estás? ¿Puedes venir a ver a Fernando?
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Capítulo 716
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La voz alterada de Victoria hizo que Luciana se pusiera de pie de un brinco.
-¿Qué le pasó? ¿Dónde está?
Mientras hablaba, se encaminaba hacia la salida.
-¡Está en la sala de urgencias! -explicó Victoria, rota en llanto-. Fernando… se ahogó mientras nadaba.
-¿Cómo? -Luciana sintió que el corazón se le detuvo-. ¡No puede ser! Voy para allá inmediatamente.
Colgó, con la mente hecha un torbellino. “Es imposible que Fernando se haya ahogado… Él dominaba el agua a la perfección, incluso fue nadador aficionado en la preparatoria. ¿Acaso… fue intencional?”
En cuanto Luciana llegó al centro de urgencias, Victoria corrió a recibirla.
-¡Luciana!
Tenía los ojos hinchados de tanto llorar y su rostro mostraba un claro agotamiento.
-Estaba en casa… gracias a Dios pasó en casa, porque, aun así, casi ocurre una tragedia, jay…! -Soltó el llanto con mayor fuerza.
Tomó la mano de Luciana con desesperación.
-Fue mi culpa, todo este tiempo he estado equivocada… Me equivoqué desde el principio, ¡y ahora mi hijo lo está pagando! -balbuceaba, con la voz entrecortada-. Fernando es tan joven, tan bueno… Si sigue así, incluso si sobrevive, ¿qué sentido tendrá su vida?
Fernando había sido trasladado a una sala de observación. Los padres de Fernando se quedaron fuera, dejando que Luciana entrara sola, para que pudieran tener un momento de intimidad.
Al acercarse a la cama, Luciana vio a Fernando con los ojos cerrados, la piel tan pálida que se traslucía.
casi
-Fer… -lo llamó en voz baja.
Él no dormía; abrió los ojos lentamente y, al reconocerla, sus pupilas brillaron un instante.
-Luciana…
Fue muy difícil para ella pronunciar palabra.
-Fer, ¿cómo… cómo sucedió esto? ¿Fue un descuido?
-Supongo -respondió Fernando con una sonrisa triste-. Últimamente estoy así, sin poder
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Capitulo 716
controlarme. Quizá es que la vida dejó de tener sentido.
Lo dijo con absoluta calma, como si se limitara a enunciar un hecho cualquiera. Pero Luciana entendió que él se sentía sin esperanzas, sin ganas de nada.
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