Capítulo 785
Él apretó un poco los labios antes de levantarse y recargarse en el cabecero de la cama.
[Ya es hora de dormir.]
Este número era de la nueva tarjeta de celular que Anaís había comprado. Los mensajes al número anterior simplemente no llegaban y tampoco podía llamar. Ya sabía que
probablemente había sido bloqueada.
Seguro que fue Anselmo quien lo hizo. ¿Pensaba que así podría detenerla?
Con solo comprar una nueva tarjeta, Anaís estaba segura de que podría contactar a Efraín.
Al leer esas palabras, una leve sonrisa se dibujó en sus labios.
[¿Cenaste bien?]
[Sí.]
[¿Mañana todavía te llevo la comida al Grupo Lobos? ¿Vas a la oficina?]
Mañana era sábado, técnicamente debería descansar.
Él lo pensó un momento antes de responder con una sola palabra.
[Voy.]
Anaís se sintió tranquila. Al volver, recordó que el día siguiente era fin de semana, así que preguntó por curiosidad, pero no esperaba que él aún iría.
A la mañana siguiente, se levantó a las seis para preparar el desayuno como de costumbre.
Santiago, frotándose los ojos, se sentó en la sala con algo de envidia.
-Hermana, tu esposo con una mujer como tú, seguro que en otra vida salvó a la galaxia. ¿No estás cansada? ¿Quieres que te ayude a cocinar?
Anaís se rio mientras picaba verduras.
-¿Recuerdas la última vez que cocinaste? ¿Te comiste algo de lo que preparaste?
La última vez que Santiago intentó ayudar, casi hace volar la cocina.
Desde entonces, cuando él ofrecía ayuda, Anaís prefería que se fuera a jugar.
Ahora, se sentaba obedientemente en el sofá, esperando el desayuno.
En esos días, había disfrutado mucho de la comida de Anaís. Estaba tan deliciosa que temía que al volver a Estados Unidos, no encontraría algo igual de sabroso.
-Hermana, escuché que Efraín irá a Estados Unidos para casarse con una chica de allá. Quizás no la conozcas, pero es insoportable. Se aprovecha del cariño de mis hermanos mayores, hace cosas sin pensar en las consecuencias y es muy caprichosa. No me cae bien.
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Capitulo 785
Si alguna vez te hace algo, yo te ayudaré.
Anaís detuvo el cuchillo por un instante. Había oído rumores, pero no había información pública sobre la señorita Marín en internet, lo que mostraba qué tan bien la protegía la familia Marín. En cambio, de Salvador y Fausto, sí había bastante información disponible.
Sonrió, no pudo evitar preguntar.
-¿No te gusta?
-No me gusta. Siempre dice que soy solo un perro de la familia Marín. Es engreída, habla sin respeto y suele intimidar a otros, pero mi hermano mayor la consiente, así que no puedo hacer
nada.
Anaís sintió una punzada en el corazón. Que pudiera decir cosas así indicaba que la familia Marín lo había usado bastante.
Santiago era un tipo algo infantil, pero al tener esa clase de comentarios sobre la muerte, parecía que la familia Marín le había enseñado a ver el asesinato como algo común.
Su posición en la familia era peculiar, probablemente era solo una herramienta para los dos
hermanos Marín.
No era agradable de pensar.
Santiago era muy atractivo. Últimamente, cuando paseaba por el vecindario, muchas personas
lo abordaban. Incluso varias mujeres adineradas le habían preguntado cuánto costaría
“mantenido“.
Anaís vivía en un área donde muchas mujeres tenían dinero, lo cual evidenciaba que el atractivo de Santiago era bien valorado.
Su personalidad era sencilla, no,debería tener un destino tan complicado.
-Hermano, ¿cómo te llevas con tus hermanos mayores?
¿Acaso todo con ellos era un uso y nada más?
Santiago no tenía lazos de sangre con ella, pero la trataba muy bien. Si esos dos solo lo usaban, su futuro podría ser muy triste.
-Mis hermanos mayores… siempre están ocupados, no me molestan mucho. Solo me dan tareas y mientras las cumpla, todo está bien.
Santiago bostezó, no había dormido bien la noche anterior. Temía que si dormía demasiado, podría perderse el desayuno de su hermana.
Anaís lo notó y sonrió.
-Ve a dormir un poco. Cuando termine, te dejaré tu desayuno a un lado.
Sus ojos brillaron y se levantó de un salto.
-¡Gracias! Me voy a dormir un rato. Si tienes problemas, llámame.
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Capitulo 785
Ella asintió y pasó dos horas cocinando. Pero al llegar al Grupo Lobos, fue detenida.
Unos guardaespaldas, con miradas frías y desconocidas, la confrontaron.
-Señorita Villagra, el Grupo Lobos no la está esperando.
Anais supo de inmediato que era el viejo quien había intervenido.