Capítulo 324
Luisa en ese momento no vio el mensaje de WhatsApp de Francisco hasta que regresó a su habitación, media hora después.
[¿Ya estás en casa, abogada Luisa?]
Luisa: [Sí, ya llegué. ¿Tenías algo que decirme?]
Francisco: ¿Podemos hablar por teléfono?]
Luisa: [Si claro.]
Al instante, entró una llamada de voz de Francisco.
-¿Qué pasa, abogado Francisco? -preguntó algo preocupada Luisa.
-Perdón, abogada Luisa, no sabía que la tía Berta había invitado a tanta gente hoy. -Dijo Francisco con tono de disculpa.- Solo me comentó que habías encontrado a Aída perdida en el parque y que quería invitarte a cenar en señal de agradecimiento. También dijo que, como somos socios y ya nos conocemos, temía que te sintieras algo incómoda si yo no asistía, así que me pidió que fuera. No me mencionó para nada que también había invitado a don Rafael y doña Nuria. De verdad lo siento mucho.
Luisa soltó una risa.–Ya pensé que era algo serio. No es nada, tranquilo no tengo fobia social.
Francisco, algo apenado por cierto, añadió: -Temía haberte incomodado. La tía Berta es muy efusiva a veces. Mis padres han vivido en el extranjero todos estos años, y ella se preocupa por mi vida amorosa en su lugar. Antes solía organizarme citas a ciegas. La última vez que te vio, malinterpretó nuestra relación. Ya le aclaré muy bien las cosas, pero parece que no quiso escuchar…
Luisa se quedó un poco sorprendida.
No se había imaginado que Berta tuviera esas veladas intenciones.
Asimilando lo que Francisco acababa de decir, Luisa preguntó con cierta duda: -Entonces, ¿según lo que dices tu tía Berta quiere emparejarnos?
Hubo un breve silencio al otro lado de la línea.
Se oía con claridad la respiración del hombre.
Pasaron unos segundos antes de que Francisco respondiera con un confuso ‘Ok‘.
A Luisa le pareció esto algo absurdo.
Soltó una risa.–Creo que vas a decepcionar a tu tía Berta. Por ahora no tengo intención alguna de empezar una relación. El bufete acaba de abrir, por lo tanto tengo muchas cosas por hacer. En este momento, lo único que quiero es concentrarme en mi carrera.
Al oír esa respuesta, una sombra de decepción pasó por los ojos de Francisco. Suspiró en completo
silencio.
Capitulo 324
Lo que acababa de decir no era más que una simple forma de tantear los sentimientos de Luisa.
Aunque su respuesta era justo lo que él esperaba, no pudo evitar sentirse desanimado.
Después de tantos días compartidos, había confirmado con tristeza algo:
Luisa ya no lo récordaba en lo absoluto.
Desde que ella rechazó su confesión en la universidad, Francisco había evitado por todos los medios relacionarse con mujeres de su edad durante mucho tiempo.
Pasaron unos años más, y la noche de la cena de graduación, una compañera que lo había estado persiguiendo durante mucho tiempo volvió a confesarle su amor. La chica estaba borracha y lloraba
desconsolada.
La chica había empezado a perseguirlo desde la actividad de bienvenida de primer año, y lo hizo durante
cuatro años consecutivos.
Aquella noche, al ver los ojos enrojecidos de tanto llorar de la chica, pensó que tal vez ya era hora de seguir adelante, así que accedió a intentarlo con ella.
Si la primera persona a la que uno quiere se considera el primer amor, entonces, sin duda alguna, Luisa era su primer y más profundo amor.
Pero si el primer amor se define como la primera relación sentimental, entonces esa chica fue su primer
amor.
Francisco ya lo había intentado varias veces con todas sus fuerzas: había intentado enamorarse de otra
persona.
Salieron durante tres meses, pero se dio cuenta de que simplemente no podía.
Cuando le pidió terminar, le ofreció infinidad de compensaciones, pero la chica no quiso nada.
-Francisco, no tienes corazón. Esa fue la última frase que su exnovia le dijo entre sollozos.
En ese preciso momento, él permaneció en completo silencio, sin decir una sola palabra.
La chica se fue.
No quiso los treinta mil dólares como compensación por la ruptura, ni los bolsos de marca que él le había comprado, ni nada.
-Abogado Francisco, somos colegas y también amigos. -Dijo Luisa tras una breve pausa.–Pero la verdad, no seremos pareja.
-¿Ni una sola posibilidad? -preguntó Francisco con la voz baja y cargada de gran dificultad.
Luisa casi pensó que había escuchado mal.
¿Cómo podía Francisco decir algo así?
Durante su convivencia diaria, nunca había sentido en ningún momento que Francisco tuviera otros sentimientos hacia ella.
Capítulo 324
3/3
“Tal vez estaba siendo presionado para casarse y, desesperado, solo buscaba a alguien con quien conformarse. Y justo en ese momento, ella apareció en su campo de visión. Por eso Francisco había hecho una pregunta como esa.”
P
Capítulo 325
Capítulo 325