Capítulo 725
Mi madre y él estaban enamorados, pero tú y tu madre se empeñaron en conservar esa farsa.
Recordar aquellos días de clandestinidad y vergüenza la hacía temblar de rabia.
-¡Fue culpa de tu madre! -exclamó Mónica, con lágrimas en los ojos—. Ella siguió atada a mi papá, provocando que mi mamá viviera en la sombra y yo creciera como una hija no reconocida.
Luciana quedó pasmada ante la forma en que Mónica torcía los hechos.
-¿Ya estás conforme? -continuó Mónica, apretando los dientes-. Con tu chisme lograste que mi mamá no reciba ni un centavo. ¡Felicidades! Así te quedas con todo, ¿no?
-¿Disculpa? -murmuró Luciana, incrédula-. Ustedes dos sí que son un caso. Ni piensan en sus errores, solo en culpar a otros…
-¡Al fin lo admites! -gritó Mónica. ¡Fuiste tú quien lo delató todo! ¡Luciana, no te detendrás hasta destruirnos! a
-Ni siquiera fue eso lo que dije… -Luciana se limitó a lanzar un suspiro, desarmada por la irracionalidad de Mónica.
-¡No cantes victoria! -chilló la otra-. Mis padres llevan décadas juntos. Crees que por un enojo todo se acaba, pero no será tan fácil. ¡Él volverá en sí!
Luciana arqueó las cejas con escepticismo. Sabía bien que incluso las relaciones de toda la vida podían truncarse de la noche a la mañana. Lo había visto ya con sus propios ojos.
Mónica se volvió para irse, pero de pronto se fijó en Alejandro. Entonces recordó algo: “¿No estaba aquí para mí?”
-Alex, ¿podemos hablar a solas?
Lo dijo con un matiz que implicaba apartar a Luciana. Alejandro miró de reojo a su esposa, quien ladeó el rostro, dándole a entender que no necesitaba su permiso.
-Sus asuntos no tienen nada que ver conmigo -comentó Luciana, con frialdad, sin molestarse en mirarlos.
-Luciana… Alejandro frunció ligeramente el ceño-. Hablaré con ella un momento, no iremos lejos.
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Ella siguió sin voltear a verlo, ni responder. Sin embargo, su actitud alerta quedó registrada en la mente de Mónica, que jamás había visto a Alejandro con ese talante de “cuidado” ni de pedir permiso“. Se preguntó, llena de rabia, por qué él se mostraba tan dócil ante Luciana. “¿
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Capitulo 725
Quién se cree ella para tratarlo así?“, pensó con amargura. 1
-Bien, hablemos -decidió él.
Se dirigieron hasta la sala VIP al final del pasillo, a la vista de Luciana, quien pudo verlos de reojo.
***
-Alex, ¿qué está pasando? ¿Tu abuelo te volvió a presionar? Para Mónica, esa era la única explicación.
-¿Por qué si no habrías dejado de lado el divorcio? Tú sabes mejor que nadie que Luciana no te ama. Se casó contigo solo por venganza hacia mí -soltó Mónica en un arranque de impotencia. 1
-Mi abuelo no tiene nada que ver -respondió Alejandro, con la voz ronca-. Esta vez fue mi decisión. Yo no quiero el divorcio.
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-¿Qué? -A Mónica le tomó varios segundos reaccionar, mientras le temblaban las manos. ¿ Tú… no lo quieres?)
-Así es contestó, cerrando los ojos un instante y luego asintiendo con firmeza—. Ya no deseo terminar con esta relación. Quiero seguir con ella. (1)
-¡No! -Ella negó con la cabeza, presa de un temblor-. No te creo. Debe ser Luciana, seguro te está manipulando. ¿No ves que va y viene a su antojo, jugando contigo solo para lastimarme? ¡No puede ser que de verdad te interese!
-No es como lo estás imaginando —replicó Alejandro, interrumpiendo sus suposiciones—. No soy yo quien está siendo “arrastrado“. Al contrario, fui yo quien la buscó, quien insistió para que me diera una oportunidad… 22
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