Capítulo 235
Mi mente explotó, mis mejillas ardieron instantáneamente, y el mensaje que estaba escribiendo quedó a medias.
¡Lo había visto!
¡Lo eliminé apenas lo envié, y aun así lo vio!
Me quedé en blanco, mirando fijamente el teléfono, boquiabierta ante ese mensaje, con la mente completamente vacía.
De repente sonó el teléfono, la pantalla cambió y el nombre “Lucas” apareció: ¡me estaba llamando!
Con las manos temblorosas, ¡colgué como si me hubiera dado corriente!
Sí, me acobardé otra vez, ni siquiera me atreví a contestar su llamada. 1
Me arrepentí profundamente de haber enviado ese mensaje, culpándome por ser tan impulsiva.
Con las mejillas ardiendo, tiré el teléfono y me cubrí la cara contra el sofá, sintiendo los fuertes latidos de mi corazón.
WhatsApp sonó de nuevo, me senté a mirar el teléfono.
[Si no contestas, iré a buscarte.]
¿Qué?
¡Entré en pánico total!
No vendría realmente a buscarme, ¿verdad?
Me cubrí la cara con más fuerza, lamentándome sin parar.
Pronto, el teléfono sonó otra vez, Lucas llamando nuevamente.
Estaba extremadamente confundida, nerviosa, inquieta, expectante, tímida, e incluso sentía una inexplicable emoción y orgullo.
¿Cómo no sentirse orgullosa de que un hombre tan excepcional y distinguido estuviera interesado en mí?
Con sentimientos tremendamente complejos, finalmente contesté la llamada.
-Hola… -incluso esa simple palabra me salió temblorosa.
-María -comenzó Lucas, con su voz cálida conteniendo una clara sonrisa, ¿sabes por qué
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Capitulo 235
pude ver tu mensaje aunque lo eliminaste inmediatamente?
-¿Por… por qué? -tartamudeé, como si hubiera olvidado hablar.
-Porque justo había tomado el teléfono para enviarte un WhatsApp.
Dios mío, me quería morir.
-¿No crees que esto es telepatía? —su sonrisa se intensificó, sin importarle mi vergüenza.
Seguí en silencio, sin decir nada.
-¿Eres una tortuguita, que siempre te escondes en tu caparazón? -Lucas empezó a burlarse ante mi silencio.
No pude evitar responder: -Deja de ponerme apodos, primero tonta, luego tortuga, ¿qué será lo siguiente?
-Mmm, déjame pensar… avestruz también funciona.
-¡No!
Nuestra conversación se volvía cada vez más infantil, tan cursi que ni yo misma lo soportaba, así que interrumpí: -Por cierto, dijiste que ibas a buscarme, ¿necesitabas algo?
Pensé
que así cambiaría el tema, pero él lo devolvió: -Nada, solo terminé de trabajar y pensé en ti, quería molestarte un poco, pero te me adelantaste.
¿Molestarme un poco? Me quedé sin palabras de nuevo, ¿me estaba tratando como mascota?
No supe qué más decir, así que seguí evadiendo: -Bueno, si no es nada, voy a colgar, estuve muy ocupada hoy, acabo de llegar a casa y me voy a preparar para dormir.
-Bien, descansa temprano, ¿cenamos juntos mañana por la noche?
Su invitación fue tan natural que no encontré razón para
rechazarla.
Pero pensando en todo lo ocurrido hoy, no estaba segura de qué podría pasar mañana, dije: -Veamos mañana, si no hay imprevistos podemos.
-De acuerdo, esperaré a ver qué excusa inventas mañana para cancelar, miedosa.
Me sonrojé completamente, otro apodo más.
así
que
Después de colgar, me quedé sentada en el sofá un buen rato hasta calmarme y poder pensar con claridad.
Vio el mensaje que eliminé, ¿pensaría que estaba aceptándolo?
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No.
Al menos no hasta fin de mes, al menos hasta que pase el período de apelación.
Así que si mañana insiste en cenar, tendré que aclarárselo.
Con las ideas ordenadas y la decisión tomada, me levanté para prepararme para dormir.
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Con Mauro herido, le di estos días libres para descansar, así que temporalmente me estaba encargando de los asuntos de la empresa.
Todo el día estuve tan ocupada que apenas tuve tiempo para pensar en otra cosa.
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