Capítulo 793
Recordando la ceguera de Luciana, su tono se hizo aún más gentil
-No te preocupes. Tus ojos se recuperarán. Todo va a mejorar, ya lo verás.
Para distraerla de la preocupación, insistió en la conversación sobre su bebé.
–Aunque haya nacido antes de tiempo, lloró con fuerza al nacer, recuerdas?
Ella asintió casi imperceptiblemente. Aunque el dolor del parto había sido inmenso, Luciana recordaba aquel llanto fuerte y claro.
-A propósito… ¿ya pensaste cómo quieres que se llame? -preguntó Alejandro.
Luciana se quedó en silencio, dudosa. Negó con la cabeza. No había tenido ni un segundo para pensar en nombres.
-Está bien–contestó él-. Con el nombre formal podemos tomarnos tiempo; seguramente mi abuelo tendrá alguma propuesta, pero mientras tanto podemos pensar en un apodo, ¿no crees?
Luciana no respondió de inmediato; no se le ocurría nada en ese momento.
-Yo tengo una idea -continuó él con una sonrisa-. Nuestra princesa nació antes de tiempo, como si tuviera prisa por vernos. ¿ Te parece si la llamamos “Alba“? Representa el inicio de un nuevo día, un amanecer ansioso por llegar.
Luciana repitió “Alba” en su mente. Al principio se le hizo algo curioso, pero entre más lo pensaba, más lindo y adecuado le parecía. Todo aquel sufrimiento que había vivido, esa experiencia al borde de la muerte, se resumía en esa pequeña palabra,” Alba“, como si los obstáculos solo hubieran sido el rito de bienvenida de su hija a este mundo.
-¿Te gusta? -preguntó Alejandro, pendiente de su reacción-. ¿Te parece bien llamarla Alba?
Luciana no dijo nada, simplemente asintió con un ligero movimiento de cabeza. Al ver que su ánimo mejoraba un poco, Alejandro dejó escapar un suspiro de alivio. 2
Sin embargo, su expresión se tornó seria de nuevo. Aún sujetándole la mano, habló en voz baja:
-Luciana, hay algo que necesito decirte.
Ella imaginó de inmediato el tema al que se refería.
-Es acerca de… “aquello“, ¿verdad? 1
Alejandro asintió, eligiendo cuidadosamente las palabras:
-Sí. Nathan y yo hemos estado ocupándonos. La historia oficial será que, en el momento del accidente en las escaleras, tú ya no podías ver.
13
-¿Qué? -Luciana sintió un escalofrío. Lo “miró” con incredulidad, aunque sus ojos no percibieran nada. Ella estaba convencida de que su ceguera se había manifestado hasta el parto. (3
-Sí… así es continuó Alejandro, como si adivinara sus pensamientos. Le apretó la mano con más fuerza-. La doctora Alondra firmará un certificado profesional que avale tu pérdida de visión previa al incidente. Tu historial clínico también lo respalda y no deja lugar a dudas.
Luciana se quedó atónita. Evidentemente, la doctora Alondra también había sido persuadida de alguna forma. Le costaba creerlo, pues siempre la había considerado una mujer intachable, pero de pronto vio que Alejandro era capaz de casi cualquier
cosa.
-No te inquietes -añadió él-. Alondra, como todos, tiene familia y puntos vulnerables. Tomó lo que le ofrecí. Para ella, a fin de cuentas, tu ceguera pudo haberse manifestado en ese momento exacto o antes. Y en cuanto a los testigos, nadie vio con total claridad que “tú” empujaras a Mónica. De modo que esto no será más que un accidente, con víctimas pero sin culpables.
En resumen, Luciana no se vería implicada judicialmente.
Capitulo 793
+25 BONUS
Nathan vendrá a verte pronto prosiguió. Te explicará cómo responder al interrogatorio policial. Sigue sus instrucciones, él sabe lo que hace. Además, ya hablé con Santiago en la comisaría para que respeten tu reposo posparto. No te van a llarnar a declarar hasta que Alondra lo autorice.
El hombre le acarició la mano con delicadeza.
-Descansa y recupérate. Luego, cuando te sientas con fuerzas, resolveremos el resto.
Durante un buen rato, Luciana no abrió la boca. No era sorpresa: en el fondo, había imaginado que Alejandro se movería para sacarla del problema. Pero recordaba perfectamente que, con Mónica, él había actuado de manera parecida. Ella misma admitía que se había dejado llevar por el rencor y había empujado a Mónica con saña. Estaba preparada para pagar las consecuencias, aunque doliera. 25
50