Capítulo 209
Me quedé callada, pensando que quizás tenía razón.
También sentía que entre él e Isabel no podía existir una relación puramente fraternal.
Aunque ya no importaba, hace tiempo que dejé de preocuparme por eso.
-Comamos, la comida se está enfriando -cambié de tema, no queriendo hablar más de
Antonio.
Valentina también tomó sus cubiertos, pero antes de que pudiéramos dar unos bocados, pasaron dos personas junto a nosotras y una voz afectada exclamó: -¡Vaya! ¿No es esta la señorita María? ¡Oh, Valentina! ¿También has vuelto a Altamira? Parece que todas estamos aquí por el aniversario.
Valentina y yo volteamos al mismo tiempo para ver a una joven mujer vestida lujosamente y con un maquillaje impecable. Ambas nos quedamos perplejas por un momento.
Después de un instante, la reconocí y pregunté con duda: -¿Daniela Pérez?
Valentina intervino suavemente: -¿Cómo es que te operaste tanto? ¡Casi no te reconozco!
El rostro de Daniela se descompuso al instante: -Valentina, ¿no sabes hablar con propiedad?
Valentina hizo una mueca: -Solo digo la verdad.
Pensando que este era el restaurante de la familia de mi mejor amiga y no queriendo causar problemas que afectaran el negocio, me apresuré a cambiar de tema: -¿Señorita Pérez, volvió al país especialmente por el aniversario?
Daniela cruzó los brazos y alzó la cabeza con aire altivo: -No solo por eso, me ascendieron y volví para asumir el cargo, aproveché para asistir al aniversario y ver a los viejos compañeros.
-Oh, felicitaciones entonces -sonreí cortésmente.
Esta persona también fue mi compañera de universidad, aunque éramos rivales acérrimas.
La razón era que en aquella época teníamos un origen social similar, notas parejas en las materias de la carrera, e incluso altura y apariencia comparable.
Como dice el dicho, en un monte no caben dos tigres, menos aún dos tigresas… esto llevó a que compitiéramos en todo.
Pero la mayoría de las veces, yo llevaba una ligera ventaja y conseguía un poco más de reconocimientos que ella.
Con el tiempo, llegó a verme como una espina clavada.
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Capítulo 209
Después de graduarnos, se fue al extranjero y no nos habíamos vuelto a ver.
No esperaba que en este reencuentro del aniversario todavía me viera como su enemiga, atacándome desde el primer momento.
Mirando su rostro evidentemente operado, ahora tan perfecto como el de una Barbie, sentí una profunda lástima.
En realidad, su rostro natural era más hermoso y memorable.
Ahora, con ese fuerte aire a influencer, se perdía entre la multitud.
-De nada
sonrió al oír mi halago, y continuó con su tono altanero-. Apenas volví al país, me enteré que tu familia quebró, que tu padre está en prisión, y todo gracias a ti… María, definitivamente eres mejor que yo, ¡qué despiadada!
-Gracias por el cumplido -respondí con una sonrisa tenue, siguiéndole la corriente.
Daniela siguió provocando: -Con todas tus deudas, ¿cómo te atreves a venir a un restaurante así? ¿Tienes dinero para pagar la cuenta?
Pregunté deliberadamente: -¿Qué pasa, señorita Pérez quiere invitarme la cena?
-Vaya, ahora sí sabes ser humilde. ¿No es solo una cena? Bien, considéralo mi invitación a una vieja compañera —dijo Daniela, levantando la mano para llamar al mesero.
-¡Eh! Daniela, tú… —Valentina se sobresaltó e intentó detenerla, pero la contuve.
Le hice un gesto con los ojos a Valentina, quien comprendió y se volvió a sentar tranquila.
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