Capítulo 356
Dentro de la habitación de Víctor.
Patricia miró a Andrés. -¿Has comido?
Andrés lo negó. -No tenía apetito.
-Aunque no tuvieras apetito, debías comer. También estabas herido, ¿cómo ibas a recuperarte sin comer?
Mientras hablaba, Patricia llamó por celular al asistente de Andrés, Alejandro. -Tráele un almuerzo a Andrés.
–
-Sí, señora ahora mismo.
Ayer, después del incidente con Luisa, Alejandro había acompañado a Andrés todo el tiempo en el hospital.
Más tarde, cuando se supo que Víctor había sido envenenado y hospitalizado, Alejandro también se enteró.
Así que, aunque Patricia no especificó a dónde enviarlo, Alejandro lo comprendió enseguida -Tu abuelo regresa mañana por la tarde a Puerto Bella,– le dijo Patricia a Andrés.
Andrés respondió simplemente con un “Mm“.
Víctor ya había despertado. Se le veía bastante agotado, con las cuencas de los ojos hundidas y los labios ligeramente amoratados.
Patricia lo miró perpleja y suspiró en silencio.
La persona que la noche anterior aún discutía con ella, ahora parecía tener los días contados. Qué rápido cambiaban las cosas en este mundo.
Al pensarlo, Patricia no pudo evitar sentir cierta una profunda tristeza.
Aunque la relación entre ambos no fuera buena, habían sido esposos durante casi treinta años. Tal vez no había amor, pero sí existía un vínculo.
Víctor no sabía que, después de escuchar el diagnóstico del médico la noche anterior, Patricia había pasado la noche en vela, llorando en completo silencio mientras se encontraba sola en la
cama.
Los sentimientos humanos eran así de complejos.
Aunque entre ellos no hubiera amor, el hecho de haber compartido la vida durante treinta años y que ahora esa persona estuviera a punto de morir… decir que no dolía sería en verdad mentir.
Patricia miró a Víctor. -¿Has comido?
Capitulo 356
262
Víctor ya
conocía con exactitud su estado. Sabía que no le quedaba mucho tiempo de vida; el médico había dicho que, como máximo, un mes.
Con voz débil, Víctor dijo: -Estoy así, ¿qué diferencia hace si como o no? De todos modos, voy
morir pronto.
Patricia guardó silencio.
Andrés dijo: -Acabo de pedir comida para él, no ha probado ni un bocado.
-Come un poco.- Patricia en ese momento no supo qué más decir. Después de unos minutos en silencio, eso fue lo único que logró pronunciar.
La mirada de Víctor se posó un instante sobre Patricia, y de repente una sonrisa amarga se dibujó en sus labios. –Voy a morir, ¿estarás feliz ahora?
Al escuchar eso, Patricia se quebró por completo.
-¡Víctor!– Sin pensarlo su voz se elevó de golpe, con un dejo de llanto. -¡No soy tan cruel como piensas!
Víctor la observó y guardó silencio.
Ver a sus padres así hizo que Andrés también se sintiera mal.
Suspiró profundamente, de inmediato se dio la vuelta y salió de la habitación, dejándoles un espacio a solas.
La policía investigó tanto en la casa de los Martínez como en la hacienda de Valentina.
Encontraron algunos objetos sospechosos.