+25 BONUS
Capitulo 788
Trasum momento, Alondra se dirigió a él con gesto serio:
Señor Guzmán, su esposa está en trabajo de parto. Por favor, preparen el quirófano y avisen al personal de apoyo.
¡Sí, enseguida!—respondió una enfermera.
Luciana dejó escapar um gemido que mezclaba dolor y nervios. ¿Como no tener miedo? Era su primer hijo, y encima se estaba adelantando.
Alejandro le sostuvo la mano y notó cómo le sudaba el frío de la piel. Con voz suave, trató de tranquilizarla:
-Tranquila… la medicina ha avanzado mucho. Aunque sea un poce prematuro, va a salir bien. No te preocupes.
Luciana ya no podía articular palabras. Sabía, como doctora, que lo mejor era reservar fuerzas para el momento crucial en lugar de gritar sin sentido.
El quirófano quedaba al lado, dentro de una suite privada. Era un cuarto de partos individual, sin compartir con otras pacientes. Alejandro tenía permiso para acompañarla. Se instaló junto a la cama de Luciana y no se separó de ella ni un segundo, sujetándole la mano y secándole el sudor de la frente.
-Cuando sientas el dolor, empuja con fuerza -aconsejó la doctora Alondra-. En las pausas, relájate y, si puedes, da un par de sorbos de agua o algo ligero.
-De acuerdo… contestó Alejandro.
Había personal de enfermería listo para ayudar, pero él insistió en ocuparse de todo personalmente.
Aunque había enfermeras dispuestas a ayudarla a comer, Alejandro insistió en hacerlo él mismo. Ya estaba acostumbrado a cuidar de Luciana, pero la situación era muy distinta esta vez: los nervios lo traicionaban. 1
Se acercó con un tazón de caldo de pollo con fideos y trató de darle de comer; tenía la mano temblorosa y derramó un poco de
sopa. 8
-Perdóname, perdóname… -repetía agitado-. ¿Te quemé? ¿Estás bien?
Con ternura, la animó:
-Come un poquito más, prometo tener más cuidado.
Su actitud protectora provocó que algunas enfermeras se sonrieran entre ellas, susurrando:
—Mira al señor Guzmán, está más nervioso que su esposa.
-A final de cuentas, también es humano. En un momento como este se comporta como cualquier futuro papá.
-Bueno, no es tan “cualquiera“. No le faltárían mujeres dispuestas a tener hijos suyos…
-Shh…
Mientras tanto, Luciana aprovechaba las pausas entre las contracciones para terminarse el caldo de pollo con fideos. Alejandro también le ofreció pedacitos de chocolate y un pequeño tazón de leche con avena para mantener su energía.
En medio de todo, Luciana de pronto se aferró con fuerza al barandal de la cama, como si intentara incorporarse de golpe. Alejandro lo notó de inmediato y asumió que el dolor volvía: 2
¿Te duele otra vez? Puedo esperar a que pase para seguir dándote de comer…
Sin embargo, ella no contestó. En ese momento, todo se oscureció frente a sus ojos.
“No pasa nada“, pensó Luciana mientras trataba de calmarse. Ya antes había tenido episodios similares en los que, tras cerrar los ojos un rato, recuperaba la vista. Además, llevaba tiempo medicándose, así que intentaba convencerse de que no era grave.
1/2
Capítulo 788
+25 BONUS
-¿Luciana?Alejandro se detuvo de golpe, con el corazón en un puño. ¿Pasa algo con tus ojos?
Ni siquiera se atrevía a preguntar directamente. Se quedó mirándola tijamente, conteniendo el aliento.
Pasó un minuto eterno hasta que Luciana abrió los ojos muy despacio… pero esta vez, la oscuridad no se desvaneció.
Sintió un nudo en la garganta y el pánico se apoderó de ella.
– No… no veo nada… Alejandro-. ¡No veo!
su voz se quebró. Dos lágrimas resbalaron por sus mejillas mientras, a tientas, se aferraba al brazo de
El asombro de Alejandro no fue menor que el de ella. Se negaba a creerlo; Luciana había estado estable gracias a la medicación. Con un leve temblor, agitó la mano frente a sus ojos. Pero ella no reaccionó.
Alejandro cerró los párpados un segundo, sintiendo un golpe helado en el pecho. Luciana realmente no estaba viendo.
-Doctora Alondra… -lo llamó con un nudo en la garganta-. ¿Cómo es posible?
Antes de que Alondra pudiera revisar los ojos de Luciana, una enfermera intervino con premura:
-¡Se rompió la fuente y el cuello del útero está dilatado!