Capítulo 242
Me mantuve con la cabeza baja evitando su mirada, pero él se inclinaba a propósito para verme, sin dejarme escapar.
Me forcé a mantener la calma y seguí haciéndome la tonta: -Solo estaba bromeando, ¿por qué te lo tomaste tan en serio?
-Para mí no era broma, así que, es justo que ahora te toque presentarte a ti -Lucas mantuvo esa mirada paciente y dulce, sorprendiéndome con sus palabras.
Me quedé perpleja, sin esperar esto: -¿Presentarme? ¿Presentar qué?
-Mmm… pensó un momento y dijo con seriedad― Lo de ingresos y propiedades lo dejamos, eso es tuyo. Me interesa más conocer tu vida sentimental… por ejemplo, qué te gustaba de Antonio, si aún sientes algo por él. Y además, aparte de mí, ¿quién más está intentando conquistarte?
¡¿Qué?!
Lo miré con los ojos muy abiertos, mi mente en blanco.
¿Esto era verdad o reto? ¿En serio quería que confesara todo eso?
—Yo… —abrí la boca y solo salió un sonido, sin saber qué decir.
Lucas me observaba tranquilo y al verme tartamudear, me dio una sonrisa alentadora.
Me niego a responder -me acobardé nuevamente ante este juego.
Pero Lucas fue firme: -No puedes, yo respondí todas tus preguntas, ahora tú debes responder las mías.
Su tono seguía siendo suave y mantenía su sonrisa, pero había una autoridad innegable en sus palabras.
De repente comprendí: él era Lucas, el prestigioso Lucas Montero de Nuevalora, capaz de controlar cualquier situación sin dar lugar a réplicas.
Me sentía incómoda bajo su mirada, inquieta, mi mente comenzó a funcionar involuntariamente, considerando las preguntas.
-Antonio y yo… nos conocimos siendo adolescentes, nuestras familias eran amigas. Cuando pasé por problemas familiares, él me cuidó mucho, y con el tiempo, pues…
Pensándolo ahora, entre nosotros ni siquiera hubo un momento formal de inicio.
Simplemente sucedió, fluyó naturalmente, y todos a nuestro alrededor asumieron que éramos
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Capitulo 242
pareja.
Después, cuando Antonio enfermó, naturalmente lo cuidé, pensando que era lo que una novia debía hacer.
Ahora me doy cuenta, probablemente no me valoraba porque me ganó muy fácilmente.
Así es la naturaleza humana.
Crees que dando mucho, el amor sincero será correspondido, que la otra persona verá tu bondad y te valorará aún más.
En realidad, cuanto más das, más barata te ven, piensan que te estás regalando, que no puedes vivir sin ellos.
Y así es natural que te pisoteen y lastimen sin consideración.
Fui tan tonta, apenas ahora lo entiendo, me merecía que Antonio me tratara así.
-Sobre qué me gustaba de él… -fruncí el ceño, pensando seriamente en la pregunta, pero no pude encontrar una razón.
Finalmente, dije con ironía: -Tal vez que era guapo, y que en ese momento realmente se preocupaba por mí.
Lucas siguió cocinando, sirviéndome comida, y concluyó tranquilamente: -Te faltó amor desde pequeña, perdiste a tu madre temprano, tu padre era indiferente, tu madrastra te maltrataba… y él apareció en el momento justo, con un poco de bondad te conquistó. En realidad no lo amabas tanto, solo querías ese calor, y eres demasiado buena y comprensiva, cuando alguien te da un poco de cariño, quieres devolver cien veces más. 1
Lo miré fijamente, sintiendo una repentina revelación.
¿Así era mi relación con Antonio?
¿Por eso pude superar el dolor tan rápido después de su traición, incluso enamorarme de otro?
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