El Secreto de Mi Prometido 329

El Secreto de Mi Prometido 329

-¿Ya llegó la merienda? -La voz del hombre rebosaba de alegría, era melodiosa y cautivadora

-Efectivamente, eres . -Las pestañas de Luisa bajaron; su tono no revelaba emoción alguna

-¿Cómo lo adivinaste? -Andrés soltó una leve risa.Francisco me invitó un café, así que yo le invité la merienda. Sabes no me gusta deber favores

Cuando fue hoy al bufete, notó que había varios jóvenes

Recepcionistas, asistentes y varios abogados no parecían tener más de treinta años

Le preguntó específicamente al asistente Alejandro qué solían por lo general comer y beber los jóvenes que trabajaban actualmente

Alejandro empezó como loro a hablar sin parar

Andrés le dijo: -Encárgate personalmente de pedir la merienda para el bufete de Luisita

¿Francisco quería ganarse a la gente invitándolos a café

Pues él iba a ganárselos con merienda

Alejandro siempre era meticuloso en su trabajo

Como asistente especial del jefe Andrés, sabía bien lo que Andrés sentía por Luisa

Para la oficina de la señorita Luisa, al pedir la merienda, naturalmente se elige siempre lo mejor

La leche del era fresca, sin grasas vegetales añadidas; la fruta, importada y de las más caras; los 

mejores pasteles, de queso

Luisa, al oír lo que dija Andrés, no pudo evitar sentir grandes deseos de comer

¿En verdad era porque no le gustaba deber favores

Ni siquiera tenía ganas de desenmascararlo

Por la mañana, delante de sus subordinados, había dicho que era su propio bufete, y ahora estaba 

compitiendo con Francisco. Que hombre este 

Pensando que todos en la oficina trabajaban muy duro, y que la comida ya había llegado devolverla sería 

una verdadera pérdida y tirarla un desperdicio. Luisa solo pudo decir: -¿Cuánto costó todo esto? Te 

hago de inmediato una transferencia

Ella misma podía pagar para recompensar al equipo; no era necesario deberle todo eso a Andrés

La voz de Andrés, con una sonrisa graciosa: -Abogada Luisa, si no fue para ti, ¿para qué vas a pagarme

Me imagino que los casos de mi empresa los repartirás entre el equipo, ¿no es así? Primero hay que ganárselos, así no se quejarán tanto cuando les toque trabajar en ellos. ¿Qué te parece

Luisa se quedó sin palabras

-¿Qué estás insinuando? -frunció el ceño, molesta. -¿Estás diciendo que en mi bufete la gente trabaja 

con rencor

-Eso demuestra que no entiendes a los empleados. -Andrés sonrió con picardía.Nadie disfruta trabajar. ¿Quién no siente al menos un poco de resentimiento al ir a trabajar

En realidad, Andrés tampoco entendía mucho del tema; esas palabras se las había dicho Alejandro

Luisa quedó atónita

De hecho, al recordarlo, cuando ella ejercía fuera y trabajaba para otros, que sentía algo de resentimiento

Especialmente durante esos tres años en la Esperanza, cuando había roto toda relación con su familia

vivía dependiendo de ese escaso salario mensual, y su jefe era alguien particularmente complicado

estresante. En aquella época, que llevaba mucha insatisfacción por dentro

-Ni se te ocurra transferirme dinero. -Andrés volvió a enfatizar.Lo hice solo por los casos de mi 

empresa

-Aunque no hubieras comprado nada, de igual manera trabajaríamos con esmero en los casos de 

ustedes

-Pues les agradezco mucho entonces, abogada Luisa. -Andrés sonaba de excelente humor

Luisa pensó que, en el fondo, Andrés tenía algo de razón

Durante el trabajo, contar con pequeños beneficios como ese seguro agradaba mucho al equipo. No tenía motivo para rechazar en su nombre una buena intención

Colgó

Luisa le dijo a la recepcionista: -Avísales a todos que salgan a comer. Diles que es cortesía de nuestro cliente, el jefe Andrés

-¡Qué bien! -exclamó la recepcionista emocionadísima

Al poco tiempo, ya había un montón de gente reunida alrededor de la mesa en el vestíbulo

-¡Guau! ¿Estoy viendo bien? ¿Tarta de queso? ¿Y tantas? Esto debe costar más de mil dólares. ¡El jefe Andrés es realmente increíble! ¡En mi vida he comido un pastel tan caro como este

¡Buaaa, trabajar aquí es una gran bendición

-¡Amo trabajar! ¡Trabajar me hace feliz

-¡Son justo mis cosas favoritas! Ya me ahorré la cena de esta noche

-¡Te amo, jefe Andrés! ¡Te amo, abogada Luisa! Lucía tenía los ojos brillando de felicidad.¡Gracias, jefe 

Andrés

-¿Quién es el jefe Andrés? -le preguntó de pronto Mónica a Lucía

Capitulo 329 

Lucía respondió con emoción: -¡Es el hombre guapísimo que vino esta mañana! ¿No lo viste

Mónica lo negó.No, no lo vi

Lucía bajó la voz y susurró: -Es muy guapo. Además, el jefe Andrés es el exnovio de nuestra abogada Luisa. Ojalá vuelvan pronto

Francisco, de pie al borde del grupo, tenía la mirada profunda y una expresión difícil de descifrar

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Capítulo 330 

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