Capitulo 794
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Capítulo 794
Sin embargo, allí estaba Alejandro, deshaciendo el asunto con total facilidad, casi como si no hubiera sucedido nada. Al menos, para la justicia. Quizá por eso mismo, sentía un nudo de fra: ¿sería a la misma forma en que él protegió a Mónica, negándolo todo?
Aun así, sabía que, por más que preguntara, Alejandro no lo admitía. Y con el nacimiento prematuro de su hija, las prioridades habían cambiado. Luciana no quería dejar huérfana a su niña, ni darle la razón a quienes le deseaban un final amargo.
“¿Por qué debería rechazar su ayuda?“, penso. “Después de todo, Mónica sigue campante, y yo no tengo por qué hundirme.” Con un súbito impulso, Luciana cerró los ojos. Sin responder directamente, soltó un suspiro:
-Dame tiempo para pensarlo.
Alejandro frunció el ceño, claramente preocupado, pero entendía su necesidad de meditarlo.
-Está bien–cedió con un leve asentimiento.
Estaba dispuesto a esperar tanto como hiciera falta.
***
Esa tarde, Alejandro se fue a la empresa con la promesa de regresar en la noche. En cuanto él se marchó, Luciana sacó su teléfono. Activó el asistente de voz con cuidado: 1
-Llamar al señor Enzo…
El dispositivo obedeció y marcó el número.
-¿Luciana? -atendió Enzo al otro lado.
-Sí… soy yo -respondió ella con nerviosismo, tragando saliva Señor Enzo, necesito de tu ayuda.
Hubo un breve silencio y luego la voz de Enzo se tornó firme.
-De acuerdo. Déjalo en mis manos.
-Bien… gracias -musitó Luciana, aferrando el teléfono.
Al cortar la comunicación, se quedó con la mirada clavada en esa oscuridad permanente. Susurró en voz muy baja:
-Lo siento, Alejandro…
*** 2
Ya de noche, cuando Alejandro regresó al hospital, la doctora Alondra lo llamó a su oficina.
-Doctor Alondra, ¿le pasa algo a mi esposa? ¿O a mi hija? -preguntó con ansiedad apenas entró.
-Se trata de la señora Guzmán contestó Alondra-. Hoy, en la revisión, noté que su estado anímico no es el mejor.
Alejandro frunció el ceño.
-¿Está deprimida? Es comprensible, con todo lo que ha sucedido… y ahora lo de su vista…
Esa es parte de la razón. Pero lo que quiero decirte es que presenta signos de depresión posparto. Al ver la inquietud en los ojos de Alejandro, la doctora se apresuró a añadir: No te alarmes. Es más común de lo que parece, especialmente en situaciones tan difíciles como la que vivió Luciana. Te lo menciono porque va a necesitar tu compañía y tu apoyo para superarlo.
-Claro, haré todo lo que sea necesario – aseguró Alejandro con un gesto serio-. También te agradecería que la apoyaras con lo que haga falta.
-Por supuesto.
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Con el corazón encogido, Alejandro salió del consultorio con la ine nuevo problema. Pero no podía dejarse abatir: Luciana lo necesital
Entró a la habitación y la encontró terminándose un plato de sopa medio comer, lo que para él ya era buena señal
-Veo que hoy has comido um poquito mejor–comentó, satisfech
Luciana asintió en silencio. Sabía que necesitaba fuerzas para todo inútil. Luego, se limpió la boca con la servilleta. Aun sin poder ver, mirarla.
-Sobre lo que me propusiste… lo acepto–dijo de pronto, con voz
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