Orlando no se fue, se quedó junto a Mercedez.
Pasó un momento y, cuando Mercedez iba a buscar a Armando, ya no había rastro de él cerca de Paulina.
Sin embargo, Paulina estaba platicando con Alejandro.
Dada la cercanía entre Alejandro y Orlando, al encontrarse fuera era natural que se saludaran.
Después de intercambiar saludos, Orlando le presentó a Mercedez:
-Sr. Alejandro, le presento a….
Alejandro sonrió y lo interrumpió:
-Señorita Mercedez, ya nos hemos visto antes.
Mercedez le devolvió el saludo con cortesía.
Alejandro asintió con una sonrisa y volvió su atención a
-Pauli, ¿sigues tan ocupada como siempre?
Aunque el evento ya había terminado, seguían en un lugar público. Aun así, Alejandro la llamó cariñosamente “Pauli“, y su tono con ella era mucho más cálido que cuando hablaba con Orlando.
Eso dejaba claro que Alejandro no intentaba ocultar su aprecio por Paulina.
Paulina asintió:
-Si.
Paulina sentía perfectamente el aprecio de Alejandro.
Antes, cuando lo veía, simplemente lo saludaba como de costumbre.
Sin embargo, al ver que Orlando se acercaba, de pronto recordó que Alejandro era el papá de Tito Jacobo.
Pensar en cómo Tito la perseguía no le causaba incomodidad frente a Alejandro, después de todo, entre Tito y ella no había pasado nada.
Mercedez bajó la mirada.
Aunque Alejandro no la trataba con indiferencia ni la ignoraba, su actitud con Paulina era muchísimo más cercana.
De hecho, después de que ella lo saludó, Alejandro nó volvió a dirigirle la palabra. Era como si no tuviera ningún interés en profundizar su relación con ella, y mucho menos en mostrar algún tipo de admiración.
En condiciones normales, Alejandro habría mencionado algo sobre Red Nova, considerando que la invitación al evento le llegó por parte de ellos.
Pensando en eso, la sonrisa de Mercedez se apagó un poco.
Orlando no notó la falta de entusiasmo de Alejandro hacia Mercedez, pero sí vio que Alejandro quería seguir platicando con Paulina. Aunque a Orlando no le agradaba mucho Paulina, tampoco quería interrumpir a Alejandro, así que después de saludarlo, se fue junto a Mercedez.
Mercedez notó que la opinión de Orlando sobre Paulina seguía siendo la misma de siempre.
Por alguna razón, se animó a decir:
-Parece que tanto el señor Alejandro como el señor Antonio le tienen mucho aprecio a la señorita Paulina. Hace poco, Armando y yo nos encontramos a la señorita Paulina con el señor Burgos, el señor Alejandro y el señor Antonio… todos juntos jugando golf.
Orlando se sorprendió:
-¿Mi papá y el señor Alejandro estuvieron jugando golf con Paulina y Jaime?
-Así es, la señorita Paulina y tus papá y los demás parecen llevarse muy bien, Da la impresión de que no era la primera vez que se reunían así -dijo Mercedez con una sonrisa, y luego preguntó, fingiendo sorpresa-: ¿No sabía usted, señor Rocha, que su papá era tan cercano a la señorita Paulina y los otros?
15:53
Orlando frunció el ceño y negó con la cabeza:
-No, no tenia idea
Su papa jamás le había mencionado algo así.
Mercedez lo notó enseguida.
Recordando la última vez que coincidieron, ella percibió que Antonio Rocha también tenía cierta debilidad por Paulina. Pensó que Antonio se lo contaría a Orlando, y que eso haría que Orlando cambiara su opinión sobre Paulina.
Pero al final…
Alejandro también estaba ocupado, así que después de platicar un rato con Paulina, ella se dirigió a atender otros asuntos.
Un rato después, Paulina aprovechó un momento libre y salió del salón discretamente.
En cuanto la vio marcharse, Castulo se levantó y le dijo a Armando:
-Armando, tengo que irme. Me salió un asunto pendiente.
Armando volteó:
-¿No te quedas a comer con nosotros?
Castulo negó con la cabeza:
-No, gracias.
-Está bien -respondió Armando, sin insistir-. Cuando termines tus asuntos, nos juntamos otro día.
Castulo asintió:
-Perfecto.